Testigos de la Fe | Renato Martinez
Pedro To Rot, un laico MSC
que fue martirizado por defender la familia y el matrimonio
“La figura del
laico catequista de Papúa Nueva Guinea, el proceso ‘equipolente’ de su
canonización, y su legado para los cristianos de hoy”, son los temas al centro
de la entrevista con el padre Fernando Clemente, Misionero del Sagrado Corazón,
postulador de la causa de canonización de Pedro To Rot.
Este 31 de
marzo, la Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer que el Papa Francisco ha autorizado al Dicasterio para
las Causas de los Santos a promulgar los decretos relativos a 3 nuevos santos,
1 beato y 1 venerable. Entre ellos se encuentra el laico Pedro To Rot, de la
isla de Rakunai – Rabaul, en Papúa Nueva Guinea.
Y para conocer
más sobre la vida de este catequista que vivió en el siglo pasado y fue
martirizado por haber continuado su apostolado a pesar de la prohibición
impuesta por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, en Vatican News
dialogamos con el postulador de su causa de canonización, el padre Fernando
Clemente, Misionero del Sagrado Corazón, quien destaca tres elementos de su
legado para los cristianos de hoy: “Su martirio, el papel de los laicos en la
evangelización y la defensa del matrimonio y de la familia”.
¿Cómo han
recibido esta noticia en la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón?
Y ¿Cuál es el significado de este anuncio?
En nuestra
Congregación hemos recibido la noticia con una alegrÃa inmensa, porque ya hace
muchos años que llevamos la causa. Para nosotros, el beato Pedro To Rot, es una
figura muy inspiradora para toda la Congregación, para todos nosotros, y es el
resultado, y esto hace con que la cosa sea aún más especial para nosotros, pues
es el resultado, el fruto, de la primera misión de la Congregación, cuando
llegamos ahÃ, a Papúa Nueva Guinea, en 1882. Es fruto de esta actitud misionera
nuestra, de la Congregación. Entonces, es un motivo de mucha alegrÃa.
El 18 de marzo
de 2024, los Obispos de Papúa Nueva Guinea y de las Islas Salomón solicitaron
la dispensa del milagro en el camino hacia la canonización de Peter To Rot.
Efectivamente, en el Decreto publicado este 31 de marzo no se habla de un
milagro atribuido al laico papuano, sino de “votos favorables” de los miembros
del Dicasterio para las Causas de los Santos. ¿De qué tipo de canonización se
está hablando en este caso?
De hecho, el
proceso es un poco distinto de lo que estamos acostumbrados. En general,
sabemos que para una causa de canonización tenemos que tener un milagro
reconocido, dicho de otro modo, que los doctores, los médicos, los
profesionales del área de la salud puedan afirmar que esta curación, esta
sanación, no tiene explicación cientÃfica. El tema es que la situación en Papúa
Nueva Guinea nos obligó a tomar otro rumbo, justamente por la dificultad de
encontrar profesionales de la salud que nos pudieran ayudar, son pocos los
hospitales allÃ. En algunos de ellos encontramos dificultades con los doctores,
con los médicos, porque son de otra religión y no aceptan ser testigos de una
causa como esta.
Además, aunque
haya muchÃsimos relatos de milagros, de gracias recibidos por la intercesión
del Beato Pedro To Rot, muchos de ellos no saben escribir. Entonces, como no
tienen simplemente hablan, es una tradición eminentemente oral. Entonces, al
poner todas esas situaciones los Obispos de allá pidieron al Santo Padre la
gracia de ser dispensado de la necesidad de comprobar un milagro, sino que hay
la fama de santidad, la fama del martirio, la fama de señales, pero, dadas esas
situaciones pedimos al Santo Padre la gracia de hacer este proceso
distintamente.
Del 6 al 9 de
septiembre de 2024, el Papa Francisco visitó PNG, en uno de los Viajes
Apostólicos más largos de su pontificado. Y en su encuentro con la Iglesia
papuana le pidieron que interviniera en el proceso de canonización de este
catequista y mártir. ¿Cuánto ha influido el viaje del Santo Padre a este paÃs
en este proceso?
Yo creo que la
Iglesia en Papúa es una Iglesia muy viva, aunque haya algunas dificultades
sigue siendo una Iglesia extremadamente misionera. Es cierto que hay muchos
desafÃos ahÃ, pero la visita del Papa realmente fue un ánimo, un impulso para
toda la Iglesia de la isla. Y al mirar la realidad de Papúa, y después en
Timor, que son realidades bastantes semejantes, el Papa se convenció de la
validez del pedido de los Obispos. Además, creo que el Papa al mirar también la
fe de la gente, la fe que le tienen al beato Pedro To Rot, eso le ayudó a
convencerse que era un pedido válido.
¿Cuál es la
relación de este laico catequista con los Misioneros del Sagrado Corazón? Y
¿Cuál es el legado que nos deja este mártir para los cristianos de hoy?
Yo creo que
para comprender un poco la relación del Beato con nuestra Congregación tenemos
que volver un poco en la historia. Estas islas, a lo que llamamos Melanesia, el
Papa nos pidió en 1882 que fuéramos como misioneros ahà y era un momento de
nuestra Congregación estaba empezando. La Congregación fue fundada en 1854 y
tenÃamos pocos miembros, pero el fundador decidió enviar misioneros allá. Cómo
éramos pocos en aquel tiempo tuvimos que contar con la ayuda valiosÃsima de los
laicos que habÃa ahÃ. Entonces, Pedro To Rot se hizo catequista, empezó a
estudiar, hizo todo un proceso y fue como que la mano derecha de los sacerdotes
que estaban ahÃ. Mucho de la evangelización de Papúa Nueva Guinea se debe a los
laicos. Cuando en 1945 los japoneses invadieron la isla y prohibieron la
actividad de los sacerdotes – yo hablo un poco bromeando, pero un poco en serio
también – que Pedro To Rot se convirtió en el párroco de su villa y siguió con
los bautizos, siguió preparando a la gente. Cuando los japoneses empezaron en
ese tiempo intentar reintroducir la poligamia, él se opuso fuertemente y eso
fue una de las razones de su muerte.
Entonces, yo
dirÃa que son tres cosas que tenemos como legado de Pedro To Rot. La primera
cosa fue su martirio. Cuando él fue martirizado tenÃa 33 años, era bastante
joven. Creo que su modo de vida, su martirio es una llamada también a todos los
jóvenes para dedicarse al Evangelio, dedicarse a la evangelización, a su modo
de acuerdo con su modo de vida. Era laico, y esta es la segunda cosa, padre de
familia. Siendo laico supo ejercer un protagonismo en su vocación, el Papa
Francisco hoy nos habla tanto de una Iglesia menos clerical. Y, por último, su
martirio se debió eminentemente por defender el matrimonio. Entonces, yo creo
que en este tiempo en que el matrimonio es tan atacado, esto es parte de su
legado también, la defensa de los valores de la familia y del matrimonio.
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