Males del mundo y el Corazón de Jesús

Hermandad del Corazón | Equipo HCJ

Los males del mundo y el Corazón de Jesús

 

1. El egoísmo, la indiferencia, los males del mundo necesitan una respuesta efectiva, que transforme el odio en amor, la venganza en perdón, la violencia en convivencia fraterna, un mundo reconciliado. Para nosotros, la respuesta es el amor. Pero un amor compasivo, capaz de luchar por un mundo mejor, anunciar la conversión que cambia el corazón y cambia la sociedad. El amor es la mejor respuesta al mal, no el “ojo por ojo, diente por diente”, que puede destruir el mundo. La falta de amor no impulsa la justicia, la paz y el bien común. El amor misericordioso puede transformar los corazones, las familias, la sociedad; puede hacer ese amor que nos miremos como hermanos y hermanas, como lo que somos: hijos e hijas de Dios.

 

Como Iglesia salimos a anunciar la buena noticia del Evangelio y a servir a la humanidad para remediar los males de nuestro tiempo…El lema nuestro dice: “Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús”. ¿Cómo vamos a despertar esa conciencia misionera en la vida de la comunidad? ¿Tenemos la conciencia de ser una Iglesia en salida como dice el papa Francisco?

 

2. La Espiritualidad del Corazón de Jesús anuncia, celebra, vive y comparte el amor del Padre revelado en el Corazón del Hijo, y la vida en el Espíritu… La Hermandad tiene una misión fundamental para vivir la fe cristiana desde el amor misericordioso: visitar los enfermos, llevarles la comunión, acudir a los presos y personas solitarias, consagrar cada día la vida al Corazón de Jesús con el Culto Perpetuo, estar disponibles para servir en la parroquia, fomentar la Adoración del Santísimo, celebrar la Eucaristía, organizar fiestas y actividades parroquiales. Los cristianos tenían un perfil de gente espiritual, servidora, competente para la liturgia y la evangelización, conciencia de misión y apostolado.

 

Hoy también encontramos muchos “males” personales y sociales, y tenemos que dar nosotros una respuesta de amor. Nos preguntamos: En la sociedad actual, ¡a cuáles males concretos debe responder la Hermandad desde su misión de amar y reparar esos males en el mundo?

 

3. La Hermandad es una fraternidad de madurez o en camino de madurez. Aunque siempre se fomenta ese estilo de vida para toda la comunidad, la Hermandad es un proceso de maduración en el seguimiento de Jesús, recordamos el Evangelio de Juan que va profundizando el misterio de Jesús en el seguimiento diario, íntimo, comprometido. Exteriormente la gente sabe que las mujeres y hombres vestidos de blanco, con la cinta roja y la medalla en el pecho, estaban mucho más comprometidos para vivir el amor de Jesús y comunicarlo a todo el mundo, mediante la palabra y el testimonio. La Hermandad es un grupo visible en calidad y en cantidad. Tenemos que ser reconocidos especialmente por expresar todos los detalles del amor, de la acogida, de la escucha, de la compasión, para que nuestra presencia y estilo de vida manifieste la presencia de Jesús y su proyecto de salvación para toda la humanidad.

 

¿Cuáles son los rasgos de madurez de una persona profundamente espiritual? ¿Cómo se ve en la vida diaria que nos dejamos conducir por el Espíritu de Jesús y que nuestro apostolado es un modo de actuar como Jesús, que pasó sanando y haciendo el bien? ¿Qué puede hacer hoy la Hermandad para acudir a las personas más necesitadas del encuentro con Jesús?

4.  Actividades de la Hermandad

En el mes de junio celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Es todo un mes dedicado al amor que recibimos y compartimos en el encuentro con Jesús, su proyecto y la misión que nos encomienda.

Es también un mes de consagración en la Hermandad. Durante meses los grupos se formaron en la espiritualidad y la vida apostólica para pertenecer, por su consagración, a la Hermandad. El equipo de coordinación nacional visitó muchas parroquias, compartió talleres y reflexiones, incluso con nuevos grupos que se van formando a partir de este mes. Es una experiencia de fe esparcida por toda la geografía dominicana. Podemos decir que la Iglesia dominicana está consagrada al Corazón de Jesús. ADH 814.