Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín
El día 9 de
marzo del 2024, en una de las aulas del Colegio San Antonio de Padua, en el
municipio de Los Alcarrizos, fue realizado el retiro de cuaresma para
catequistas, con el nombre: “La oración
del Padre Nuestro”, impartido por las señoras Gloria María Guillén y
Victoria González, Virginia Marrero y Miguelina Reyes.
La coordinadora
Victoria González inició el retiro
con la oración por excelencia que Jesús le enseñó a sus discípulos, fue la oración del Padre Nuestro. Nos exhorta a tener el corazón abierto a esta
bonita aventura.
La Subcoordinadora Gloria María Guillén, nos dice como para ella, ser
catequista es un reto, y se deja usar por espíritu santo de Dios, en este tiempo, que es un tiempo de gracia. Luego
inicia hablándonos de las partes del Padre Nuestro, las cuales son:
Primera petición Santificado sea tu nombre
Doña Gloria entonó
una canción junto a todos nosotros: ¡Alabado seas mi Señor! ¡Santificado seas
mi Señor! Nuestro Dios, se santifica en
cada hombre, en cada persona. Que el nombre de Dios sea santificado con
entusiasmo, con respeto. Depende de nuestra vida y nuestra oración, que su nombre sea santificado o no.
Nuestro deseo
es que todo el mundo hable del nombre de
Dios, de una manera santificada, para no blasfemar contra él. Por eso los
judíos se negaron a conocer el nombre de Dios.
¿Tiene razón Dios para ocultar su nombre?
Doña Gloria se
hacia la siguiente pregunta: Nosotros
como catequistas, ¿cómo santificamos el nombre de Dios?
En la segunda petición: Venga a nosotros tu Reino: a doña Gloria le inspiró cantar: ¡Anunciaremos tu reino Señor, tu reino Señor!
También nos hace la siguiente pregunta:
¿Qué podemos hacer para recuperar el Reino de Dios?
Tercera petición: Hágase tu voluntad
Doña Gloria nos
relataba el testimonio de su madre, el cual nos conmovió a todos. Ella agarraba
la mano de su mamá, viendo el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús, momentos
antes de ella partir a los brazos del padre y se la entregaba, para que ella no
sufriera y sintió que la voluntad de
Dios es difícil, sin embargo, tenemos que aprender, que el Espíritu de Dios nos
asiste.
Cuarta petición: Danos hoy nuestro pan de cada día
Danos, significa la confianza de los hijos que esperan en
su padre. Sale el sol para los justos e injustos. Nosotros somos de él y él de
nosotros. El padre nos dio la vida, y si no nos da, los alimentos necesarios,
se extingue la vida. La pobreza la provocamos nosotros, con nuestro egoísmo y
nuestra manera de ser. Hay que agradar a Dios. Él sabe lo que necesitamos.
Estamos en sus
manos. Danos hoy nuestro pan de cada
día, el pan de la paz, para compartirlo con los demás.
En la quinta petición, estuvo hablándonos
Virginia Marrero. Perdona nuestras ofensas, como también perdonamos a los que
nos ofenden.
Nos comenta
Virginia, ¿De dónde sacas fuerzas para
perdonar? Esta petición es la que más trabajo nos da. Cuando pedimos
perdón, le entregamos al Señor, todo lo que nos hace miserables. En su hijo tenemos la redención de los
pecados. Tu corazón se limpia cuando pides perdón.
Sexta petición: No nos deje caer en tentación. Dios
padre nos cuida
siempre y nos protege, a nosotros sus hijos,
para que no caigamos en la tentación, pero debemos estar dispuestos a hacer su
voluntad.
Séptima petición: Más líbranos del mal. ¿Sabemos por qué
el mal existe? Por la desobediencia del maligno (Mateo 6, 13). Reconocemos
que somos incapaces por nosotros mismos de seguir a Jesús por el camino de
justicia que el predicó.
Por último,
está el Amén. En la eucaristía
cuando rezamos el Padre Nuestro no se dice amén, la oración no ha terminado. Amén, debe ser pronunciado con firmeza y
fuerza.
Miguelina Reyes interviene como una verdadera anfitriona, y nos hizo
reflexionar en una dinámica, que le pidamos a mi hermano que nos quedaba al
lado, que nos perdone en lo que lo hemos
ofendido.
Victoria al
final nos preguntaba ¿cómo nos sentimos en el retiro? Muchos respondimos, nos enseñó a reflexionar, rezar la oración del Padre
Nuestro y con pausa y, como éste retiro nos enseñó a prepararnos para la Semana Santa y resucitar con nuestro Señor Jesús
el día de la Pascua.
Al final nos
tomamos una foto para dejar como recuerdo este bello momento que tuvimos de
retiro.
Termino con el
testimonio de una niña de la catequesis de 5 años con la que estuve en el Santísimo,
a quien pregunté ¿cómo podía rezar por un familiar que tenía enfermo? y ella me
dijo, oh, pero tú sabes, reza el Padre Nuestro, demostrándome así, la confianza y el poder amoroso de Dios.
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