Mundo | Johan Pacheco/VN
Más de 8000 millones en la Casa Común: “hermanos todos”
El
planeta alcanza un nuevo hito de población mundial, lo que hace apremiante el
bien común que garantice la inclusión de todos con igualdad de oportunidades.
Luego
del 15 de noviembre de 2022, la población mundial ha superado los 8000 millones
de personas, una cifra que sube, pero de manera lenta. Solo los índices de
pobreza y desigualdad son aquellos que aceleran su distancia entre unos y otros
sin garantizar igualdad de condiciones para todos. El lento crecimiento
poblacional, también debe permitir discernir sobre el valor de la familia, el
don de la natalidad, y el bien común que le sostenga de manera integral.
La
Organización de las Naciones Unidas considera que, aunque las tasas de
crecimiento de la población han disminuido en las últimas décadas,
aproximadamente en 2037 la población sea de 9 mil millones, y los 10 mil
millones sean alcanzados quizás en el 2058. Cifras presentes y futuras que no
pasan desapercibidas, y nos lleva la interrogante ¿Qué mundo dejaremos a las
futuras generaciones?
Nota
Eclesial
La
actual pobreza de los pueblos, las desigualdades, las mínimas oportunidades de
calidad de vida, la crisis sanitaria que reciente quedo al descubierto con la
pandemia, y el lamentable desarrollo de la guerra en diversos confines, no
debería ser la respuesta, pero es la realidad de los que vivimos.
Desafortunadamente, también hay quienes consideran estas cifras, como
sobrepoblación, causa de diversos problemas, y peor aún se basa en ello para
promover el aborto, la eutanasia, las esclavitudes modernas y otras formas de
amenaza a la dignidad de la persona.
El
Papa Francisco ya haciendo una lectura de esta realidad, en la Carta Encíclica
Laudato Si’ nos propone la urgencia de vivir el principio del bien común: “En
las condiciones actuales de la sociedad mundial, donde hay tantas inequidades y
cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos
básicos, el principio del bien común se convierte inmediatamente, como lógica e
ineludible consecuencia, en un llamado a la solidaridad y en una opción
preferencial por los más pobres” (158).
Ocho
mil millones de personas, no debe considerarse simplemente como una cifra
conmemorativa, sino la oportunidad de tomar acciones para el bien común
necesario, incluso aquel que favorece el principio del destino universal de los
bienes que plantea el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, garantizando
el bienestar de todos y no de unos pocos: “Este principio se basa en el hecho
que el origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que
ha creado al mundo y al hombre, y que ha dado a éste la tierra para que la
domine con su trabajo y goce de sus frutos (cf. Gn 1,28-29). Dios ha dado la
tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes,
sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno” (171).
Hoy
quizás a pocos les interesa cuantos somos, quienes se alimentan bien, reciben
medicamentos, y cuantos mueren excluidos de la sociedad, sin importar que son
parte de esos 8000 millones que habitan bajo el mismo cielo, y pisando la misma
tierra. Pero al final, todos somos parte de la misma Casa Común, que tanto su
integralidad humana como ecológico debe ser preocupación de todos para que en
el futuro de las próximas generaciones se vivan con mejores oportunidades, sin
exclusión de ninguno.
Caminando
en esperanza podemos lograr vencer los obstáculos, asumir las más de ocho mil
millones de responsabilidades que tenemos para ser un mundo mejor. “Invito a la
esperanza, que «nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del
ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los
condicionamientos históricos en que vive” (Fratelli Tutti, 55).
Somos
8 mil millones en la Casa Común, somos hermanos todos, pero el sufrimiento
humano y los gemidos de la Tierra nos llaman a compromisos particulares que
fomente la caridad con el prójimo, y compromisos globales que comprometan a los
gobiernos asumir responsabilidades con el cuidado del planeta.
Publicado
por Vatican News
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...