Testimonios | Melania Emeterio Rondón/ADH
A la partida de Martha Olga García
Al recibir
anoche esta información me quedé incrédula, más al confirmarla hoy, lamento
hondamente la partida de Martha Olga García. Mujer solidaria con el
movimiento social especialmente con la lucha de las mujeres y de la niñez,
haciendo énfasis en la capacitación y de la aplicación de la normativa y de los
convenios internacionales en favor de estos sectores. Por todos estos
esfuerzos, méritos y desvelos constantes en esa lucha, Martha Olga,
merecidamente, fue la primera Directora de la Promoción General de la Mujer, DGPM,
hoy Ministerio de la Mujer.
La conocí
personalmente cuando fue mi profesora de Sociología de la Familia en la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, y en lo adelante fui observando sus
huellas, pues perseguía causas nobles, y sin ínfulas de grandeza, y así terminó
su vida. Aunque llegó a lo máximo en la judicatura, Jueza de la Suprema Corte
de Justicia, seguí observando en esta Magistrada a la misma mujer que no se
escondía o disimulaba para saludarte.
A partir de la
promulgación de la Ley 24- 97, Contra la Violencia Intrafamiliar, Martha Olga
fue uno de los soportes de la Fundación para la Integración Social y Educativa,
FISOE. Ella nos acompañó en el Barrio de Capotillo, impartiendo talleres sobre
la familia y la Ley 24- 97 así como del Código de Protección del Menor,
Ley 14- 94. No le importó que las actividades fueran llevadas a cabo en un
callejón que luego daba acceso a un espacio amplio para la capacitación, y
cuando no podía hacerlo, enviaba a una abogada y magistrada de la Corte.
La distinguí
en vida y la reivindico en su partida. No fui excepción en el trato que de ella
recibí, pues ese fue el comportamiento social que vi. La recuerdo, junto a la
Dra. Mercedes Lora, (otra grande y solidaria) acompañándome en la puesta
en circulación de dos de mis libros en el año 2017. La recordaré por
siempre, pues fue la única que, (a excepción de la que en ese momento
coordinaba la oficina de Naciones Unidas para la Mujer, INSTRAW) no me negó la
entrevista para socializar el proyecto de FISOE, “Casa de Evangelina: Refugio
para Mujeres Víctimas de Violencia”. Ella no temió a la idea contenida en un
proyecto novedoso, ni tenía ningún recelo, sino apertura y deseo de
colaborar.
Hace aproximadamente dos meses que conversé buen rato con Martha Olga, y dentro de su situación general de salud, de la que nadie puede escapar, la sentí vital. Bien se sabe que sobre la tierra nadie quedará para siempre, pero la partida de esta mujer es perdida grande para la sociedad dominicana, y especialmente para la mujer y la niñez, entre otras de sus muchas causas.
Paz y buena acogida a su alma.
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