Beatificación | Osservatore Romano
Una mártir
de nuestros tiempos
Beatifican este domingo a la religiosa italiana
asesinada en ritual satánico. Fue en junio de 2000 cuando las jóvenes acabaron
con la vida de la religiosa tras propinarle 19 puñaladas. La Santa Sede
reconoce a María Laura como un ejemplo de luz y caridad
Han pasado 21 años desde su asesinato, pero todo el
mundo recuerda aún la querida figura de María Laura Mainetti, que en el momento
de su muerte era madre superiora de la comunidad de Chiavenna. Una religiosa
que, en junio de 2000, fallecía después de que tres chicas adolescentes
acabaran con su vida durante un ritual satánico en Italia, pese a que las
conocía desde hacía años, ya que acudían a clases de catequesis con Mainetti.
La religiosa será beatificada hoy domingo, 6 de
junio, en la diócesis de Como (Italia), tras convertirse en un ejemplo de luz y
testimonio de caridad, entrega y atención a los jóvenes. La ceremonia comenzará
a las cuatro de la tarde y la presidirá el cardenal Marcello Semeraro, prefecto
de la Congregación para las Causas de los Santos. Concelebrarán el obispo de
Como, monseñor Oscar Cantoni, junto con otros obispos y sacerdotes.
La beatificación tendrá lugar un año después de que
la Santa Sede reconociera el martirio que sufrió esta monja como consecuencia
del odio a la fe. Las verdugas de María Laura Mainetti apenas tenían 16 años
cuando cometieron este terrible asesinato a base de puñaladas (19). Tan solo
cumplieron ocho años de prisión.
Una monja comprometida con los jóvenes
Para lograr asesinarla, previamente le hicieron
perder la conciencia dándole un golpe en la cabeza con un ladrillo. Luego,
llegarían las 19 puñaladas (realmente querían 18, seis cada una, para conformar
la cifra de 666, es decir, el número de la bestia anticristo). Mientras
consumaban el atentado contra la monja, ella perdonaba a las adolescentes.
En un primer momento, las jóvenes habían
planificado asesinar a un sacerdote, Ambrogio Balatti, pero finalmente optaron
por una presa más fácil de reducir, ya que el cura era un hombre más fuerte,
por lo que las asesinas sabían que no iban a poder con él.
María Laura Mainetti era una monja comprometida con
los problemas que vivían los jóvenes. Un compromiso que conocían todos. Aprovechando
esta circunstancia, una de las adolescentes se puso en contacto telefónico con
la religiosa para que de esta manera saliera del convento. La argucia que puso
la joven es que estaba embarazada, por lo que se estaba planteando abortar.
La monja acudió para ayudar a la joven con falsos
problemas. Quedaron en encontrarse en un parque donde, sin poder defenderse, la
religiosa recibió el golpe en la cabeza. Tras quedar sin conocimiento,
comenzaron las puñaladas. El terrible y macabro asesinato se cometió mientras
sonaba la música de la artista Marilyn Manson.
Benedicto XVI alabó su figura
María Laura Mainetti se fue de esta vida demasiado
pronto, a los 61 años. En sus últimos segundos de vida solo rezaba y perdonaba
a las chicas. Así lo recordaba años después el papa Benedicto XVI cuando
recibió en audiencia a las hermanas de la congregación a la que pertenecía esta
religiosa tan querida: “Sacrificó su vida rezando por quien la golpeaba”,
comentó.
Con motivo de los veinte años de su asesinato, el
obispo de Como, monseñor Óscar Cantoni, celebró en la localidad de Chiavenna
una misa para rememorar la figura de esta religiosa que será beatificada este
domingo. El obispo no dudó en reivindicar a María Laura Mainetti como una monja
tierna, que amaba a Jesús, a los pobres y humildes. Cualidades que le han hecho
ser venerada por el pueblo de Dios.
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