La Familia | Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Día
de la Conciliación: cuando los hombres quieren conciliar y no pueden
Cada vez más hombres desean acogerse a medidas de
conciliación laboral y familiar, pero la cultura social y empresarial lo
dificulta, señala el informe Men in care, de la
Comisión Europea
«Los hombres quieren y necesitan proveer recursos
económicos, y también quieren cuidar de sus seres
queridos. Sin embargo, en toda Europa, siguen encontrando barreras,
que deben ser reducidas», afirma el informe Men
in Care, un proyecto cofinanciado por la Comisión Europea
que ha salido a la luz en torno del Día de la Conciliación que se celebra en
España cada 23 de marzo.
Durante tres años, doce universidades, agentes
sociales y ONG han estudiado las condiciones laborales de los hombres en siete
países europeos –Austria, Alemania, Eslovenia, España, Islandia, Noruega y
Polonia–, evaluando cómo influyen en su labor de cuidadores las políticas
públicas y la cultura empresarial en las que se mueven.
Men in Care reconoce que, en general, los padres no utilizan la totalidad de
su derecho al permiso de nacimiento o cuidado de sus hijos, debido a que operan
en una cultura laboral en la que, por ejemplo, se normalizan las horas
extraordinarias, «lo que tiene consecuencias perjudiciales para la salud,
especialmente para las personas trabajadoras con necesidades de cuidado».
Las propuestas de Men in Care:
-Limitar las reuniones a la
franja de 10 a 14 horas, conveniente para la mayoría de personas.
-Aplicar la jornada flexible,
en algunos casos hasta el 50 % del tiempo dedicado al trabajo.
-Reducir la pausa de comida al
mediodía.
-Compactar la jornada para
salir antes y compaginar los horarios laborales con los escolares.
-Usar recursos como el
teletrabajo, las excedencias y la reducción de jornada.
-Utilizar toda la baja por
paternidad, no solo una parte.
-Contar con el ejemplo de
directivos que den ejemplo utilizando estas medidas.
Asimismo, en muchas empresas, uno de los mayores
obstáculos para la conciliación laboral y familiar «son
los horarios de las reuniones, que suelen ser a primera hora de la mañana o a
última hora de la tarde, dificultando que los hombres se impliquen en los
cuidados».
«Horarios rígidos y las largas jornadas laborales»
son otros obstáculos que identifica el estudio, unido a que «muchos
trabajadores varones no son conscientes de sus derechos laborales en materia de
conciliación familiar». Esto último se debe a «la asunción de roles de género
tradicionales y patriarcales, que inciden en la creencia de que las medidas de
conciliación solo van dirigidas a las mujeres».
Temor a ser penalizados
«Los hombres cuidadores no son comunes y hay poco
apoyo para la masculinidad del cuidado», lamenta el informe, pues «en la
mentalidad tradicional se espera que las mujeres sacrifiquen su carrera
profesional para cumplir con las responsabilidades familiares, mientras que de
los hombres no se espera que lo hagan».
Esta situación «no facilita la corresponsabilidad
de los hombres», por lo que los trabajadores varones «admiten que temen ser
penalizados o sustituidos» y que su ausencia por un permiso para atender las
necesidades de cuidado «pueda perjudicar su proyección profesional».
La Comisión Europea, a través de este informe,
destaca que el principal agente de cambio ha de ser en primer lugar
legislativo, pues «las leyes son motores muy importantes en la promoción de las
masculinidades del cuidado», puesto que se convierten en «referentes
institucionales» y además ofrecen incentivos económicos que «influyen en las
estrategias de cuidado de las parejas».
«Esto va de ir al 50%»
Con motivo del Día de la
Conciliación, la Fundación Másfamilia ha lanzado la campaña #conciliandotodoencaja para recordar que, «en
tiempos de crisis como los que estamos viviendo, la conciliación es ahora más
necesaria que nunca», por lo que «debemos apostar por políticas de
flexibilidad, el teletrabajo y las nuevas formas de trabajo».
«Un cambio cultural tan grande
como la economía del cuidado es uno de los más difíciles de realizar», afirma
Roberto Martínez, director general de Masfamilia. «Se va a necesitar mucho
tiempo para llevarlo a cabo, porque se trata de un patrón asentado durante
décadas, en el que el cuidado ha recaído casi de manera exclusiva sobre las
mujeres», añade.
Aunque ve signos positivos de
este cambio, como los permisos parentales igualitarios –«una buena medida»,
asegura–, o las decisiones de algunas empresas de incentivar de manera positiva
a los varones que se suman a las medidas de conciliación, todavía ve preciso
trabajar en fomentar la igualdad en la crianza y en el cuidado: «Aquí queda
mucho por hacer, y ya desde la escuela. Desde niños, todos tenemos que entender
que llevar una familia va de ir al 50 %».
Al final, para Martínez,
«cuando estos días complicados queden atrás, las entidades que apuesten por el
capital humano y por el bienestar saldrán más reforzadas que el resto».
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