Reflexión | Gemma Oliver/Alandar
Empezar con buen pie, meditación en los colegios
En el marco del tema espiritualidad, al que desde
Alandar hemos dedicado varios artículos en las últimas semanas, se añade este
testimonio que relata la experiencia de meditación en los colegios diocesanos
de Mallorca. Sin duda puede servir de ejemplo y acicate para experiencias
similares.
La urgencia rodea a nuestros niños y niñas desde
el seno materno. Todo va rápido. Los placeres breves e intensos, las tristezas
y contratiempos cuanto menos duren mejor.
¿Quién puede a estas velocidades construir un
mundo interior y abonar la espiritualidad innata en el ser humano?
Estas observaciones inquietan e interpelan a
muchos educadores, creyentes y no creyentes. Pero, ¿cómo parar este ritmo
vertiginoso y proporcionar espacios de reflexión y autoconocimiento? ¿Cómo
detener el frenético movimiento de las pupilas para prolongar la mirada en el
otro? ¿Cómo hallar al Padre si no?
De estos interrogantes devino un “actuar” en los
colegios diocesanos de Mallorca: ofrecer al inicio de la jornada escolar diez
minutos de calma, de reflexión, combinando imágenes, citas bíblicas, videos y
canciones. Abriendo cada mañana un tiempo de diálogo o de silencio.
Se prepararon los materiales atendiendo a las
características de los niños y niñas en cada ciclo de educación Primaria (1º,
2º, 3º, 4º, 5º, 6º) y se organizaron por valores —acogida y bienvenida,
naturaleza, familia, respeto, etc.— sin olvidar los tiempos litúrgicos más
significativos. En consecuencia, cada mes se presentaba un valor y cada semana
se focalizaba un aspecto de este. A continuación, era importante tener
estructurada la semana y lo hacíamos con las siguientes rutinas: el lunes una
imagen o unas preguntas nos permitían presentar el valor. El martes
profundizábamos con la ayuda de un breve relato. El miércoles una canción. Los
minutos de plegaria llegaban el jueves. Y cerrábamos la semana con un video o
dramatización y una puesta en común.
El maestro-tutor era el encargado de llevar a
término la dinámica matutina dada la relación de cercanía al grupo. Todo el
material estaba disponible en formato digital y resultaba fácil proyectarlo. Se
consideró importante registrar una valoración trimestral de cada actividad y
del proceso en general, lo cual nos permitió hacer las correcciones y cambios
pertinentes.
Las propuestas fueron muy bien acogidas entre
alumnos de 6 a 9 años. Aun así, se tuvieron que hacer adaptaciones en algunos
relatos bíblicos que resultaban demasiado alejados de las experiencias vitales
de los niños. Por otro lado, el hacer las mismas dinámicas dos cursos seguidos
suponía una pequeña desmotivación expresada en un franco comentario del tipo
“eso ya lo hicimos el año pasado”.
Distinta era la acogida en algunos alumnos de
mayor edad, donde no siempre se conseguía el ambiente de recogimiento
necesario. Tampoco podemos obviar que en los últimos cursos de Primaria se
incrementan los contenidos a trabajar lo que suponía un contratiempo para
algunos profesores el realizar la reflexión matutina.
Los colegios diocesanos de Mallorca y el Gabinete
de Pastoral, tras una pausa de dos años, no han descartado, pese a las
dificultades, renovar todos los materiales. Es en ese punto en el que nos
hallamos. El grupo de trabajo destinado a esta tarea el curso 2021-22 será
inter-centros porque se hace imprescindible abarcar las singularidades del
alumnado de cada uno de los trece colegios.
Con seguridad la experiencia recogida, unida a
nueva savia permitirá ofrecer de nuevo a nuestros alumnos un espacio de
reflexión —del que no siempre cuentan en casa— para encarar la jornada escolar
con ilusión y calma.
Publicado por Alandar
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