Conclusión del discurso de la Montaña
Leyendo esta conclusión *Mt 7, 13-29(, vemos que Jesús invita a decidirse y a escoger el buen camino que desemboca en la vida colmada de gracias. Anótense las palabras claves que resumen su pensamiento.
1º Interpretación del texto: Jesús concluye sus palabras con cuatro comparaciones proponiendo alternativas como dos caminos que se nos ofrecen en la vida; dos clases de profetas; dos tipos de discipulado, dos maneras de edificar la casa.
En cuanto a los caminos propuestos: Un camino abre hacia la perdición, pues una puerta ancha lo hace atractivo y fácil de acceso, pero cuidado ese camino conduce a la nada. En cambio por la puerta estrecha se entra por un camino angosto a la vida de verdad. La que procura paz, libertad y felicidad. Lo atractivo del camino ancho y lo angosto del camino estrecho, se relaciona con el relato del joven rico que pregunta a Jesús qué debe hacerse para ganar la vida eterna. Las riquezas, o sea el apego a sus ídolos fue el obstáculo del joven.
En cuanto a los profetas, algunos son falsos. Se les reconocen por sus frutos podridos. Inducen al pecado, a negar a Dios en la vida. En cambio el verdadero profeta transparenta el Reino de Dios como un árbol frondoso que da frutos sabrosos de vida de amor, misericordia, perdón.
En cuanto a los tipos de discipulado, Jesús invita a cuidarse de los que hablan y obran “bonito” pero que tienen una doble vida. El discipulado auténtico obra siempre según la voluntad de Dios. Este es el criterio que ilumina a los que buscan la verdad: el discipulado auténtico es el que hace la voluntad de Dios en todo lo que emprende.
En cuanto a edificar su casa espiritual. Se puede construir sobre arena y entonces la primera lluvia se llevara la casa con todo; o se construye sobre la roca y se estará firme frente a todas las pruebas de la vida. Esta tarea es primordial en toda vida cristiana: Tengo una casa espiritual que edificar sobre la solidez de la fe en el Reino de Dios.
Oyendo tal discurso la gente se admiraba de esta enseñanza dada con autoridad. Jesús transmite lo sólido sobre lo cual edificar la vida.
2º Meditación: Todas estas comparaciones las tomo para mí, las asimilo tratando de ver como se aplican a mi vida. Ya yo sé que le camino de la salvación exige mi esfuerzo de vida honesta. Me cuido de no seguir cualquier maestro, pues a sus frutos los puedo reconocer. Quiero ser el discípulo que busca siempre cumplir la voluntad de Dios, Así no me equivoco. Y mi casa espiritual la edifico sobre la Roca que es Dios como canta el salmo que recuerda la caminata por el desierto del Sinaí. De la Roca brotó el agua que da vida. Yo también me admiro de la enseñanza del Maestro Jesús que ilumina mi vida.
3º Oración: El Señor es mi Roca, mi defensa y el que me libera. Él es mi Dios, la Peña en que me refugio y mi escudo, mi fuerza salvadora y mi fortaleza. Sal 18, 2-3. Señor, haciendo tu voluntad, yo sé que no me equivoco de camino y que mi vida descansa sobre una roca firme. Este discurso tuyo me anima a andar decidido en la vida por lo que intento producir frutos de buenas obras en bien de la humanidad.
4º Contemplación: Miro a mis alrededores sobre la montaña: la gente se admira de las palabras que salen de la boca de Jesús. Lo ven hablando con toda autoridad. Se siente que el Espíritu divino lo ilumina en su enseñanza. Jesús está allí sentado con mucha paz y transmite su sabiduría al discipulado para que sepa escoger el camino recto y edificar su vida sobre la roca sólida de la fe. Ando yo decidido en mi opción fundamental de proyectar la voluntad de Dios sobre mi vida. ADH 802
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