Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc
Vivir con fidelidad y esperanza en Dios
(HomilÃa
jueves 9 de octubre 2025, lecturas de MalaquÃas 3,13-20, Salmo 1,1-2.3.4-5 y
Lucas 11,5-13)
Hoy,
en la memoria de San Dionisio y sus compañeros mártires, las lecturas de la
liturgia nos invitan a reflexionar sobre cómo vivir una vida fiel a Dios,
confiando en su justicia y amor, incluso en medio de las dificultades. Desde
las palabras de MalaquÃas, el Salmo 1 y el Evangelio de Lucas, podemos
extraer ocho elementos que iluminan nuestro camino espiritual y nos
ayudan a crecer en santidad, siguiendo el ejemplo de los mártires.
1.
Fidelidad a Dios en la adversidad (MalaquÃas 3,13-20)
El
profeta MalaquÃas nos muestra la queja de quienes piensan que "es
inútil servir a Dios" porque los malvados parecen prosperar. Sin
embargo, Dios promete distinguir entre el justo y el impÃo, asegurando que los
que le temen serán recompensados. Elemento para la vida: Mantengamos la
fidelidad a Dios, incluso cuando parezca que el mundo premia a los injustos.
San Dionisio y sus compañeros no cedieron ante la persecución; su fe los llevó
a dar testimonio hasta el martirio.
2.
Confianza en la justicia divina (MalaquÃas 3,16-18)
Dios
escucha a quienes le temen y escribe sus nombres en un "libro de
memorias". Esto nos recuerda que ninguna obra buena pasa desapercibida
ante Él. Elemento para la vida: Confiemos en que Dios ve nuestros esfuerzos y
nos recompensará en el "dÃa que Él prepara". Esta esperanza sostuvo a
los mártires en su entrega total.
3.
AlegrÃa en la Ley del Señor (Salmo 1,1-2)
El
Salmo 1
describe al hombre justo como aquel que se deleita en la Ley del Señor y la
medita dÃa y noche. Elemento para la vida: Hagamos de la Palabra de Dios
nuestra guÃa y fuente de alegrÃa. La meditación constante de las Escrituras nos
fortalece para vivir rectamente, como lo hicieron San Dionisio y sus
compañeros, que encontraron en la fe su fuerza para enfrentar el martirio.
4.
Firmeza como árbol plantado junto al agua (Salmo 1,3)
El
justo es comparado con un árbol que da fruto a su tiempo, con raÃces profundas
junto a corrientes de agua. Elemento para la vida: Arraigados en la fe y la
oración, podemos resistir las tormentas de la vida y dar frutos de amor,
justicia y servicio, como los mártires que permanecieron firmes hasta el final.
5.
Evitar el camino de los impÃos (Salmo 1,1.4-5)
El
salmo contrasta al justo con los impÃos, que son como paja llevada por el
viento. Elemento para la vida: Elijamos con cuidado nuestras compañÃas y
decisiones, alejándonos de lo que nos aparta de Dios. San Dionisio, como
obispo, guio a su comunidad por el camino de la verdad, incluso a costa de su
vida.
6.
Perseverancia en la oración (Lucas 11,5-8)
En
el Evangelio, Jesús nos enseña la parábola del amigo insistente, mostrando que
la perseverancia en la oración es clave para recibir lo que necesitamos.
Elemento para la vida: Oremos con constancia y confianza, sabiendo que Dios
escucha nuestras súplicas. Los mártires, como San Dionisio, oraron con fervor
en medio de las pruebas, confiando en la providencia divina.
7.
Confianza en la bondad del Padre (Lucas 11,9-13)
Jesús
nos asegura que, si pedimos, recibiremos, porque el Padre celestial da cosas
buenas, especialmente el EspÃritu Santo, a quienes se lo piden. Elemento para
la vida: Acerquémonos a Dios con la confianza de hijos, sabiendo que Él nos
dará lo mejor para nuestra salvación. Esta certeza animó a los mártires a
entregar sus vidas con paz.
8.
Testimonio valiente de la fe (Ejemplo de San Dionisio y compañeros)
San
Dionisio, obispo de ParÃs en el siglo III, y sus compañeros mártires dieron su
vida por Cristo, mostrando que la fe no es solo una creencia, sino un
compromiso que puede exigir todo. Elemento para la vida: Vivamos nuestra fe con
valentÃa, siendo testigos de Cristo en nuestras palabras y acciones, incluso
cuando enfrentemos oposición o dificultades.
Conclusión
Hermanos
y hermanas, las lecturas de hoy y el ejemplo de San Dionisio nos invitan a
vivir con fidelidad, esperanza y valentÃa. Que estos ocho elementos —fidelidad,
confianza en la justicia divina, amor por la Palabra, firmeza en la fe, rechazo
al pecado, perseverancia en la oración, confianza en el Padre y testimonio
valiente— nos guÃen para ser árboles frondosos que den fruto para la gloria de
Dios. Que la intercesión de San Dionisio y sus compañeros nos fortalezca para
vivir plenamente para Cristo. Amén.
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