Reflexión | P. José Pastor RamÃrez/LD
Hijos que abandonan a sus padres
En
un sistema familiar sano se generan vÃnculos afectivos sólidos que se mantienen
y se incrementan con el tiempo. En estas familias los padres y los abuelos son
los artÃfices de la revolución de la ternura.
Sin
embargo, en adultos mayores se verifican diversos tipos de violencia, tales como:
maltrato fÃsico y emocional, negligencia, abandono y abuso sexual y financiero.
Como si esto fuera poco, se promueven otras formas de violencia, más penosas,
que consiste en el descarte, el olvido y el desprecio de los envejecientes. El
abandono y el rechazo son dos conductas inhumanas y asesinas.
El
Papa Francisco invita a combatir tales comportamientos. Él tiene una imagen
bellÃsima para indicar el valor de los padres y de los abuelos, dice: “los
abuelos y los mayores no son sobras de la vida, desechos que se deben tirar”
sino que “son esos valiosos pedazos de pan que han quedado sobre la mesa de
nuestra vida, que pueden todavÃa nutrirnos con una fragancia que hemos perdido,
la fragancia de la memoria”. Custodiemos su vida y sus sueños. Cuidémoslos para
que no nos arrepintamos mañana de no haberles dedicado suficiente atención a
quienes nos amaron y nos dieron el ser.
Según
la psicóloga Valeria Sabater, existen muchas causas por las cuales ocurre este
distanciamiento, por ejemplo: Hay hijos que actúan de manera egoÃsta y no les
visitan. Pero, también, existen madres tóxicas y padres autoritarios.
“Esta
indiferencia se debe, entre otras causas, a trastornos psicológicos, pero nunca
en el cien por cien de los casos”. Otras veces, a vÃnculos complejos, a la
personalidad de los hijos, a la interferencia de terceras personas que
envenenan las relaciones y no saben dirigirlas hacia buen puerto. Como, por
ejemplo, “las parejas de los hijos o las nuevas parejas de alguno de los
progenitores, en el caso de una separación, influyen en la relación directa entre
padres e hijos y no precisamente para bien”. También, en buena parte de los
casos de distanciamiento se producen por desapego, humillaciones, falta de
apoyo, crÃticas o autoritarismo excesivo por parte de los progenitores.
Hay
indicadores de maltrato del adulto mayor: se ve descuidado, sucio, presenta
dificultad para dormir, pérdida de peso, retraimiento, presenta moretones;
carece de: anteojos, andador, dentadura postiza y medicamentos. Además, un
aviso de desalojo por no pagar la renta de la casa. En este momento, más que
hacer recriminaciones, los padres podrÃan comunicar sus propias necesidades,
por ejemplo: “Qué bueno que llamaste, extrañaba escucharte” o “estuve pensando
mucho en ti”. Sugiere el Santo Padre: “conviene una nueva alianza entre los jóvenes
y los mayores, de compartir el común tesoro de la vida, de soñar juntos, de
superar los conflictos entre generaciones para preparar el futuro de todos”
porque “sin esta alianza de vida aumentarÃan los vÃnculos rotos, las soledades,
los egoÃsmos y las fuerzas disgregadoras”.
Los
padres y los abuelos, que han alimentado nuestra vida, hoy tienen hambre de
nosotros, de nuestra atención, de nuestra ternura y de sentirnos cerca. Seamos
humildes e inclinemos agradecidos la cabeza ante ellos. ¡Honremos a los
mayores!
Publicado
por ListÃn Diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...