Para vivir mejor | Javier Fiz Pérez
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consejos para mantener la cabeza fría en momentos difíciles
Aprende a controlar tu impulsividad y a comportarte de una forma más
racional.
Una persona impulsiva es una persona que actúa prevalentemente desde el
plano emocional, sin dar espacio a la racionalidad y sin medir las
consecuencias de sus actos.
La impulsividad es un rasgo de personalidad y por ello
presente en los comportamientos de cada día de la persona impulsiva.
Se da cuando reaccionamos a estímulos externos de forma rápida y
desmedida, sin ser capaces de reflexionar previamente.
Implica una tendencia a actuar por capricho, un comportamiento
caracterizado por la poca reflexión, previsión o consideración de las
consecuencias. Los comportamientos impulsivos suelen ser inapropiadas,
arriesgadas y con consecuencias indeseables.
Si aplicas estos consejos concretos lograrás controlar tu impulsividad
1. Responsabilízate: El primer paso es darte cuenta que
debes controlar tu impulsividad. Tomar conciencia de los momentos de
impulsividad es fundamental para actuar con prudencia cuando nos suceden. Es un
paso esencial.
2. Detecta los estímulos que te llevan a la impulsividad: Ayuda
escribir en un cuaderno una breve descripción de los momentos en que nos hemos
irritado excesivamente en el día y las causas de estos comportamientos.
3. Ejercítate en controlar el proprio volcán antes de que entre
en erupción: Significa ser capaz de detener la conducta impulsiva
antes de que aparezca.
4. Toma tiempo antes de reaccionar: Acostúmbrate a
dejar pasar unos segundos antes de reaccionar o actuar. El objetivo principal
es utilizar el tiempo para que aparezca nuestra parte racional, que se encarga
de controlar la impulsividad.
5. Desarrolla comportamientos y pensamientos alternativos: Las
reacciones impulsivas provocan un comportamiento determinado, por lo que si
conseguimos desarrollar un tipo de comportamiento alternativo cada vez que se
tema la aparición de la impulsividad será menos probable que aparezca. El
objetivo es que desarrolles una serie de ideas claves que te permitan enfocar
la vida de una forma más racional.
6. Canaliza tu energía y aprende a relajarte: Una de
las características de la impulsividad es que activa y prepara nuestro
organismo para responder de forma inmediata ante una situación determinada.
Para tener una menor predisposición a la impulsividad conviene que aprendas a
relajarte con más frecuencia. La actividad física ayuda a descargar energías y
tensiones negativas.
No toda impulsividad es negativa
Recordemos que la conducta impulsiva es también un mecanismo de defensa
que evita perder tiempo en reflexiones cuando se necesita una respuesta inmediata
para superar un peligro real. Los reflejos impulsivos para evitar un accidente
de tráfico ocasionado por un conductor imprudente que aparece a nuestro lado.
Es algo positivo.
El secreto está en el equilibrio que nos concede la buena gestión del
estrés. Es necesario ejercitarse en la gestión de la frustración y de las
contradicciones de cada día para reaccionar de manera racional y estratégica.
Los comportamientos se pueden aprender y lo hacemos durante toda la vida. Por
esto mismo, la gestión de la impulsividad es algo posible para todos.
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