A Debate | Austin Ruse/Z
Anthony Fauci y Bill Gates realizaron durante décadas
experimentos médicos con africanos
Gates
posee acciones en empresas farmacéuticas como Merck, GSK, Eli Lilly, Pfizer,
Novartis y Sanofi, junto con fuertes posiciones en Gilead, Biogen, Astra-Zeneca,
Moderna, Novavax e Inovio. Muchas de ellas son empresas autorizadas por Anthony
Fauci para la producción de fármacos utilizados experimentalmente en los
africanos y que han reportado enormes beneficios a Gates.
Con
la recientemente anunciada jubilación del jefe de enfermedades infecciosas de
Estados Unidos, Anthony Fauci, conviene hacer un breve repaso de su trabajo en
África.
Fauci
ha pasado 40 años experimentando con africanos para desarrollar vacunas
destinadas a curar todo tipo de enfermedades, desde el ébola, el zika, la
gripe, el cáncer, muy especialmente el VIH, y recientemente el COVID-19.
Tras
más de cuatro décadas de investigación, miles de millones de dólares gastados,
miles de ensayos clínicos y cientos –quizá miles– de víctimas africanas de
prueba, el Dr. Fauci y su socio Bill Gates no tienen mucho que mostrar de su
trabajo.
Se
les acusa desde hace años de utilizar a los africanos como conejillos de indias
para medicamentos dudosos que no funcionan y que a menudo causan un gran daño,
mientras se benefician masivamente de la experimentación con víctimas
involuntarias. Hay que señalar que, después de muchos anuncios dramáticos de
ensayos clínicos, hasta la fecha todavía no hay ninguna vacuna para el VIH.
Como
dice Robert F. Kennedy en su nuevo libro, The Real Anthony Fauci, «Gates y el
Dr. Fauci son sólo los últimos de una larga lista de cruzados, estafadores y
conquistadores que aparecen periódicamente en el continente armados con la
convicción de que saben lo que es mejor para los africanos».
Los
investigadores Jeremy Loffredo y Michelle Greenstein sostienen que la Fundación
Gates «parece ver al Sur Global tanto como un vertedero de medicamentos
considerados demasiado inseguros para el mundo desarrollado como un campo de
pruebas para medicamentos que aún no se ha determinado que sean lo
suficientemente seguros para el mundo desarrollado.»
Como
dice Kennedy, «las vacunas médicas son la solución preeminente de Gates para
los males de la pobreza, el hambre, la sequía y la enfermedad. Lo absurdo de
las costosas vacunas como remedio para la indigencia, un bálsamo para la
desnutrición o la escasez de agua potable es obvio cuando uno considera que
tres mil millones de personas viven con menos de dos dólares al día.
Ochocientos cuarenta millones de personas no tienen suficiente para comer. Mil
millones carecen de agua potable o de acceso al saneamiento. Mil millones son
analfabetos. Cerca de un cuarto de los niños de los países pobres no terminan
la escuela primaria».
Bill
Gates describe sus esfuerzos como «filantro-capitalismo», algo en lo que fue
pionero la fundación de John D. Rockefeller cuando intentaba limpiar su imagen después
de que la Standard Oil fuera sometida a un escrutinio federal y fuera disuelta
por violar la Ley Antimonopolio de Sherman.
Kennedy
describe así el funcionamiento del «filantro-capitalismo»: entre 1994 y 2020,
Bill y Melinda Gates donaron 36.000 millones de dólares en acciones de
Microsoft a su propia fundación. Al mismo tiempo, Gates creó algo llamado Bill
and Melinda Gates Investments que «invierte predominantemente en empresas
multinacionales de alimentación, agricultura, farmacia, energía, telecomunicaciones
y tecnología con operaciones globales». De 2000 a 2022, la fortuna de Gates ha
pasado de 63.000 millones de dólares a 133.000 millones. Se expandió en 23.000
millones de dólares sólo durante el cierre de COVID 2020. Gates posee acciones
en empresas farmacéuticas como Merck, GSK, Eli Lilly, Pfizer, Novartis y
Sanofi, junto con fuertes posiciones en Gilead, Biogen, Astra-Zeneca, Moderna,
Novavax e Inovio. Muchas de ellas son empresas autorizadas por Anthony Fauci
para la producción de fármacos utilizados experimentalmente en los africanos y
que han reportado enormes beneficios a Gates.
En
este momento, gracias a sus donaciones filantrópicas, Bill Gates es el segundo
mayor financiador de la Organización Mundial de la Salud, sólo superado por
Alemania.
Publicado
por Zenit
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