Vida Religiosa | Renato Martínez
Monseñor Ferrada: Formación
permanente es renovar el don que está en cada sacerdote
Con la
finalidad de reavivar el don que está en cada sacerdote en virtud de la
ordenación sacerdotal, inicia este 6 de febrero el Convenio Internacional para
la Formación Permanente de los Sacerdotes organizado por el Dicasterio para el
Clero. Monseñor Ferrada Moreira: “Este Convenio nace de la misión de este
Dicasterio que es acompañar y avivar el ministerio ordenado en toda la
Iglesia”.
“Este Convenio
busca reavivar el don que está en casa sacerdote y esta es la finalidad
principal de la formación permanente, hacer que cada día, cada sacerdote pueda
renovar el don que está en él en virtud de la ordenación sacerdotal”, esto fue
lo que afirmó Monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, Secretario del
Dicasterio para el Clero explicando la finalidad del Congreso Internacional
para la Formación Permanente de los Sacerdotes sobre el tema: "Reavivar el
don de Dios que está en ti" (2Tm 1,6), que organiza este Dicasterio en
colaboración con el Dicasterio para la Evangelización y el Dicasterio para las
Iglesias Orientales, del 6 al 10 de febrero de 2024.
Primer Convenio Internacional sobre formación
permanente
El Secretario
del Dicasterio para el Clero explicó que este Convenio Internacional es el
primero en su género, que nace de la misión de este Dicasterio que es acompañar
y avivar el ministerio ordenado en toda la Iglesia. Y que sigue a una tradición
que desde hace varios años venía realizando cursos para la formación permanente
de distintos grupos, sobre todo, en Latinoamérica y alguno de lengua inglesa.
“La iniciativa
ha tenido un gran impulso de parte del Prefecto actual, el cardenal Lazaro You,
que ha mostrado desde su llegada un interés grande en la formación permanente,
dada su experiencia como pastor diocesano por 18 años en una diócesis en Corea.
Y esta confluencia de situaciones, de experiencias, ha llevado a dar a la
Iglesia esta posibilidad de un Convenio que abarque de una vez a todos los
continentes, a todos los países y todos son invitados”.
Signos de esperanza en la formación permanente
La Conferencia
tiene como punto de partida la encuesta que el Dicasterio para el Clero envió a
todas las Conferencias Episcopales en los últimos meses, sobre la Ratio
Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis "El don de la vocación
presbiteral", que es el documento sobre la formación sacerdotal de 2016.
Al respecto, Monseñor Ferrada señaló que los resultados que obtuvieron de la
encuesta son variados, que han mostrado tantas bellas experiencias y resultados
de dedicación en el mundo entero a la formación, sobre todo, a la formación
espiritual y la formación intelectual, es decir, a lo que se llama la
actualización teológico-pastoral.
“También no
son pocos los resultados sobre la vida en común de los sacerdotes, la promoción
de iniciativas de acompañamiento y sostenimiento a los sacerdotes ancianos y en
dificultad o enfermos. Con todo ello se ve la gran necesidad de una mayor
organización de la pastoral presbiteral o la pastoral de la formación
permanente en todo el mundo. Se ven tantos signos de esperanza que pueden ser
sostenidos y promovidos a través de un redescubrimiento, una profundización de
lo que dice el lema del encuentro: ‘Reaviva el carisma que está en ti’, que
está en cada sacerdote, en virtud de la ordenación sacerdotal”.
Retos y desafíos de la formación permanente
El Secretario
del Dicasterio para el Clero también indicó que la encuesta enviada a las
Conferencia Episcopales sobre la formación permanente mostró algunos desafíos
contenidos en la Ratio Fundamentalis, especialmente en los números
del 80 al 88, que se dividen en tres fases y que pueden variar respecto a la
región o el país, dependiendo del contexto particular.
“Para los
sacerdotes recién ordenados, el desafío fundamental es la adaptación de su vida
y ministerio, de su vida espiritual, de su vida también humana, a las nuevas
condiciones que tienen que vivir, es decir, el paso del seminario a la labor
pastoral. Para los sacerdotes de edad media, o sea, después de unos 7 o 10 años
de ministerio, sucede otras cosas, podríamos decir la aceptación de la rutina,
el darse cuenta que en el trabajo, donde ya no se tiene las motivaciones
iniciales, no dan frutos a nivel humano, sino más bien, que deben madurar con
la gracia de Dios, entonces esos sacerdotes requieren otros estímulos o
enfrentar ese tipo de problema. Y luego, están los desafíos de los sacerdotes
enfermos a cualquier edad o ancianos, que por razones físicas y de salud no
pueden desarrollar la misión en la forma que lo hacían, entonces encontrar para
ellos una forma de vida que continúa colaborando con la misión, aunque ya no en
la primera línea”.
Una metodología participativa y sinodal
Asimismo,
Monseñor Ferrada explicó que este Convenio está proponiendo una metodología
participativa, que involucre a los sacerdotes participantes en un proceso
compartido y con un estilo sinodal.
“La
metodología consiste en presentaciones más bien cortas, luego presentación de
experiencias positivas respecto al tema abordado en las cuatro notas de la
formación, la formación es una, es integral, comunitaria y misionera. Y luego,
compartir en pequeños grupos lingüísticos las propias experiencias. El Convenio
tiene como destinatarios principales a personas que están a cargo o tienen
alguna responsabilidad en la pastoral presbiteral o la formación permanente,
son en general personas que tienen mucho que compartir, entonces se ha
privilegiado el intercambio del cual puedan brotar impulsos que puedan reavivar
el ministerio sacerdotal de todos los sacerdotes del mundo”.
Un Congreso no sólo para sacerdotes
Sobre los
participantes en este Convenio que comienza el 6 de febrero en el Auditorio
Conciliación de Roma, con la presentación de los Prefectos de los tres Dicasterios
involucrados, el Prelado chileno dijo que se esperan alrededor de mil
sacerdotes de 60 países de los cinco continentes para iniciar un proceso
compartido en el acompañamiento de los sacerdotes.
“Esperamos que
sean alrededor de mil los inscritos que participen, pero no solo sacerdotes,
porque como decía los invitados son personas que están involucrados en la
pastoral presbiteral y por lo tanto también puede ser cualquier género de
cristiano, religiosos, consagrados, consagradas, que estén interesados. Lo más
importante, me parece a mí, que no es el número de los participantes, sino,
podríamos decir, el fruto que cada uno de ellos pueda llevar, pueda aportar
también en este Convenio”.
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