Vida Religiosa | Amedeo Lomonaco/VN
Como San Lorenzo, testigos del Evangelio al servicio de los
pobres
Recorremos
la vida y el martirio de San Lorenzo, a quien la Iglesia conmemora cada 10 de
agosto, a través de algunos de los lugares diseminados por la ciudad de Roma.
Al final de la audiencia general, el Papa expresó el deseo de que la fiesta
litúrgica de hoy suscite en todos, el deseo de seguir su ejemplo. Una
invitación que el padre Arturo Nevastri, párroco de la BasÃlica de San Lorenzo
Extramuros donde se conserva el cuerpo del mártir cristiano, renueva también
ante nuestros micrófonos.
Desde
los primeros siglos del cristianismo, se lo suele representar como un joven
diácono vestido con la dalmática. Patrono de los diáconos, cocineros y
bomberos, San Lorenzo ofrece un extraordinario testimonio de amor a Cristo,
marcado por su solicitud por los pobres, su generoso servicio a la Iglesia de
Roma y por su martirio: asiste al Papa en la celebración de los ritos,
distribuye la EucaristÃa y administra bienes y ofrendas para atender las
necesidades de los pobres. Asà lo recordó hoy el Papa Francisco durante la
audiencia general, en su saludo a los peregrinos de lengua italiana:
“Que
la fiesta litúrgica de San Lorenzo, diácono y mártir de la Iglesia de Roma,
suscite en todo el deseo de testimoniar el Evangelio, siempre disponible para
los pobres y los que están en dificultad”.
Martirio
y testimonio
En
el año 258 d.C., el emperador Valeriano promulgó un edicto para diezmar la
jerarquÃa de la Iglesia. El prelado de Cartago, Cipriano, escribió en una carta
que el Papa Sixto II sufrió "el martirio con cuatro diáconos el 6 de
agosto". Las fuentes históricas informan que Lorenzo, tras la muerte del
PontÃfice, se presentó ante el prefecto acompañado por una multitud de
lisiados, enfermos y pobres. “Los tesoros de la Iglesia – dijo – son
estos".
Sin
embargo, fue condenado a muerte. Según una antigua "pasión", recogida
por San Ambrosio, su cuerpo fue "quemado en una parrilla". San León
Magno, en una homilÃa, comentó el atroz martirio de la siguiente manera:
“Las
llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo; y el fuego que lo quemaba por
fuera fue más débil que el ardÃa por dentro”.
El
suplicio de San Lorenzo inspiró diversas obras de arte, textos de piedad y
refranes populares. La noche del 10 de agosto se asocia tradicionalmente al
fenómeno de las estrellas fugaces. Se considera que evocan los carbones ardientes
sobre los que el Santo fue martirizado.
Los
lugares de San Lorenzo
Hay
varios lugares en la ciudad de Roma relacionados con la vida y el martirio del
diácono del Papa Sixto II. La iglesia de San Lorenzo in Fonte conserva los
estrechos espacios de la celda del joven al que el Papa Sixto II habÃa confiado
el servicio de atención a los pobres. En las paredes de la única nave pequeña
hay dos puertas: en el dintel de la izquierda, la inscripción indica la entrada
al hipogeo donde el diácono, utilizando un manantial de agua bautizó, no sólo a
su compañero de prisión, Lucilio, sino también a su carcelero, el centurión
Hipólito. En el lugar del martirio se encuentra la iglesia de San Lorenzo en
Panisperna. Mientras en la iglesia de San Lorenzo in Lucina se conserva el
hierro utilizado, según la tradición, para el martirio del joven diácono.
Después
de su muerte, su cuerpo fue depositado en una tumba en la VÃa Tiburtina. En
este lugar, hoy adyacente al monumental cementerio del Verano, Constantino
mandó construir una basÃlica, restaurada en el siglo XX tras los daños causados
por el bombardeo de Roma del 19 de julio de 1943. Se trata de la BasÃlica de San Lorenzo
Extramuros, donde está enterrado su cuerpo, en la cripta de la confesión, junto
con los santos Esteban y Justino. Los restos fueron descubiertos durante las
obras de restauración realizadas durante el pontificado del Papa Pelagio II.
A
pocos pasos de Campo de' Fiori, en la actual Plaza de la CancillerÃa, se
encuentra la BasÃlica dedicada a San Lorenzo in Damaso. Fue erigida por el Papa
Dámaso, quien, durante su pontificado, se ocupó de preservar la memoria de los
mártires, es decir de aquellos que testimoniaron la verdad de Cristo con las
palabras, las obras y la sangre. En la Ciudad del Vaticano, en el Museo de la
BasÃlica de San Pedro, se conserva la cabeza de San Lorenzo. En el pasado, la reliquia
era expuesta para la veneración de los fieles el 10 de agosto en la parroquia
pontificia de Santa Ana en la Ciudad del Vaticano.
Un
dÃa especial en la BasÃlica de San Lorenzo Extramuros
El
testimonio de San Lorenzo del que habló el Papa hoy es, según subrayó a Vatican
News el padre Arturo Nevastri, párroco de la BasÃlica de San Lorenzo
Extramuros, "para alimentar con la fe y con las obras de caridad”, por
esta razón invitan constantemente “a ser más generosos imitando precisamente a
San Lorenzo".
Al
detenerse en la relación de la BasÃlica de San Lorenzo Extramuros con los
hermanos menores capuchinos, el padre Nevastri recordó que hay que remontarse
al 1855. En aquel año el Papa PÃo IX encomendó la BasÃlica a los capuchinos. Y
en este tiempo, en el ámbito de la caridad, se señalan muchas iniciativas: en
particular, se creó un banco de alimentos por parte de jóvenes universitarios
para ayudar a los pobres y apoyar a los comedores de Cáritas.
La
BasÃlica de San Lorenzo Extramuros – añadió el padre Nevastri – vive la jornada
especial del 10 de agosto con celebraciones litúrgicas. Por la mañana se
celebró un momento solemne presidido por el ministro provincial de los hermanos
capuchinos, el padre Matteo Siro. Durante estas celebraciones se distribuyen panecillos
bendecidos. A las 19:30 está prevista una celebración solemne presidida por
monseñor Daniele Salera. A este momento solemne le seguirá una procesión en el
barrio romano de San Lorenzo. En esta fiesta – recuerda la agencia Sir – se
inaugurará y bendecirá un nuevo icono de San Lorenzo. Se trata de una
representación de la vida del santo que se articula en dieciséis tablas
pictóricas.
Publicado
por Vatican News
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