Lectura
Orante | P. Marcos Plante, msc
En Corinto, Pablo se vuelve hacia los no judíos
Frente
al rechazo de los judíos de la sinagoga, Pablo se dedica a la evangelización de
los griegos: De hoy en adelante me iré a los que no son judíos. Léase en Hechos
de los apóstoles 18, 7-17 anotando las palabras más relevantes.
1°
Interpretación: Pablo deja la sinagoga con mucho dolor pues, para él,
era primordial la acogida de Jesús Mesías de parte de los judíos. Visto el
rechazo rotundo de su pueblo, Pablo se dirige hacia los paganos. Se aloja en
casa de Ticio Justo, casa vecina de la sinagoga. Pablo guarda cierto vínculo
con la sinagoga pues, consigue que el jefe de la sinagoga, Crispo, creyera en
el Señor, él y toda su familia. Una conquista valiosa que debió enfurecer a los
judíos. Se dice que muchos en Corinto, al oír el mensaje, creyeron y fueron bautizados.
El Señor animó a Pablo; en una visión nocturna, el Señor le dijo: No tengas
miedo, no te calles, yo estoy contigo y nadie te hará daño pues, mi pueblo se
revela muy grande en esta ciudad. Así durante un año y medio, Pablo enseñó,
allí mismo, el mensaje recibido del Señor.
Viendo
el triunfo de Pablo, los judíos de la sinagoga se enfurecieron contra Pablo y
lo denunciaron como perturbador del pueblo ante el gobernador Galión, un hombre
imparcial y honrado. Este les respondió: Si se tratara de un delito o crimen
grave, los oiría, pero como se trata de la ley de ustedes, arréglense ustedes
mismos, y los echó del tribunal. En la calle y delante del tribunal la gente de
Pablo agarró a Sóstenes, el nuevo jefe de la sinagoga, dándole una paliza.
2°
Meditación: Pablo perseveró 18 meses en Corinto, a pesar del
rechazo de sus hermanos judíos, y realizó una labor con mucho éxito entre los
griegos de Corinto. Se formó una comunidad creyente numerosa de modo que Pablo
tenía apoyo de la población. Lo defendieron delante del tribunal del
gobernador. Yo experimenté y experimento siempre que el Señor no abandona nunca
al que se dedica a la evangelización. Lo oigo decirme: Yo estoy contigo, no
tengas miedo de comunicar por todos los medios mi mensaje de paz. Obra todo lo
que puedes obrar, estoy a tu lado. El Espíritu del Señor vela dando a la obra
su eficacia. Por eso, animo a todos a confiar en el Espíritu del Señor y a realizar
en su nombre toda obra en beneficio del pueblo, sobre todo los más pobres.
3° Oración: Escucha, Dios mío, mi oración; presta oído a mis palabras, pues, gente arrogante y violenta se ha puesto contra mí. ¡No tienen presente a Dios! Sin embargo, Dios es mi apoyo y mi ayuda; el Señor mantiene mi vida. (Salmo 54, 2-4) Gracias, Señor Jesús, sé que tú me acreditas tu Espíritu en todo lo que emprendo en tu nombre. ¡Quién vacilará en la tarea del Reino de Dios, si le socorra el Señor en todo momento!
4°
Contemplación: Veo a Pablo, con cara triste, pues, tiene que abandonar
la sinagoga por el rechazo de los judíos sus hermanos. Se decide por fin a pregonar
el mensaje a los no judíos. Estos lo acogen con espontaneidad, de modo que la
fe en Jesús Mesías se extiende como un fuego por toda la ciudad. Veo a los
judíos furiosos y desconcertados de ver a un judío como Pablo, que ha desistido
de la sinagoga, tener tanto éxito en la ciudad. Por eso, deciden acusarlo
delante del tribunal del gobernador romano. Pero el tiro les sale por la culata,
y el pobre jefe de la sinagoga Sóstenes recibe los golpes por su atrevimiento.
Veo que Dios ampara siempre a los que consagran su vida al Reino de los cielos.
ADH 838.
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