V Centenario Santa Teresa

V Centenario | Antonio González López OCD.
CLAVES PARA ABRIR UN CENTENARIO
El V Centenario del Nacimiento de santa Teresa de Jesús traerá a esta santa a primer plano de actualidad, con di
versas iniciativas religiosas, culturales y sociales. Sobre todo, es una oportunidad para acercarnos a su figura, para redescubrir su mensaje como palabra viva, que sigue cantando hoy las misericordias del Señor e invitándonos a experimentarlas.
Te propongo unas CLAVES para vivirlo:
ACÉRCATE A TERESA. A través de un libro, de una obra de teatro, un documental, de la página web del Centenario, de un congreso o una exposición... Pueden ayudarte a conocer su vida, el contexto en que vivió, su obra, cómo se la ve hoy desde diversos ángulos...
Insisto: acércate a Teresa, a ella misma. No te conformes con lo que otros dicen o escriben sobre ella. Lee sus escritos. A veces el primer contacto cuesta un poco, pero ahora hay recursos (libros, introducciones, cursos, materiales en páginas web como la del CIPE -www.cipecar.org- o la del Centenario -www.paravosnaci.com- que lo facilitan. La riqueza de matices del pensamiento teresiano el conectar con su experiencia, la belleza de su estilo espontáneo, compensa con creces el esfuerzo. Puedes empezar con el Camino de Perfección o con las Fundaciones, para luego seguir con Moradas o Vida ...
Acércate también al Carmelo, a las hijas e hijos de Teresa. Fray Luis de León decía que veía en ellas, y en las obras de la madre Teresa, su imagen viva.
PEREGRINA. En este Año jubilar Teresiana puedes visitar Ávila, o Alba, o alguna de las demás fundaciones, para encontrarte con Teresa. Puedes incluso recorrer como peregrino, solo o en grupo, alguno de los caminos teresianos, que se han preparado para ello. También puedes ganar el jubileo cerca de tu casa, pues habrá varios templos jubilares en cada diócesis ... Lo importante es la actitud de ponerte en camino, de desinstalarte, de búsqueda. Teresa, andariega, te invita a una aventura que, sobre todo, pasa a través de tu vida, de tu propia realidad, para descubrir a Dios.
ORA. Teresa es oración. Ésta es la clave de su vida. Una oración que se hace escucha amorosa, diálogo de amistad con quien sabemos nos ama (Vida, 8,5). Frente a nuestra cultura centrífuga, que nos acelera y nos empuja a vivir superficialmente, Teresa nos invita a emprender un camino personal al agua viva que sacia la sed.
Ese camino pasa por la interioridad, ese mundo tan cercano y a la vez tan desconocido, donde radica nuestra grandeza y dignidad: "El alma es como un costilla todo de diamante ... " (Moradas 1, 1, 1). Se trata de abrir nuestro interior a Dios, o mejor. de descubrir que "no estamos huecos" (Camino, 18, I O): que Dios habla, con voz distinta de la nuestra, dentro de nosotros. Un itinerario humilde, reconocer con sencillez la propia realidad y descubrir sobre ella la mirada amorosa de Dios, la de Jesús en el Evangelio.
CRISTO. Teresa es de Jesús. Su oración es amistad con Cristo, que se ha hecho hombre como nosotros para acompañar nuestras vidas: "es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero,. .. así que no quiera otro camino ... " (Vida, 22,6-7). Por eso su oración es vida y su vida oración: es toda una historia de seguimiento de Jesús, de identificación con Cristo, el Camino: ''juntos andemos" (Camino, 26,6). La magia de Teresa, su encanto, su fuerza, es Cristo. Acércate a Él, a través del Evangelio. Síguelo.
COMPARTE. En la vida "es menester hacerse espaldas" para apoyarnos y darnos luz mutuamente, y el amor crece cuando se comunica. (Vida 7,22). El amor a Dios, la amistad con Cristo se aprende y se pule en el roce comunitario, en el compartir fraterno. El primer legado de Teresa son unas comunidades, el Carmelo Descalzo. Para ellas escribe y desde la comunidad se entiende mejor lo que escribe. Y estas comunidades se inscriben dentro de otra mayor: la Iglesia, que centra su vocación. Teresa se entrega por la Iglesia y a través de la Iglesia sigue a Cristo. Teresa te invita a vivir esa clave: compartir la vida y el camino hacia Dios en grupo, en comunidad, con la Iglesia como horizonte.
PARTICIPA CON DISCERNIMIENTO. En estos meses encontrarás propuestas y actividades muy diversas. Y en fin, también el Centenario, como casi todo en nuestros días, puede convertirse en un "reclamo de consumo" (ya sabes de qué va ese juego: la pretensión de que tanto vales, cuanto posees/ ostentas/viajas/ haces/ etc). Pero Teresa amó la sencillez, como camino para vivir en libertad y para centrarse. No hace falta ir a todo, escoge lo que de verdad valga la pena.
"VUESTRA SOY, PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?" Así se expresa Teresa, agradecida, enraizada en Dios, abierta a Él, en búsqueda. El Centenario, al fin, es oportunidad para recoger la experiencia de esta mujer, su invitación a aventurar la vida y descubrir al Dios vivo que la llenó ¿Cómo encarnaremos este mensaje hoy y aquí? ¿Cómo haremos nuestras sus orientaciones para que nos guíen en la travesía de nuestra vida, la de cada uno? Te dejo esta pregunta clave.
Vida de santa Teresa
Teresa de Jesús, es sin duda la gloria más preclara de la ciudad de Ávila, en la que nació el 28 de Marzo de 1515, miércoles para más señas y a las cinco de la mañana como anotó su padre D. Alonso Sánchez de Cepeda, hijo de Juan Sánchez, un judío toledano converso y buen comerciante, que se traslada a vivir a Ávila donde se casa su hijo, primero con Doña Catalina del Peso y luego fallecida ella, en segundas nupcias con Doña Beatriz de Ahumada. Matrimonio cristiano, ejemplar y virtuoso del que nacieron ocho hermanos a Teresa, que sumados a los tres del primer matrimonio cuadran la cifra que la propia santa nos da el decir que “éramos tres hermanas y nueve hermanos”, resultando ser Teresa, según propia confesión, que así se sentía, la más querida de su padre y hermanos.
Y nada digamos de su madre que encontró en la hija su mejor amiga y confidente, compartiendo con ella sus devociones y gustos, como el de la lectura. Primero de las vidas de los santos y luego de los libros de caballerías, donde también aprenderá el galanteo, que no tardará en practicar con sus primos al entrar en su adolescencia. A la que llega tras pasar la dura prueba de la orfandad, con la muerte prematura de Doña Beatriz, a sus 33 años, cuando Teresa apenas había cumplido los 13.
Llevada por su padre a las Agustinas de Gracia, para cortar más de raíz la relación citada con los primos, empezará a sentir la llamada a la vida religiosa. Vocación que madura con sus lecturas y reflexiones que le impulsan a huir de casa ante la negativa de su padre, a darle su consentimiento, ingresando en 1535 en el convento Carmelitano de la Encarnación, mientras los hermanos varones se marchan a la América recién descubierta, en busca de gloria y hacienda.
Y en su convento vivirá feliz 27 años, siendo siempre, eso sí, el centro de la atención y el afecto de familia, monjas y seglares, y dándose ardorosamente a la virtud, tras su conversión en 1554.
Alcanzada su madurez humana y espiritual, a sus 47 años, buscando el seguir con mayor perfección el llamamiento que el Señor le había hecho y ayudar a la Iglesia con su oración y encerramiento, funda en 1562 el convento de San José en Ávila, al que luego seguirán otros catorce, recorriendo los caminos de Castilla y Andalucía.
Por si no fuera bastante, en los escasos tiempos que le deja su quehacer de fundadora, escribe sus libros, cumpliendo con la obediencia que le imponen sus confesores, y un sin fin de cartas con las que gestiona la vida, los problemas, las inquietudes de los conventos, de los frailes y monjas, de los amigos que forman su familia y su entorno.
Finalizada la fundación de Burgos en 1582, morirá en Alba de Tormes, el 4 de Octubre de ese mismo año. ADH 786