Casa de Luz | Lic. Juan Rafael Pacheco
En el día de las Madres
Cada año, al acercarse el Día de las Madres, muchos
empiezan a pensar “seriamente” en que
tienen una mamá… y a tratar de adivinar “qué
le gustaría a mamá que yo le regale…”.
La idea de un día en el año dedicado de manera
especial a las madres es algo muy hermoso, que contribuye a crear conciencia
sobre la importancia de la maternidad responsable.
Hay una vieja leyenda que nos ayuda a aclarar la idea
y que estoy seguro muchos ya la conocen.
En tiempos de Maricastaña, un niño que estaba por nacer
le dijo un día a Dios: “Me dices que me vas a enviar mañana a la tierra, pero ¿cómo
viviré tan pequeño e indefenso como soy yo?”
A lo que
Dios muy cariñosamente le contestó: “Entre muchos ángeles escogí
uno para ti que te está esperando; ese ángel te cuidará”.
“Pero
dime, --le contestó el niño-- aquí en el cielo no hago más que cantar y
sonreír y esto me basta para ser feliz”.
“Tu
ángel te cantará y te sonreirá todos los días y tu sentirás su amor... serás
muy feliz”.
“Y
¿cómo entender cuando la gente me hable si no conozco el extraño idioma que
hablan los hombres?”
“Tu
ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar; con
mucho cariño y paciencia te enseñará a hablar”.
“Y
¿qué haré cuando quiera hablar contigo?”
“Tu
ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar”.
“He
oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?”
“Tu
ángel te defenderá aún a costa de su propia vida”.
“Pero
estaré siempre triste porque no te veré más, Señor”.
“Tu
ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi
presencia, aunque siempre estaré a tu lado”.
En ese
instante una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres, y
el niño presuroso repetía suavemente:
“Dios
mío, si ya me voy, dime su nombre, ¿cómo se llama mi ángel?”
“Su
nombre no importa, tú le dirás... ¡mamá!”
Retomando
la idea original, no es necesario que exista un día especial en el año para
recordar y reconocer el trabajo diario sacrificado, desinteresado y amoroso, de
una madre por sus hijos. Cada día debemos manifestarle a nuestra mamá el amor
que sentimos por ella y agradecer a Dios por habernos regalado una madre tan
maravillosa y especial.
En el Día
de las Madres y siempre, nuestro sincero reconocimiento a cada una de las
madres que lean estas líneas, y nuestro deseo de que el Señor siga bendiciendo
sus vidas y sus hogares. Asimismo, felicitamos a las abuelas, madrinas, tías, y
tantas otras almas nobles que ofrendan sus vidas en el cuido y protección de
los niños, y que tan fielmente nos presenta Mons. Ramón Ángel Jara en su
hermoso “Retrato de una Madre”:
Hay una mujer que tiene
algo de Dios
por la inmensidad de su
amor,
y mucho de ángel
por la incansable
solicitud de sus cuidados;
una mujer que, siendo
joven,
tiene la reflexión de una
anciana,
y en la vejez, trabaja con
el vigor de la juventud;
una mujer que, si es
ignorante,
descubre los secretos de
la vida
con más acierto que un
sabio,
y si es instruida,
se acomoda a la
simplicidad de los niños;
una mujer que, siendo
pobre,
se satisface con la
felicidad de los que ama,
y siendo rica daría con
gusto su tesoro
por no sufrir en su
corazón la herida de la ingratitud;
una mujer que siendo
vigorosa
se estremece con el llanto
de un niño,
y siendo débil se reviste
a veces con la bravura de un león;
una mujer que mientras
viva,
no la sabremos estimar,
porque a su lado todos los
dolores se olvidan,
pero después de muerta,
daríamos todo lo que somos
y todo lo que tenemos por
mirarla un solo instante,
por recibir de ella un
solo abrazo,
por escuchar un sólo
acento de sus labios.
De esta mujer no me exijáis
el nombre,
si no queréis que empape
con lágrimas vuestro álbum,
porque ya la vi pasar en
mi camino.
Cuando crezcan sus hijos,
léanles esta página, y
cubriendo de besos sus
frentes,
les dirán que un humilde
viajero
en pago del suntuoso
hospedaje recibido,
ha dejado aquí,
para ustedes y para ellos,
un boceto del retrato de
su madre.
Bendiciones y paz.
Mis cuentos aparecen publicados en Catholic.net
Este cuento aparece publicado en la página 175 de mi libro “¡Descúbrete! Historias y cuentos para ser
feliz”. Disponible en Papelería Villa Olga, teléfono 809 583 4165,
Santiago; Librerías Paulinas, La Sirena y Librería Cuesta.
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