Reflexión | Dulce María Martínez
Jesús está en mi bote,
aunque los vientos soplen
Desde
que reconocí que Jesús es el capitán de mi bote, no importa cuántas tormentas o
desafíos tenga que enfrentar.
Esta
canción me hace mover las piernas, aun cuando estoy sentada, reconociendo que
Dios me respalda incluso en las situaciones difíciles, reconociendo que sus
planes son perfectos, aunque en el momento de la dificultad no lo entienda, el
ampararme en El, me hace sentir fuerte y sin quebrantarme como al enemigo le
gustaría. Yo cuento con el Padre Celestial y sé que Él está en control.
Hace
ya cinco meses de la muerte de mi esposo, con quien Dios nos regaló cuatro
hijos, y compartimos en familia muchos momentos hermosos y otros no tanto, como
dicen ningún padre viene con un libro para serlo, pero la responsabilidad de mi
esposo de proveernos todo lo que necesitábamos, nos hizo ser muy agradecidos
con Dios por haberlo tenido a nuestro lado por todos estos años, una vida de
unión de pareja de más de 12 años, con nuestras virtudes y debilidades logramos
avanzar y al suceder su deceso creía que todo se me venía abajo, pensaba en mis
hijos y me estremecía, tantas preguntas y yo, ahora sola al frente de tantas
cosas, pero Dios en su inmenso amor no me ha dejado sola ni un instante, he
contado con el aliento de muchas personas y con el increíble apoyo de mi
familia, Dios me ha fortalecido de una
manera, que hasta yo me he quedado en shock; familiares, vecinos, amigos y
conocidos, me preguntan cómo estás, sólo puedo contestar, bendecida por Dios,
porque aun en medio de la tristeza, Dios me ha fortalecido demasiado y sé que
su voluntad es perfecta.
Soy más
que bendecida y favorecida por Dios, por todo lo que ha provisto en mi vida. Al
refugiarme en él y no apartarme de su camino; he enfrentado batallas a la vista
de muchos y otras en silencio, pero Dios en su inmensa misericordia ha estado
grande conmigo por lo cual, aunque me aflija, sé que Él está presente y
observándome, siempre pido sabiduría, dirección y fortaleza para cada día,
sabiendo que en todo momento cuento con su presencia y la verdad me lo ha
manifestado muchas veces, a veces sin merecerlo.
Soy
testigo de que cuando ponemos las cosas en sus manos, y prestamos atención a su
mensaje, Él nos hace saber qué hacer y que obtener en esos momentos de aprietos
y hasta en los momentos felices.
Por
todas estas razones al escuchar esta canción, entiendo que soy yo misma,
diciéndome que Dios está conmigo en este bote llamado vida, y aunque vengan las
pruebas no debo temer, porque cuento con el mejor capitán Mi Padre Celestial, por
quien en medio de la tormenta recibo paz.
Hoy
solo me queda decir, gracias Padre por tu iluminación y protección…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...