Para Vivir Mejor | Benedetta Capelli/VN
Francisco: la pandemia, una ocasión para hacer florecer la
cercanía entre nosotros
En
una entrevista concedida a la revista "50mila volti", editada por la
Cooperativa OSA, Operatori Sanitari Associati, el Papa alienta su labor por la
ayuda que ofrece a muchas personas "para atravesar su oscuridad, para no
sentirse solos".
El
Papa reflexionó sobre algunas palabras clave relacionadas con la salud, la
vejez y la enfermedad: ámbitos en los que la Cooperativa OSA, Operatori
Sanitari Associati (Agentes Sanitarios Asociados), trabaja desde hace al menos
35 años, dedicándose a la asistencia y el cuidado de pacientes cuyas vidas se
relatan a menudo en la revista "50mila volti" (50 mil rostros). Entre
las páginas hay una entrevista con Francisco, que indica en la
"ternura", uno de los términos para dar aún más valor a la atención
sanitaria. "El camino por el que Dios se ha hecho presente en la vida de
todo hombre, sobre todo a través de Jesús".
Sin
embargo, la ternura indica la cercanía no sólo por la competencia, sino sobre
todo por la participación en la vida concreta de las personas. Es una cercanía
entendida como compartir, proximidad, cuidado y amor. Espero que la gran prueba
que hemos vivido en la pandemia nos haya hecho anhelar una nueva cercanía entre
nosotros. Una nueva ternura.
El
encuentro entre fragilidades
El
Papa se detiene en los niños y los ancianos, "principales ciudadanos de
las periferias existenciales" de una sociedad centrada en la
productividad. "Sus vidas", dice, "se perciben como inútiles.
Creo, en cambio, que el encuentro generacional entre los niños y los ancianos
debe ser colmado por una cultura que sepa hacer encontrar e integrar este tipo
de fragilidad". Se trata, explica Francisco, de "una cuestión
humana".
Sólo
cuando volvamos a preocuparnos sobre todo por los marginados daremos una señal
de cambio real. Cuando trabajemos para que ya no haya un conflicto
generacional, sino que encontremos el valor de unir a los jóvenes y a los
mayores, a los niños y a los ancianos, sólo entonces experimentaremos una nueva
calidad de vida en la sociedad.
Mirar,
escuchar y cuidar
La
Cooperativa Osa atiende a las personas a domicilio, en la intimidad de su casa,
una dimensión de atención afectuosa. Para el Papa, la casa"no es
simplemente un lugar, es sobre todo relación" que aporta una nueva fuerza
para afrontar la prueba. "Esto no significa", explica Francisco,
"que los centros sanitarios sean inútiles, pero deben convertirse en la
extrema ratio en la experiencia de la enfermedad y el sufrimiento. El Papa
elogia el trabajo realizado "porque hace posible experimentar el dolor y
la enfermedad en un entorno ciertamente más acogedor, más humano y más capaz de
humanizar incluso una parte de la vida que, precisamente por ser difícil, nos
hace sentir más solos, más incomprendidos y más vulnerables". A la luz de
su reciente experiencia en el hospital, Francisco sugiere algunas reglas sencillas
para los trabajadores de la salud pero que, en esencia, conciernen a quienes
viven su servicio y trabajan de manera humana. "Mirar a las personas a los
ojos, considerarlas en su sufrimiento sin trivializarlas nunca", y luego
escuchar para que "estas personas puedan confiar a alguien el sufrimiento
que padecen, las dificultades que tienen". Para el Papa, el hogar "no
es simplemente un lugar, es sobre todo una relación" que aporta nuevas
fuerzas para afrontar la prueba. "Esto no significa", explica Francisco,
"que los centros sanitarios sean inútiles, pero deben convertirse en el
último recurso en la experiencia de la enfermedad y el sufrimiento. El Papa
elogia el trabajo realizado "porque hace posible experimentar el dolor y
la enfermedad en un entorno ciertamente más acogedor, más humano y más capaz de
humanizar incluso una parte de la vida que, precisamente por ser difícil, nos
hace sentir más solos, más incomprendidos y más vulnerables". A la luz de
su reciente experiencia en el hospital, Francis sugiere algunas reglas
sencillas para los trabajadores de la salud pero que, en esencia, conciernen a
quienes viven su servicio y trabajan de manera humana. "Mirar a la gente a
los ojos, considerarla en su sufrimiento sin trivializarla nunca", y luego
escuchar para que "esas personas puedan confiar a alguien el sufrimiento
que padecen, las dificultades que tienen". Por último, los cuidados
"deben traducirse en una forma de ofrecer ayuda, apoyo y servicios
profesionales jamás violenta, jamás previsible y jamás mecánica".
Todos
necesitamos un Cireneo
La
última pregunta formulada al Papa se refiere al dolor y a la muerte. Francisco
subraya que, incluso sin mencionar a Cristo, es imposible prescindir de él y de
su experiencia. Recuerda que a menudo "los discursos, en lugar de servir
de ayuda o consuelo, provocan aún más sufrimiento", es necesario "no
huir, permanecer cerca" en los momentos de prueba, "ante el escándalo
del dolor inocente, el escándalo del dolor de un niño". También es necesario
evitar la tentación de aislarse porque "cuanto más sufrimos, más sentimos
que también necesitamos un cirineo que nos ayude a llevar nuestra cruz".
Dios
siempre encuentra la manera de hacerse presente en nuestras vidas, incluso
cuando sentimos que está lejos o nos sentimos abandonados. Esta es nuestra
fuerza. Y aunque no lo sepamos, la Pascua ya está actuando en esa oscuridad.
Sólo con el tiempo nos damos cuenta de que hay una luz oculta incluso en la
oscuridad más profunda. Mientras esperamos a darnos cuenta de ello, sólo podemos
seguir ayudándonos mutuamente.
"Gracias
por lo que hacen, porque ayudan a muchas personas a atravesar su oscuridad, a
no sentirse solos, a no desanimarse y a poder vivir y atravesar lo que nunca
podrían vivir o afrontar solos", concluyó el Papa.
Publicado
por Vatican News
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