Reflexiones | Telésforo Isaac
Destacados protagonistas de la Biblia vigentes ahora: El profeta Elías
Septiembre,
cuando celebramos en la República Dominicana el mes de la Biblia, impone
señalar a Elías el profeta hebreo como uno de sus destacados protagonistas y
quien es recordado por los cristianos en todo el mundo. Elías vivió en el siglo
IX a. C. y llegó a ser uno de los grandes personajes en la historia de Israel;
tanto así, que su figura aparece en la escena de la Transfiguración de Jesús,
según los tres evangelios sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas. La figura de Elías
está considerada como la representación de la profecía de la época del Antiguo
Testamento. Junto a Moisés, representaba la Ley Mosaica o Torá; ambos aparecen
al lado de Jesús de Nazaret, el Cristo, en la escena donde Él se envuelve en
radiante gloria divina sobre una montaña.
En esta ocasión se quiere señalar las vicisitudes del
mensajero de Dios, porque fue un fiel defensor de la adoración pura de la fe y
un hombre paciente, de férrea voluntad; y dilatado de esperanza por su
confianza en Dios.
La narrativa bíblica de Elías, vale de manera
apropiada para dar ilustraciones que bien pueden servir a los religiosos de
ahora, para ayudarnos a comprender y manejar que se debe tener paciencia y
esperanza cuando vemos lo que está pasando en el seno familiar, las
comunidades, los pueblos y las naciones del mundo. El profeta sufrió muchas
penurias. Fue perseguido por reyes y gobernantes, fueron cuantiosos sus
momentos de desaliento, agotamiento físico, tristeza, melancolía; y en un
momento de frustración y alteración emocional, contempló pedir a Dios que le
quitara la vida. No obstante, su paciencia, voluntad propia estimulada por
Dios, su inagotable fe y su aquilatada esperanza en vencer los problemas, le
mantuvieron confiado a lo largo de su peregrinaje. Huyó de la presencia y del
alcance de los reyes que querían matarlo. Vivió en un lugar donde hubo sequía
por tres años. Llegó a esconderse en una cueva del monte Horeb; allí tuvo
visiones que no se realizaron, pero no perdió su esperanza. La cita bíblica de
las visiones está en I Reyes 19:11-15: Y el Señor le dijo: Sal fuera (de la
cueva) y quédate de pie ante mí…” En aquel momento pasó el Señor, un viento
fuerte y poderoso desgajó la montaña y partió las rocas ante el Señor; pero el
Señor no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto. Y tras el
terremoto hubo un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Pero después del
fuego, se oyó un sonido suave y delicado. En esto llegó a él una voz que le
decía: ¿Qué haces ahí, Elías?” En ese sonido suave y delicado estaba
la presencia y poder de Dios para reivindicar al profeta y lanzarlo de nuevo en
su misión de mensajero de Yahvé.
Tal cual le pasó a Elías repetidas veces, puede
ocurrir en nuestra vida. Los seres humanos esperamos la manifestación del
divino favor, misericordia y ayuda de Dios, en una forma grande y poderosa;
pero las cosas de Dios no son necesariamente extravagantes. El socorro de lo
Alto puede llegar de manera casi imperceptible, pero decididamente efectiva.
Debido a esto, se puede aprender de la experiencia de la vida de Elías y de la
forma en que Dios se manifestó para ayudarle.
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