Testimonios | Guillermo Aza, MSC
El legado cristiano de Monseñor Romero para
los pueblos latinoamericanos hoy
Si bien el contexto sociocultural, político,
económico y eclesial que vivió monseñor Romero, ha cambiado en gran medida en
El Salvador, como en los demás pueblos latinoamericanos, por lo que cualquiera
podría decir que el carácter pastoral y profético de Monseñor ya no tiene
vigencia ante la realidad actual. No obstante, quienes nos acercamos a conocer,
con seriedad y veracidad, la vida del obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero,
así como su contexto histórico, comprendemos que, al contrastar su realidad con
la nuestra, su legado cristiano, desde su dimensión de pastor y de profeta en
un contexto martirial, sigue vigente, y aún más, tiene mucho que aportar a
nuestra realidad.
Como profeta, Óscar Romero dejó a la Iglesia y a la sociedad en general el legado cristiano de la fidelidad al Evangelio
Como pastor, monseñor Romero nos hereda el legado
cristiano de la cercanía. Del sentirse uno más con su pueblo, sabiendo
distinguir su rol como líder eclesial pero no desde un poder autoritario e
impositivo, sino desde un poder que se ejerce como servicio. Asimismo, deja el
legado de la entrega y el servicio fiel al Evangelio, desde su compromiso
pastoral y su disponibilidad para acompañar a sus fieles y sacerdotes. Pero,
además, deja el legado cristiano de asumir con plena conciencia y libertad, el
compromiso bautismal y su servicio ministerial, colocando en el centro de su
vida y de su misión a los pobres, para salir a su encuentro y en su defensa
cuando sus derechos son vulnerados, violentados o negados.
Como profeta, Óscar Romero dejó a la Iglesia y a
la sociedad en general el legado cristiano de la fidelidad al Evangelio, al
Dios de Jesús, al Reino y al seguimiento del Nazareno. Una fidelidad que parte
de la fe madura y consciente, la cual no se desentiende de la realidad
histórica y del sufrimiento humano, que se expresa en los rostros de miles de
hombres y mujeres que son víctimas de la injusticia, el pecado y la idolatría,
sino que se compromete y se hace cargo de esa realidad. Asimismo, el profeta
salvadoreño deja el legado cristiano de la esperanza, histórica y escatológica,
que alimenta la fe del pueblo en el Dios de la vida que sale al encuentro de la
humanidad.
En primer lugar, porque al igual que en el tiempo de Romero y de Jesús existía una brecha social entre ricos y pobres
Todos estos valores cristianos que hemos
mencionado en monseñor Romero constituyen un aporte significativo y serio, ante
la realidad actual de nuestros pueblos latinoamericanos. En ellos descubrimos
las líneas pastorales y los trazos evangélicos que nos pueden ayudar en nuestra
vivencia cristiana de la fe. También, encontramos las claves de un verdadero
cristianismo que es coherente entre la ortodoxia y la ortopraxis, entre su
decir y hacer, lo que constituye su ser cristiano en plenitud.
Ahora bien, entre las razones que podemos
encontrar para decir que su legado cristiano sigue vigente en la actualidad,
están las siguientes: en primer lugar, porque al igual que en el tiempo de
Romero y de Jesús existía una brecha social entre ricos y pobres, la actual
realidad social de nuestros pueblos latinoamericanos nos sigue mostrando ese
factor, a un nivel bastante alto. Prueba de esto es la situación real de miles
de familias que ante la inesperada pandemia del Covid 19, ha mostrado que la
salud, la educación, el salario digno, entre tantos otros derechos humanos, hoy
se presentan como un privilegio de unos cuantos.
En segundo lugar, porque a pesar de que en nuestro
contexto ya no existen guerras como las que se vivían en el tiempo de Monseñor,
la violencia sigue golpeando al pueblo a través de diferentes maneras, tales
como: asesinatos, desapariciones, extorciones, delincuencia común, pandillas,
narcotráfico, injusticia social, corrupción, violencia institucional, etc. En
tercer lugar, porque ante una cultura del descarte y un sistema capitalista
neoliberal que pone su mirada en el crecimiento económico a pesar de la vida
humana, el testimonio pastoral y profético de Romero nos recuerda que, para el
cristiano, se ha de poner en primer lugar la vida humana, especialmente la del
pobre.
En cuarto lugar, porque el legado cristiano de
Romero que pone en el centro a los pobres, y que se esfuerza por hacer
concretar en la realidad la doctrina social de la Iglesia, converge con la
línea pastoral y eclesial que el actual pontífice plantea hoy a la Iglesia. Y,
por último, porque en el ámbito eclesial el evangelio de Jesús nos sigue
interpelado desde los pobres, para que la Iglesia y sus dirigentes expresen con
vivacidad su dimensión pastoral y profética, sabiendo acompañar al pueblo desde
la cercanía, desenmascarando la injusticia, el pecado y la idolatría vigentes,
y llevando esperanza a los pobres y excluidos.
Referencia
Sivatte, R. 1997. Monseñor Romero, los profetas de
Israel y los ídolos: la religión, las potencias extranjeras, las armas, el
poder.
Sobrino, J. Monseñor Romero y la Verdad, texto
reelaborado de la ponencia “Monseñor Romero y la verdad”, tenida en la UCA el
18 de marzo de 2011, en el contexto del Festival Verdad.
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