Vida Misionera | Mons. ValentÃn Reynoso, msc
Indicadores de
crecimiento de las Vocaciones MSC en Rep. Dominicana
Las
décadas de los años 60 y 70 fueron años de gran dinamismo en el trabajo
vocacional y la formación de los futuros MSC. En 1964 regresaron de Canadá los
Estudiantes de TeologÃa: DarÃo Taveras, TobÃas RodrÃguez, Pedro González y
Florentino RodrÃguez, quienes fueron destinados al Seminario Misionero de San
José de las Matas e incorporados como Maestrillos, junto a los estudiantes
bachilleres, Litvinof MartÃnez, MartÃn O. Luzón, Orlando Alba y Domingo
Santana, fortaleciendo asà al equipo de Profesores; llegaron también los Hnos.
Religiosos, Rafael Mena y Juan Concepción. Con este grupo creció el número de
las vocaciones nativas ya consagradas y se consolidó el Equipo de Formación del
Seminario.
En
octubre de 1965 se abrió la Casa de Formación de Santo Domingo, con 15
estudiantes: 11 de filosofÃa y teologÃa y 4 de término de Bachillerato. En
1967, Litvinof fue enviado a Canadá para terminar la FilosofÃa en la
Universidad Laval, en diciembre fue la Ordenación sacerdotal del P. DarÃo
Taveras en el Seminario San PÃo X de Licey; al año siguiente, verano del 68 fue
Ordenado Pedro González, primera Vocación sacerdotal y misionera de Nagua que perseveró hasta su muerte; por su
parte, MartÃn Luzón y Orlando Alba eran enviados a Quebec, para hacer su año de
Noviciado en Arthabaska.
En
1969, iniciamos la teologÃa en el Seminario Santo Tomás de Aquino, MartÃn, Juan
de Jesús RodrÃguez y un servidor; el año escolar 71-72, interrumpieron los
estudios de teologÃa, Plinio ValentÃn y Juanito para hacer el Noviciado junto a dos profesores que se
incorporación al grupo, Manuel Castro (Niño) de Pimentel y Rodolfo RodrÃguez
Mendoza, de Limonal, Santiago.
El
P. DarÃo era Maestro de Novicios y aprovechó la ocasión para iniciar ese mismo
año, con la ayuda de los Novicios, una experiencia de vocaciones adultas en el Centro Vocacional con buenos resultados.
Asà fueron aumentando las vocaciones msc y el grupo de Misioneros se fue
consolidando.
En
los 70 fueron ordenados sacerdotes: MartÃn L. en el 73, Juanito y Plinio en
diciembre de 1975 y Rodolfo RodrÃguez en el 77, con lo cual creció el grupo de
los MSC ordenados, se ampliaron los servicios pastorales en el paÃs y se
diversificaron las actividades en la Congregación.
También,
los años 70 y 80 fueron momentos de intensa labor de pastoral juvenil y
vocacional abierta a las vocaciones en la iglesia: vocaciones msc, diocesanas y
para la Vida Consagrada, con jornadas vocacionales mixtas, abiertas a jóvenes
con inquietud vocacional, teniendo el Centro Vocacional como lugar de encuentro
para los retiros y las convivencias con jóvenes con inquietud vocacional de los
diferentes institutos de Vida Consagrada y aspirantes al seminario diocesano.
El
equipo estuvo bajo la guÃa del P. DarÃo Taveras, msc, en colaboración con el
Padre Fello, (hoy Mons. Rafael Felipe, Obispo emérito de Barahona, Farida
Sánchez y Loida Santana, por las Altagracianas; la Hna. Faustina por las
Sanchinas, Plinio V. y Juanito por la pastoral vocacional msc, el P. Severino
por la Arquidiócesis de Santo Domingo y Eva Pantaléon de Salcedo.
En
los años 80, fueron ordenados Catorce: 83-84,
Cuatro y en el 89, Diez (5 en Sánchez, 4 en Santiago y uno
en El Seybo), entre ellos, Héctor Rafael RodrÃguez, actual Ordinario de la
Vega. En los 90 hubo Once ordenaciones, comenzando con Juan Tomás y Miguel José (+) en el 92 hasta Manuel Segura y
German Batista en el 99. Del 2000-2015 se ordenaron Doce y en el grupo de Haità ya se ordenaron Doce de sacerdotes, comenzando por Pascal Edmond en el 2001 hasta
agosto 2021.
Este
cuadro de ordenaciones, además de un par de Hermanos Religiosos y unos
diáconos, significa una Bendición de Dios sobre nuestra Provincia MSC
Dominicana y revela los esfuerzos realizados por todo el Grupo, como un Equipo
solidario y enfocado a la misión, fortaleciendo unidad, el trabajo pastoral y
la prioridad de la promoción vocacional de tal manera que cada misionero fuera
un promotor vocacional en su lugar
de misión.
Quienes
hemos sido parte de esta Comunidad MSC aquà y hemos colaborado de alguna manera
con esos equipos vocacionales, nos sentimos satisfechos con los logros
alcanzados en el campo pastoral y vocacional y muy agradecidos de Dios por
estos logros inmerecidos.
Podemos
decir que “siervos inútiles somos” y sólo hemos aportado cuanto estuvo a
nuestro alcance, para lograr el objetivo de nuestra tarea apostólica y de
promover las vocaciones en la Iglesia, como huellas de nuestra presencia
misionera en los lugares donde pastoralmente hemos vivido, servido y trabajado,
tratando de ser el Corazón de Dios entre
nuestros hermanos. Es una constante en la Iglesia: “Quienes trabajan por
las vocaciones, Dios les bendice con vocaciones” sacerdotales, religiosa y a la
Vida Consagrada.
ADH
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