Cultura y Vida Lic. Pedro B. Grullon Torres, LMSC.
Presupuesto Familiar e Institucional
(el caso del presidente francés)
Lo esencial del discurso y las propuestas del presidente francés Francois Hollande ha sido esbozado de alguna manera por quien suscribe en otros artÃculos. Aunque sea el mismo pensamiento ahora cobra mayor fuerza por su investidura presidencial.
Hollande está dando una bofetada sin mano a los depredadores del presupuesto institucional y nacional para colmar el familiar. Tal vez esta sea una invitación a actuar en defensa de un gran principio de administración: sobreponer el interés, el presupuesto y gastos individuales al interés nacional.
El presidente francés, al cumplir un segundo año de mandato, llamado “horrible” y aplicando una de sus pruebas de fuego, el pacto de Responsabilidad, ha provocado fuerte división dentro de su propio partido. En su discurso ante una multitud, anuncia su controvertido Plan de Responsabilidad, el programa de ajuste con el que el Gobierno pretende ahorrar 50,000 millones de euros en 3 años.
Entre las medidas propuestas para el fomento del empleo está la de que los desempleados de larga duración, sea cual sea su edad, se puedan beneficiar del estatuto del aprendiz, hasta ahora reservado a jóvenes de entre 16 y 25 años, y que el “contrato generación”, fórmula para favorecer el empleo entre los más jóvenes, contemple también a los mayores de 57 años. Se trata de abrir la puerta de las empresas a los desempleados de larga duración, sin que suponga un coste añadido, sino que se incluya en los fondos existentes de formación, según Hollande.
El gobierno dispone un plan para reintegrar al mercado laboral a los parados de más de 50 años, mediante programas de formación en las empresas que serán pagados con el dinero de los subsidios del desempleo, y que el Ejercito prevé presentar en corto plazo.
El presidente Hollande se ha” empantalonado” para procurar los objetivos que su paÃs y el mundo aspiran. Eso le ha mermado su popularidad hasta en su propio partido. Es lo que les falta a otros gobernantes que tal vez tienen buena intención de realizar buen gobierno a favor del pueblo, de los intereses colectivos e institucionales. Eso requiere coraje y valentÃa, riesgo y capacidad decisoria.
Hollande, aunque no se presente como cristiano, expresa ideas y proyectos que coinciden con la doctrina cristiana, que procura la solidaridad y el bienestar colectivo, especialmente de los más necesitados.
Las personas, los dirigentes, con más elevada moral y conciencia, los más auténticos deben actuar con diafanidad, dando lecciones y cátedras de civismo, honestidad y eficiencia, porque como señala la sabia expresión: cuando los buenos no actúan, prevalece el mal. Los detractores de la verdad y la justicia actúan a su antojo, a sus anchas.
República Dominicana, paÃs cristiano, anhela discÃpulos de Cristo que echen a andar el tren administrativo procurando respeto al erario, no el éxito con aplausos de manos huecas, sino el éxito que se conjuga con la fidelidad a los principios y valores cristianos para enaltecer el bienestar colectivo, sobre todo la situación de los más desfavorecidos.
El presidente francés suprime vehÃculos oficiales y prebendas a los funcionarios y pudientes. Cada funcionario devenga lo necesario para comprar su vehÃculo.
Las familias dominicanas, como las de cualquier otro paÃs, con ingresos moderados compran su medio de transporte para desplazarse al trabajo y a otras necesidades. Los muy pudientes, con salarios escandalosos, parece que no pueden comprarlos y el Gobierno tiene que proporcionárselos. Si administran tan mal sus elevados ingresos sin poder comprar su propio vehÃculo, ¿cómo será la administración de los recursos de la institución que dirigen? ADH 781.
jueves, 7 de agosto de 2014
Cultura y Vida
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