Vida Consagrada / Vida Nueva
Las Oblatas del SantÃsimo Redentor celebran el aniversario de su fundadora, “un diamante en bruto que hay que reivindicar”
El historiador Pere Fullana Puigserver analiza la
figura de Antonia de Oviedo y Schönthal
Como cada 16 de marzo, la congregación de las
Hermanas Oblatas del SantÃsimo Redentor celebran el aniversario de su
fundadora, Antonia de Oviedo y Schönthal, nacida el mismo dÃa de 1822. “Un
auténtico diamante en bruto que vale la pena reivindicar”, tal como subraya
Pere Fullana Puigserver, doctor en GeografÃa e Historia por la Universitat de
les Illes Balears, quien subraya que la figura de Madre Antonia sigue de total
actualidad.
“La gran fortaleza de Madre Antonia es que es un
personaje difÃcil de encajar en los estereotipos del siglo XIX, mucho más del
siglo XIX español”, apunta. “Por una parte, porque ella se educa en Suiza, por
lo que tiene una formación muy consistente, muy sólida. Esto es una riqueza
importantÃsima, porque ella, de alguna manera, se forma en un ambiente en el
que hay que mantener un compromiso social y religioso contundente”, explica
Fullana.
Además, Madre Antonia “hace una opción por el
catolicismo en un contexto de tensión y represión religiosa como era el de la Suiza
de la primera mitad del siglo XIX”, asevera. AsÃ, su formación, que le da
acceso a unas determinadas familias, entre ellas la propia familia real, le
permite entrar en contacto “con el mundo del Vaticano, del entorno papal”,
concretamente, con “el papa Pio IX”.
Atención a la mujer
“En el siglo XIX no es fácil encontrar una mujer
que reúna todas estas caracterÃsticas. Por tanto, esto ya le da una
singularidad que la hace un personaje fundamental cuando se revisa el papel de
la mujer en la historiografÃa del siglo XIX. Hoy en dÃa estas figuras tienen un
interés excepcional”, afirma.
Asimismo, Fullana apunta que en la España de la
época, “el caso de las fundadoras de congregaciones como las reparadoras, las
adoratrices y las oblatas tienen una singularidad: y es que ellas, siendo mujeres
que tenÃan una posición social elevada, optan por dedicarse ellas mismas,
Ãntegramente, a la obra”.
Por otra parte, ha aseverado que, “a partir de los
años 60 del siglo XX” se produce un “cambio radical en la sociedad y en la
Iglesia y cambia la mirada en relación a la mujer”. Y es que el carisma de las
Hermanas Oblatas se centra en la atención integral a la mujer en prostitución o
vÃctima de trata para la explotación sexual. “Toda esta obra habÃa sufrido
invisibilidad porque se tapaba incluso dentro de la propia Iglesia, porque no
era una obra que todo el mundo entendiera”, ya que “habÃa mucho pudor a la hora
de tratar con la prostitución y, en general, cualquier tema relacionado con la
mujer era bastante difÃcil de encajar con la moral tradicional”.
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