La Iglesia Hoy | Roberto Paglialonga
Kuwait: Nuestra Señora de
Arabia fue elevada a Basílica menor
Para el
obispo, vicario apostólico de Arabia del Norte: “Es la primera de su tipo en la
Península. Un reconocimiento significativo por su presencia histórica,
religiosa y pastoral en el área”
“Estamos felices y agradecidos”. Al
teléfono con los medios vaticanos, el obispo Aldo Berardi, vicario apostólico
de Arabia del Norte, no esconde la emoción al hablar de la elevación a Basílica
menor de la iglesia de Nuestra Señora de Arabia, ubicada en Ahmadi, en Kuwait,
con un decreto promulgado el pasado 28 de junio por el Dicasterio para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Una emoción que deriva del
reconocimiento de la importancia histórica, religiosa y pastoral que ahora se
atestigua oficialmente para la primera iglesia del país situada en las costas
del Golfo Pérsico. “Es una parroquia antigua, que ahora está bajo la jurisdicción
del vicariato apostólico, pero nace por iniciativa de los carmelitas en 1948 y
luego fue construida (por la Kuwait Oil Company, ndr.) para quienes
venían a trabajar en la industria petrolera: hace dos años celebramos los 75
años”.
Una iglesia de gran significado espiritual y pastoral
Pero esta es también una iglesia de
gran significado espiritual, porque “aquí, todos los migrantes y quienes
vinieron a vivir y a trabajar en el país han podido, y pueden, ejercer su fe
poniéndola bajo la protección de la Virgen”, explica.
El edificio, entre otras cosas,
alberga la estatua de Nuestra Señora de Arabia – en origen titulada Nuestra
Señora del Carmelo – que en 1949 recibió en Roma la bendición del Papa Pío XII
y la coronación en el 2011 por el cardenal Antonio Cañizares Llovera, en nombre
del Papa Benedicto XVI. Se trata, por tanto, de un santuario de gran devoción,
que hunde sus raíces en la historia, explica el vicario apostólico.
Además, no es menor “la aceptación
de que aquí, en una región de mayoría musulmana donde las imágenes de ese tipo
están prohibidas, exista la presencia de una estatua mariana. Encuentro que
tiene un profundo sentido”.
La primera Basílica menor del Golfo
La de Nuestra Señora de Arabia es,
por tanto, la primera Basílica menor del Golfo pérsico: “Sentimos el deseo de
agradecer – subraya monseñor Berardi – a todos los que han contribuido para que
se obtuviera este reconocimiento, desde las autoridades locales hasta quienes
se han comprometido en las fases de la construcción del edificio y de la
comunidad hace muchos años, hasta las órdenes religiosas que trabajan aquí
desde hace tiempo, manteniendo esta devoción, a los vicarios apostólicos de
Kuwait y de Arabia del Norte, y naturalmente a la Santa Sede.
Esta iglesia es una “flor” en la
zona: incluso durante la guerra entre Iraq y Kuwait, la estatua de la Virgen se
mantuvo como guardiana de esa pequeña iglesia y protectora para todos los que
no pudieron huir en ese momento.” Hoy es patrona del Golfo, por lo que de ambos
vicariatos del Norte y del Sur, su solemnidad se celebra el segundo domingo del
tiempo ordinario.
La fe “joven y viva” de dos millones de católicos
El vicariato del Norte, que
extiende su jurisdicción a Arabia Saudita, Baréin, Qatar y Kuwait, cuenta con
una comunidad de personas procedentes de todas partes del mundo, especialmente
de Filipinas y de la India, pero también de muchos países de África y Europa.
Migrantes que, en su mayoría, llegan para trabajar.
“Hay cristianos de todos los ritos; podemos decir que somos realmente expresión de la Iglesia universal. Todas las comunidades están muy unidas a su lengua, en la que celebran las funciones y sus ritos”, dice aún monseñor Berardi. “Somos un buen número para la zona: dos millones de católicos en todo el vicariato del Norte (a los que se añade un millón del vicariato del Sur). Casi todos extranjeros, pero también diversos locales: hay incluso algunos kuwaitíes de origen que han obtenido la ciudadanía. En resumen, la nuestra es una comunidad viva, joven, devota”.
La participación en las celebraciones del Jubileo de los jóvenes
Se respira el aliento de esa sana
inquietud evocada también por el Papa León XIV ante el millón de jóvenes que
participaron en las celebraciones en el Jubileo de los jóvenes entre finales de
julio y los primeros días de agosto. Muchos partieron también desde el Golfo:
“Para ellos fue una oportunidad de
saborear de primera mano la devoción de toda la Iglesia reunida. Un momento de
gracia y de compartir, al que quizá no están acostumbrados, porque – aunque
tenemos libertad de culto en nuestras iglesias – aquí debemos respetar algunos
límites en la expresión externa de la fe”.
Por eso, subraya, “estar y caminar
junto a los jóvenes de todo el mundo para ellos fue muy importante. Pudieron
fortalecerse en la fe, detenerse a orar en los lugares de los mártires,
participar en la celebración eucarística en la histórica basílica de San
Crisógono, vivir en la explanada de Tor Vergata la vigilia y la misa con el
Papa”. Luego regresaron a casa y ya están trabajando en la preparación de la
próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Corea del Sur en el
2027.
La devoción mariana y el catecismo para los niños
“Dentro y con el máximo respeto de
los perímetros que nos están permitidos, también logramos organizar pequeñas
actividades de asistencia y apoyo, sobre todo para los trabajadores que
encuentran alguna dificultad. Luego están los grupos de movimientos, como los
carismáticos que tienen una presencia muy fuerte, comunidades marianas,
miembros de órdenes religiosas. Todo gira en torno a los tres pilares de la
misa, la adoración eucarística y la devoción a María, que acompañan los
momentos para el catecismo de los niños y la formación de ministros laicos”.
El decreto de aprobación del título
El decreto relativo a la elevación
(N. 18/25), explica una nota del vicariato apostólico, sigue a una solicitud
formal presentada por el monseñor Berardi, quien ha reconocido desde el inicio
el papel único y destacado de la iglesia en la vida espiritual de los fieles
católicos en Kuwait y en toda la Península arábiga. Y también es fruto del
trabajo pastoral del clero y del consejo parroquial de Nuestra Señora de Arabia
Ahmadi.
La preparación de la documentación
necesaria, por parte del fraile cappuccino Roswin Redento Agnelo Pires y su
equipo, fue fundamental para el resultado. El título de Basílica menor se dice
en el comunicado que es otorgado por el Santo Padre a iglesias de especial
importancia en la vida litúrgica y pastoral, que se distinguen por su valor
histórico, espiritual y arquitectónico. Disfruta de un vínculo especial con la
Sede de Roma y el Papa.
Entre sus privilegios está el
derecho de exhibir el símbolo papal de las llaves cruzadas en sus enseres y
estandartes, y de portar la sobrilla (roja y dorada que en otro tiempo se usaba
para proteger al Papa del sol) y el “tintinnabulum” (una campana montada en una
asta, que señala la llegada del Papa).
“El reconocimiento por parte de la
Santa Sede”, concluye monseñor Berardi, “no es sólo un gran honor para nuestro
vicariato, sino también una profunda afirmación de la fe viva de nuestro pueblo
en la Península arábiga”. La fecha de la celebración solemne de la proclamación
de la Basílica menor será anunciada próximamente.
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