Espiritualidad | Ecclesia
Carta del obispo Salvador Cristau : «La fe es la clave»
Durante los últimos años nos hemos acostumbrado a
utilizar las llaves, y no sólo para abrir las puertas, sino para tras muchas
actividades que se han hecho habituales en nuestra vida. No siempre las
llamamos “llaves” sino también “claves” o “contraseñas” que nos son necesarias
para muchas cosas.
Y resulta que Dios, nuestro creador, nos da
también una clave para vivir en el día a día en medio de las oscuridades que
nos rodean. Es una clave que nos abre el sentido de la vida, de las cosas que
nos suceden a nosotros y también de las que acontecen en el mundo, incluso para
entender aquello que no acabamos de captar.
Esta clave es la Fe. Sin la fe no entendemos nada,
no somos capaces de nada. Sin la fe no vemos en la oscuridad, no sabemos hallar
el camino. Sin la fe fácilmente nos hundimos como san Pedro en el lago de
Tiberíades que, cuando Jesús le dijo que fuera hacia él caminando sobre el
agua, empezó a hacerlo sí, pero: “al sentir la fuerza del viento, le entró
miedo, empezó a hundirse y gritó: ¡Señor, sálvame! Enseguida Jesús extendió la
mano, lo agarró y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?” (Mt
14,29-30)
Por desgracia muchos hombres y mujeres hermanos
nuestros viven sin fe, en la sombra, en la duda por no decir en la indiferencia
también. Pero desgraciadamente también muchos cristianos no acabamos de creer
plenamente.
Por ello es tan importante la clave de la fe. Hay
quien dice que la fe es oscura pero no es así. Totalmente, al contrario,
quienes somos oscuros somos nosotros, y la fe es luz para caminar en medio de
la oscuridad. Como dice un salmo:“Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero”(Salmo 119,105).
Reconozcamos como los apóstoles que necesitamos
más fe y pidámosla. Un día ellos fueron al Señor y le dijeron: “Auméntanos la
fe”. El Señor dijo: “Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esta
morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y os obedecería” (Lc 17,5-6)
La fe no es una teoría, ni mucho menos un absurdo.
La fe es la adhesión personal de todo nuestro ser a Dios, un Dios que nos ama y
quiere lo mejor para nosotros y para el mundo. Necesitamos la adhesión plena a
Él y a lo que Él nos ha revelado, y por tanto nos lo dice ahora a nosotros
(Catecismo de la Iglesia Católica 176).
Esta es la clave que el mundo necesita, y nosotros
también.
Publicado por Ecclesia
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