Reflexión de la Comisión de la Conferencia Latinoamericana de Religiosos dentro del material propuesto para participar comunitariamente en el Día Mundial Contra la Trata de Personas.
Ambientación
Cada 30 de Julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas. Una invitación para reflexionar y renovar el compromiso por la defensa y el cuidado de la Dignidad y la Integridad de todas las personas.
Nuestra sociedad proclama la igualdad de derechos y la dignidad de todos los seres humanos, pero practica y tolera la desigualdad, acepta incluso hasta sus formas más extremas. Hombres, mujeres y niños son comprados y vendidos como esclavos por los nuevos mercaderes de seres humanos.
El grito de auxilio de hermanos y hermanas nos interpela y nos impone el reto de escuchar, de atender con una nueva mirada contemplativa, todas aquellas situaciones en las que algo se agotó, en las que se hace necesario poner la mirada en Jesús, para “Hacer lo que él nos diga”.
Hoy nos unimos a todo el mundo para rezar por la erradicación de la trata de personas, confiados en la voz de Jesús, la única capaz de movilizar con sentido, de transformar las estructuras anquilosadas, la mentalidad paralizada y las actitudes deshumanizadas.
Con María, nos sabemos invitadas/dos a la Fiesta del Reino, a ese banquete en el que hay lugar para todas y todos.
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