Mundo Joven | Eduard Rafael Figueroa Sánchez, SJ*
El joven y la educación
Las sociedades y las culturas les han enseñado a
los jóvenes que tienen que superarse y esto solo lo pueden hacer desde la base
de la educación. La gran mayoría de los jóvenes dominicanos tiene en mente
terminar el bachillerato, llegar a la universidad y completar una carrera que
les proporcione las bases para responder a necesidades económicas. Esto se
acepta como bueno y válido.
Sin embargo, en una charla sobre la realidad del
joven de hoy, la antropóloga social y profesora especializada en Educación
Musical, Tahira Vargas García, afirmaba que —de la población juvenil dominicana
entre la edad de 14 a 18 años— solo el 36.8% del sexo masculino y el 50.7% del
sexo femenino asiste a la escuela. Pero ¿qué significa esto, además de que hay
más mujeres educándose que varones? Que la mayoría de jóvenes de sexo masculino
y la mitad de jóvenes de sexo femenino en esa franja de edad se encuentran
fuera de las escuelas.
Comienzan los estudios y por falta de recursos se retiran para buscar un trabajo que les responda económicamente
En esto pueden incidir varios factores, entre
ellos la falta de interés de los padres o tutores por enviarlos a la escuela.
No está de más mencionar que muchas familias de escasos recursos prefieren que
sus hijos trabajen a que estudien, para que ayuden a la manutención de la casa.
También otro factor es que la cantidad de escuelas que existe en algunos
barrios, a pesar del aumento de aulas en los últimos años, no da abasto a la
demanda y, por eso, muchos jóvenes se quedan sin cupo. Cabe mencionar los
embarazos a temprana edad o en adolescentes, y otras causas atribuibles a los jóvenes,
como son un corte de pelo prohibido en la escuela, mala conducta, falta de interés
por estudiar y a lo mejor el sentir que con los estudios no se llega a nada…
En el ámbito universitario, la realidad no es tan
diferente y se cumple el dicho: “son muchos los que inician el camino y pocos
los que llegan a su final”. Las universidades están llenas de jóvenes, y cada
vez entran más y más. Pero no todos terminan y la causa principal es que no
todos los jóvenes tienen la capacidad económica para estudiar. Muchos vienen de
familias de muy bajos recursos económicos o no tienen ayuda para su
manutención. Comienzan los estudios y por falta de recursos se retiran para
buscar un trabajo que les responda económicamente.
Lo que si hay que valorar es que los jóvenes de
hoy sienten un gran interés por estudiar, por conocer y progresar. Ven el
estudio como una condición para una mejor vida en el futuro.
* Eduard Rafael Figueroa Sánchez (Macoby),
sacerdote jesuita, licenciado en Filosofía por INTEC/Instituto Bonó y en
Teología por la Facultad Jesuita de Filosofía y Teología (FAJE) en Belo
Horizonte, Brasil. Publicado en la revista Raíces, Año 5, n. 09,
Octubre 2018, pp. 10-11.
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