María
| Alberta Encarnación/ADH
Treinta y tres años junto a María
Jesús el Hijo de Dios es hijo de María por obra y gracia del espíritu Santo. Por ser hijo de la humilde muchacha de Nazaret, el mismo Jesús nos da muchas señales para comprenderla y reconocerla.
Según
las Escrituras, María fue una mujer humilde, pobre como cualquier mujer marginada
del mundo. A la edad de doce años ya tenía una gran responsabilidad: Cuidaba de
su niño Jesús, hecho hombre para vivir como nosotros. Ella se encargaba de las
labores de la casa, cuidaba de los animalitos que tenía para consumo, lavaba,
preparaba los alimentos. Para la época a la edad de doce años las chicas
estaban listas para asumir un matrimonio.
La
madre de Jesús, nace en Nazaret un pequeño pueblo judío, que no tenía ninguna
importancia política; sus habitantes se dedicaban a la agricultura, José su
esposo, carpintero de profesión pertenecían a la clase artesanal, eran
considerados pobres sencillamente.
Era
una mujer de su época, pertenecía a una sociedad donde las comodidades
brillaban por su ausencia, pobres, muy pobres de verdad; pero era una mujer de
fe, sencilla y humilde.
Hay
opiniones en la sociedad actual del papel de María, incluso hay quienes hablan
cosas de ellas que no son ciertas, sin valorar todo lo que significó en el
proyecto de su hijo. María fue claramente el vínculo entre Dios y los hombres.
Quien
no conoce a María, la visualiza fuera de contexto, ve solo una imagen la que en
principio supone que mucha gente erróneamente adoraba; a María se le venera. Dios
Padre la amó de tal manera, que la elige para la misión de dar a luz al
Salvador, al Mesías, al Redentor del mundo.
A
la edad de treinta y tres años Jesús aparece al lado de María, su madre terrenal,
aunque se mantenía en constante movimiento por su misión de vida; estuvo ahí
hasta el final de sus días, sin dependencia, porque vino a hacer “la voluntad
del Padre” y creemos que están juntos en la vida eterna según la fe de los
cristianos.
Las
madres de hoy tenemos un ejemplo en María, imitémosla, en estos tiempos que
vivimos donde los valores se mezclan con los antivalores, donde hay excesos; el
libertinaje se vende como libertad, donde se confunde el amor con deseo.
Veneremos
a María acudamos a su corazón santo y sabio porque ella lo guardaba todo en su
corazón y el Padre que la conocía le daba el consuelo, la fuerza y la determinación
para seguir la misión.
Que
María, que representa a las madres del mundo, nos deje permanecer a su lado
treinta y tres años multiplicado por el infinito.
La
celebración del día de las madres en República Dominicana es a finales de este
mes de mayo, ya ha sido celebrado en otras partes del mundo, que su día esté
matizado por el ejemplo de una madre buena que guardó en su corazón tanto amor
para las madres dominicanas también.
¡Feliz
día de las madres a todas las Madres dominicanas este 2021 y siempre!
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