Fe y Vida | Danilo Mora/NU
Del abuso y la explotación a liderar la lucha contra la violencia de género, historia de una refugiada en Costa Rica
Vino
desde desde Nicaragua y es solicitante de refugio. Hoy tiene la firme intención
de construir en Costa Rica un presente y futuro mejor para ella, pero también
para otras mujeres jóvenes, niñas y adolescentes.
Lilith
(seudónimo) tiene chispa en su mirada y las múltiples adversidades vividas no
han logrado apagarla. Aprendió a leer y escribir desde los tres años de edad y
tiene muy claro lo que quiere para su vida.
Cada
vez que las palabras salen de su boca, sus manos se mueven para enfatizar las
ideas y sus ojos buscan la mirada de sus interlocutores. Sabe contar historias
muy bien y capta fácilmente la atención de su audiencia.
Resulta
imposible no identificarse con esta joven de apenas 19 años, madre de un niño
de tres, y cuyas vivencias harían creer a cualquiera que ha vivido más de un
siglo.
Un
equipo de ONU Costa Rica, liderado por Allegra Baiocchi, coordinadora
residente, visitamos el hogar de Lilith en una zona de exclusión y
vulnerabilidad social en San José, la capital de Costa Rica. De hecho, no es su
casa, pero es como si realmente lo fuera.
Reside
allí desde hace unos meses, cuando Mayela, — su “nueva madre” y a quien conoció
por grupos de apoyo a personas refugiadas y migrantes en redes sociales —, le
dijo que se fuera a vivir con ella y su familia.
Desde
entonces, no se siente sola y por primera vez en su vida asegura que “tiene una
familia”.
Una
vida de abandono exclusión y abuso
Nos
sentamos con Lilith en la pequeña sala de aquella casa hecha de latas viejas,
sin piso, ni los servicios básicos necesarios, pero llena de personas que se
quieren y se apoyan incondicionalmente. El domicilio también está lleno de
mascotas: hay al menos cinco gatos y un perro que se acercan constantemente a
Lilith, buscando sus caricias y besos.
Desde
que iniciamos la entrevista salió a flote su personalidad encantadora y
expresiva. Nos habló con lágrimas en sus ojos de su difícil pasado, pero se
llenó de una ilusión inspiradora cuando relató que quería llegar a ser
periodista y dedicar su vida a la protección y prevención de la violencia y el
abuso hacia niñas y jóvenes.
“Mi
gran sueño es ser periodista para decirles a todas las niñas y jóvenes que no
están solas, que podemos apoyarnos y luchar juntas contra la violencia, el
abuso y la discriminación”.
Lilith
enfrentó desde niña una vida de abandono, exclusión y abuso. Contó que fue
“moneda de cambio” en un juego de cartas cuando era una niña pequeña y que fue
sobreviviente de la trata y la explotación infantil. Estos eventos pudieron
marcar la historia, pero no los anhelos ni la esperanza de esta joven
luchadora.
Su
participación en protestas sociales buscando la justicia y oportunidades de
estudio para ella y sus amigos, así como la denuncia que interpuso por abuso,
la obligaron a escapar de su país natal por amenazas a su vida y la de su hijo.
Con
una seguridad abrumadora, cuenta que sus metas en Costa Rica son tres: tener
una familia, lo que ya logró cumplir gracias a Mayela; estudiar, deseo que
retomará a partir del próximo año; y su tercer gran anhelo es convertirse en
una periodista reconocida para así ayudar a proteger a las niñas y jóvenes de
la violencia.
La
joven admira a Malala porque desde muy niña ha luchado por sus ideales, ha
promovido la educación y su ejemplo demuestra que las niñas y jóvenes pueden
cambiar el mundo.
Liderazgo
juvenil
Lilith
cuenta que tiene facilidad para relacionarse con las demás personas y para
impulsarlas a actuar. Pone de ejemplo cómo luego de hablar frente a un grupo de
jóvenes migrantes y solicitantes de refugio y refugiadas que estaban un poco
temerosas, logró que contaran sus vivencias y que las transformaran en consejos
y mensajes para evitar la violencia.
Es
así como Lilith asumió un liderazgo clave en el desarrollo de la campaña Ponete
en mis zapatos: Soy mujer, soy refugiada, tengo derechos.
Esta
iniciativa, impulsada por la organización Defensa de Niñas y Niños
Internacional en el país (DNI Costa Rica), las Naciones Unidas en Costa Rica y las
entidades del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR) , así como el Departamento de Asuntos Políticos y Consolidación de la
Paz (DPPA), reunió a niñas y jóvenes migrantes, solicitantes de refugio y
refugiadas para convertirlas en mensajeras de la esperanza, la unión y la
protección; y lucha contra la discriminación y la violencia hacia mujeres y
niñas.
El
trabajo con las jóvenes evidenció que, si bien muchas de ellas habían
experimentado violencia en sus países de origen, también han tenido que
enfrentar en sus comunidades de acogida violencia, xenofobia y distintas
maneras de discriminación, lo que ha generado desafíos en la inclusión en sus
comunidades de acogida.
Estos
son parte de los mensajes que la campaña Ponete en mis zapatos divulgará a
través de radios comunales, redes sociales y sistemas de mensajería instantánea
para dispositivos móviles y tabletas.
Una
campaña para las mujeres
Allegra
Baiocchi, Coordinadora Residente de la ONU en Costa Rica, fue parte el equipo
que visitó la casa donde vive Lilith, y quedó sorprendida por el entusiasmo,
pero sobre todo por el compromiso de la joven para convertirse en mensajera de
la esperanza y la lucha contra la discriminación y la violencia.
Es
difícil imaginar la fuerza interna que ha tenido Lilith para salir adelante. Su
valentía y compromiso con sus ideales de superación personal, pero también de
apoyo a otras niñas y jóvenes para prevenir la violencia en sus vidas, es digna
de reconocimiento y de ejemplo para motivar a muchas otras mujeres a unirse y
apoyarse para superar la exclusión y la violencia”, destacó.
Durante
su estancia en Costa Rica Lilith ha recibido protección y asistencia de ACNUR y
de dos de sus organizaciones asociadas: Defensa de Niñas y Niños Internacional
en el país (DNI Costa Rica) y Centro de Derechos Sociales del Inmigrante
(CENDEROS), mediante apoyo económico y psicosocial.
En
la actualidad, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), institución
gubernamental que brinda apoyo socioeconómico, capacitación y servicios de
cuidado a madres para que puedan trabajar, estudia su caso para definir pronto
la atención que recibirá.
Al
cerrar 2019, Costa Rica acogía a 6217 personas refugiadas y contaba con más de
87.000 solicitudes de refugio pendientes de resolución; lo cual ubicó al país
entre los 10 países que más aplicaciones de refugio recibieron a nivel mundial
de acuerdo con el informe Tendencias globales de desplazamiento forzado de
ACNUR.
La
mayoría de las personas refugiadas y solicitantes de refugio que llegan al país
huyendo de la persecución y la violencia provienen de Nicaragua, Venezuela,
Cuba y el norte de Centroamérica; sin embargo, hay personas reconocidas como
refugiadas de 40 nacionalidades distintas.
Lilith
se despidió agradeciendo que la hayan tomado en cuenta para esta campaña y
prometió llamarnos pronto para darnos más buenas noticias sobre sus estudios,
su futuro lleno de esperanza y su misión para seguir empoderando a más niñas y
jóvenes para luchar contra la violencia y la discriminación.
El
pasado jueves se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia
Contra las Mujeres y las Niñas y desde entonces nos encontramos en los 16 Días
de Activismo Contra la Violencia de Género.
Publicado
por Noticias ONU
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