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Nueve palabras que los papás nunca deben decirle a sus hijos
Las
palabras son muy poderosas: se quedan en nuestra mente, impactan nuestro ser, nuestra
autoestima y dejan huellas en nosotros, tanto si son positivas como negativas;
y más si estamos hablando de la educación de los hijos.
Es
por eso que debemos tomar consciencia de cada cosa que les decimos a los hijos
y procurar por usar un lenguaje apropiado, sano, positivo y constructivo.
Entre
las nueve palabras que no se debe decir a los hijos, se encuentran las
siguientes:
1.
Mandón
El
problema de aplicar este término a un niño o niña, es con fines de criticarlos
sin pensar en el daño psicológico que se les puede causar. Es decir, al
llamarlos así, se les hace ver desde niños, las pocas posibilidades de adquirir
el papel de líder. En ese sentido hay que buscar alguna alternativa que le haga
saber que no debe de tener tanta rudeza con sus amigos o con las personas que
interactúe.
2.
Consentido
El
hecho de tener muy consentido a un hijo, depende netamente de los papás, y en
ese sentido, el carácter con el que crezcan, es atribuido con la total
responsabilidad a ellos. Puede ser un daño que perjudique directamente su vida,
pues cuando lleguen a una edad adulta, querrán seguir teniendo todas las
oportunidades a sus pies y en ese sentido, pueden frustrarse al ver que la vida
no es tan fácil como se la hicieron ver sus padres en su niñez.
3.
Listo
Llamar
así a un niño, puede ser un arma de dos filos, pues, por un lado, elogiarlo de
manera repetitiva puede levantarle la autoestima, pero lo cierto es que, las
personas suelen ser listas en un determinado tema y en otros no. Por lo que
llamarlos así, pudiera causar un problema al grado de que cuando se enfrente a
un problema que no puede resolver por sí solo, podría causarle una crisis de
identidad. Es mejor para el pequeño que se elogien las virtudes concretas que
le han permitido resolver un problema. Así, el "qué listo eres" se
convierte en algo mucho más útil: "Me encanta la forma en que te
concentraste con esto para encontrar una solución".
4.
Egoísta
Los
niños son egocéntricos por naturaleza de forma inherente. Y no desarrollan por
completo la teoría de la mente hasta que no cumplen 3 años. Es decir, ellos
actúan por instinto sin saber a quién hace sentir mal su comportamiento o su
despotismo. En esa etapa, si se les llama egoístas, definitivamente no van a
comprender el término. Una vez que crecen, hay que hacerles saber de otra forma
que no deben actuar egoístamente para no entorpecer (entre otras cosas) su
interacción con sus familiares, amigos, etc.
5.
Mentiroso
El
primer problema que se desprende de llamarles bajo este término es que los
niños no actúan con maldad cuando mienten, por lo que al estar escuchando que
se les llama así, van creando una mentalidad dañina que puede afectar en su
futuro. El segundo problema es que se pasan por alto todos los logros
intelectuales que ha alcanzado un niño al decir una mentira, logros que, de
hecho, deberían celebrarse.
6.
Princesa
El
contratiempo con esto, radica en fomentar la autosuficiencia, el valor y una
imaginación libre para conocer otros roles que no tengan que ver con castillos
y príncipes apuestos. Sin embargo, ese entorno soñado, no va a rodearla por
siempre, por lo que desde pequeñas hay que ayudarles a que pongan los pies
sobre la tierra.
7.
Rompecorazones
Durante
las edades tempranas de los niños, llamarles así, podría generar un adelanto
significativo en su etapa de enamoramiento, haciendo que pierda la realidad
sobre lo que le corresponde vivir como niño. Lo que se sugiere, es que no se le
llame así de manera innecesaria e irresponsable, ya que esto podría acarrear
problemas graves en su futuro.
8.
Estúpido
Evidentemente
es una palabra que subestima a los niños (incluso a los adultos) al grado de
que cuando uno se equivoca durante una actividad que está realizando, es muy
común autonombrarse así. Y se hace tan cotidiana esta forma de llamarle así a
las personas, que no hay manera de reparar el daño mental que se va formando
antes esta forma tan humillante de llamarlas así.
9.
Tonto
Es
sin duda, una de las formas más ofensivas y denigrantes de llamarle así a una
persona, y con mayor razón a un niño... Cuando se cae en el error de llamarle
así a una persona, no hay marcha atrás de reparar las grietas que pueda generar
en una relación cualquiera que ésta sea, como padre-hijo, maestro-alumno,
jefe-empleado, etc. Así es que es mejor, buscar una alternativa mucho más sutil
para hacerle saber a la persona o al niño en este caso, lo que se piensa de él
o ella, pero siempre buscando la mejoría, nunca agrediendo u ofendiendo.
Publicado
por LaFamilia.info (melodijolola.com)
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