Fe y Vida | P. José Pastor Ramírez/LD
Perfil psicológico de Don Bosco
En
toda familia se establecen relaciones estrictamente personales: presididas por
el amor recíproco incondicional. La clave para comprender la personalidad de un
individuo radica en su sistema familiar de origen. Por tales motivos, para
obtener un acercamiento al perfil psicológico de Juan Melchor Bosco hemos de
entrar necesariamente a su familia.
Juan
fue el hijo menor de las segundas nupcias de su padre, Francisco Bosco, con
Margarita Occhiena. Además, convivía con ellos la madre de Francisco, quien
presentaba una salud frágil. Su hermanastro, Francisco, poseía un carácter
fuerte. A todo esto, se suma que los primeros años de Juan, los marcó el
hambre, la enfermedad, la muerte del padre y la gran carestía alimenticia que
se vivió entre los años 1816-1817 a causa de la guerra.
Estamos
ante una familia de tipo extendida: diversas generaciones viviendo bajo un
mismo techo. Si bien Juan perdió a su padre a muy temprana edad, también conectó
con importantes figuras paternas sustitutas.
Por
su parte, Margarita, su madre, era la hermana mayor de cinco hermanos, una
persona: sabia, con claridad de ideas, con capacidad para tomar decisiones y
elegir. Su viudez, a los veintinueve años y las precariedades, no fueron un
obstáculo para asumir, con responsabilidad, el rol de madre.
En
la educación de sus tres hijos demostró ser una persona comprensiva, amable,
cariñosa y recta. Entre Juan, hijo menor, y su madre, hija mayor, se estableció
un vínculo relacional muy estrecho que le aseguró la “fe primera”, la
autoconfianza, el talento para hacer amigos, la capacidad de soñar y la
autocompasión.
No
obstante, la austeridad típica piamontesa, desarrolló una personalidad
extrovertida; a los once años, hacía uso de estrategias para atraer amigos
haciendo de: juglar, saltimbanqui y prestidigitador. Es decir, conjugaba la
amenidad de lo picaresco con las destrezas de los payasos. Un líder de sus
iguales, cuyo gran sueño fue, ser sacerdote. Tenía un “corazón de carne”, con
ganas de reír, de bromear y de divertirse; de baja estatura, delgado, modesto
en su comportamiento, cabellos rizados; ancho de espaldas, de estatura media
baja, un poco pendular al caminar, de una fuerza física extraordinaria, rostro
abierto y cordial, bonachón y paterno; profundo sentido del deber, dinámico,
perseverante, tenaz y alegre.
En
cambio, su hermanastro, Francisco, se constituyó en una figura paterna
negativa: no admitía que Juan estudiara y cultivara su intelecto.
La
familia Bosco Occhiena también pasó por muchos tipos de violencia: la pobreza,
el hambre, la guerra; física, verbal y psicológica promovida por su
hermanastro. Simultáneamente, experimentó una serie de pérdidas importantes: su
padre, figuras paternas sustitutas y amigos.
Para
salir adelante con los estudios se vio obligado a migrar del campo a la ciudad
alquilándose para costearlos; así aprendió varios oficios para vivir de ellos y
obtener sus sueños.
Las
experiencias negativas no fueron impedimento suficiente para que desistiera de
sus aspiraciones. A medida que fue avanzando en sus estudios eclesiásticos
logró definir el perfil de sacerdote que quería alcanzar: cercano, amigable,
propositivo, bondadoso, amigo de los migrantes y de los huérfanos.
Publicado
por Listín Diario
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