Solidaridad
| P. Miguel Ángel Gullón, op
La
opción preferencial por los empobrecidos de la tierra
Es
cierto que la «opción preferencial por los pobres» es un tema clásico –casi
viejo, podría decirse–, pero no hay que olvidar que ha recobrado una nueva
urgencia, debido a un sinfín de motivos. Según Gustavo Gutiérrez, «el
significado bíblico de la pobreza constituye una de las piedras singulares y
primeras de la teología de la liberación. Se trata, claro está, de una cuestión
clásica del pensamiento cristiano pero la nueva presencia de los pobres la
replantea con vigor. Una pieza clave de la comprensión de la pobreza en esta
línea teológica es la distinción –asumida después en Medellín en el documento Pobreza en la Iglesia– de tres
acepciones de la noción de pobreza: la pobreza como un mal, es decir no deseada
por Dios; la pobreza espiritual en cuanto disponibilidad a la voluntad de Dios;
y la solidaridad con los pobres al mismo tiempo que la protesta contra la
situación que sufren»[1].
Jesús
Espeja, profundo conocedor de la realidad mordiente de la pobreza urbana de los
barrios populares de Madrid, La Habana, Santo Domingo y Lima, y de la escasez
de recursos en las zonas rurales de Cobán, El Seybo, etc., cree que «la opción
por la causa de los pobres e indefensos pertenece también a la experiencia
teologal. El Dios revelado en la conducta histórica de Jesús es compasivo,
corre la “des-gracia” de los excluidos, y desde las víctimas “hace que sean las
cosas que todavía no son”»[2]. En la misma
línea, Gustavo Gutiérrez afirma que optar por el pobre es optar por el Dios de
la vida, revelado en Jesucristo, que destruye a los ídolos de muerte. Como
estos ídolos matan dentro de una organización social, la teología de la
liberación exige «entrar en el mundo de la clase social explotada, de sus
valores, de sus categorías culturales […] hacerse solidario con sus intereses y
con sus luchas»[3].
A
lo largo de mis años de estudio y de la práctica docente de la materia Moral Social Cristiana en el Centro de
Teología Santo Domingo de Guzmán, he mantenido interesantes tertulias con mis
alumnos y alumnas sobre este tema que nos preocupa profundamente. El alumnado
proviene de ámbitos de penurias materiales y, por tanto, conoce bien las causas
y consecuencias de esta realidad que tiene parámetros muy similares en los
diferentes lugares de la región. Uno de los aspectos en que coincidimos es en
relación a los términos para designar correctamente cada concepto. Preferimos
el cambio del término «pobre» por el de «empobrecido», pues explica mejor la
situación en la que viven muchas personas que sufren el empobrecimiento a causa
de las estructuras injustas de la sociedad.
A
partir de ahí damos un paso más con el calificativo «preferencial», que no hace
referencia a la exclusividad. Será G. Gutiérrez quien utilice esta expresión
junto a otros teólogos y los documentos de las Conferencias Latinoamericanas y
de la Doctrina Social de la Iglesia. En este sentido, afirma que «la opción
preferencial por el pobre, nacida de la experiencia y de la práctica de las
Comunidades cristianas latinoamericanas, se expresó inicialmente en Medellín y
fue acogida explícitamente en Puebla. Dicho enfoque forma parte hoy, como es
sabido, del Magisterio universal de la Iglesia; lo atestiguan numerosos textos
de Juan Pablo II y de diversos episcopados latinoamericanos. Si algo debe
quedar de este ciclo de América Latina y de la Iglesia, es precisamente esta
opción como compromiso exigente, expresión de un amor siempre nuevo y eje de
una nueva evangelización en el continente»[4].
Actualmente ha cobrado fuerza esta categorización incluso en ámbitos laicales,
como organizaciones no gubernamentales que tienen bien definida en su misión la
preocupación primordial por los empobrecidos. ADH 845
[1] G.
GUTIERREZ, Teología de la Liberación. Perspectivas, Sígueme, Salamanca
200417, p.
27.
[2] J. ESPEJA, Jesucristo. Ampliación del horizonte humano, Sígueme, Salamanca
2002, p. 119.
[3] G. GUTIÉRREZ, La fuerza histórica de los pobres, Sígueme,
Salamanca 1982, p. 62.
[4] G. GUTIÉRREZ, ¿Dónde dormirán los pobres?, en G. GUTIÉRREZ y G. L. MÜLLER, Del lado de los pobres, San Pablo, Madrid, 2013, p. 125.
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