Peregrinando
a campo traviesa | Manuel Pablo Maza Miquel, S.J.
La deuda
lanzando y los ministros ponchándose
Entre la
renuncia de Necker como encargado de las endeudadas finanzas francesas (19 de
mayo de 1781) y su regreso al carguito (26 de agosto de 1788), ocuparon el
ministerio por los menos 7 funcionarios.
A mi
entender, estas son las explicaciones más convincentes de sus fracasos. La
deuda era enorme, más de 10, 000 millones de dólares. Se siguieron endeudando.
No limitaron los gastos de la corte de Luis XVI.
Se
propuso en vano, un impuesto a todos los terratenientes al momento de la
cosecha. Necker cucuteó el avispero, criticando cómo se estaban haciendo las
cosas.
En 1786
se firmó un tratado de libre comercio con Inglaterra, pero la incipiente
industrialización inglesa bastó para inundar a Francia con sus textiles. Haría
falta más confianza para pedir ulteriores préstamos, pero para ello habría que
reunir los Estados Generales y ¿qué desencadenaría esa reunión? Rey y
funcionarios optaron por reunir una Asamblea de Notables el 22 de febrero,
1787. Cuando se les exhortó aceptar impuestos, replicaron: “eso no pasaba con
Necker”. Y el clero: “necesitaríamos reunirnos en Asamblea”. El ministro
advertía: a Francia, le llegarán las entradas o la bancarrota. Llegó un nuevo
ministro el 1 de mayo de 1787. Lomenie du Brienne proponía un impuesto
temporal. Los Notables ripostaron: “queremos conocer el verdadero estado de las
finanzas francesas”.
Los
parlamentos de Paris y Bordeaux rehusaron registrar ulteriores préstamos sin
conocer el estado de las finanzas. Luis XVI ordenó el registro del préstamo.
El Duque
d ‘Orleans le conminó: “esto es ilegal”. El Rey: “no me importa. Es legal
porque yo lo digo”.
Los parlamentos
fueron presionados y algunos exiliados. Julio 13 de 1788: una tormenta de
granizo destruyó la cosecha en París y cercanías. Tres medidas aprobadas por
Luis XVI buscaron restaurar la confianza: convocar los Estados Generales para
el 1 de mayo de 1789; Necker de nuevo se encargaría de las finanzas de Francia
el 26 de agosto de 1788 y pretendiendo pellizcar a los privilegiados, el 27 de
diciembre, 1788, el rey aprobó que el Tercer Estado tuviera el doble de
representación. Numéricamente quedaba equiparado al clero y la nobleza, que
estaban tranquilos. pues cada estamento votaría en conjunto y tendría un solo
voto. Clero y nobleza tenían dos votos de tres.
El autor
es Profesor Asociado de la PUCMM: Manuel Maza/mmaza@pucmm.edu.do
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