Fe y Vida | José Calderero de Aldecoa
La inteligencia artificial rescatará 4.000 piezas
de canto gregoriano
El proyecto
Repertorium, financiado por la UE y coordinado por la Universidad de Jaén,
digitalizará y catalogará dos millones de documentos custodiados desde el siglo
XIX en la abadía benedictina de San Pedro de Solesmes. «Es el mayor aporte al
gregoriano desde su restauración», dice un experto
Para bucear
en el origen del canto gregoriano hay que trasladarse hasta el siglo VI, cuando
el Papa Gregorio I, preocupado por la unidad de la Iglesia, sentó las bases de
una liturgia común para todos los cristianos. No fue, sin embargo, hasta el año
755 d. C., en la localidad francesa de Metz, cuando los expertos fechan el
nacimiento de este estilo. A partir de entonces «se empezó a extender
rápidamente por todo el Imperio carolingio, la Unión Europea de la época»,
hasta su declive durante el Renacimiento, explica Alberto Díaz-Blanco, profesor
de Filología Hispánica y propietario de la segunda mayor colección del mundo de
grabaciones de este estilo de canto.
Siglos
después, concretamente a partir de 1862, el abad de San Pedro de Solesmes
(Francia), el benedictino Dom Prosper Guéranger, decidió involucrarse en la
restauración del gregoriano y envió a sus monjes por las catedrales y
monasterios de Europa con el objetivo de fotografiar todos los manuscritos
musicales que encontrasen. El material conseguido se almacena desde entonces en
la abadía, una ingente cantidad de placas de cristal y negativos de un valor
incalculable. «Hay que tener en cuenta que algunos de los originales han
desaparecido y las fotografías de la abadía son la única prueba de su
existencia», advierte Díaz-Blanco.
«Algunos
manuscritos originales han desaparecido»
Alberto
Díaz-Blanco
Portavoz de
Repertorium
Ahora, sin
embargo, volverán a ver la luz gracias al proyecto Repertorium,
financiado por la Unión Europea y desarrollado por un consorcio de empresas de
ocho países distintos, coordinadas por la Escuela Politécnica Superior de
Linares de la Universidad de Jaén. «Se trata de una herramienta de inteligencia
artificial que será capaz de digitalizar y archivar todos los manuscritos
musicales que están en Solesmes y los podrá comparar con todos los catálogos
sobre gregoriano que existen en el mundo», señala Pedro Vera-Candeas,
subdirector del área de Telecomunicaciones de la Universidad de Jaén.
En total,
se va a trabajar con cerca de 400.000 imágenes de manuscritos antiguos, que
contienen unos dos millones de cantos, y se espera que aparezcan unos 4.000 que
todavía no han sido transcritos, estudiados, catalogados ni cantados desde hace
más de 1.000 años. «Se trata del mayor aporte a la música gregoriana desde la
restauración de esta por Guéranger en el siglo XIX», sostiene Díaz-Blanco, que
es también uno de los portavoces de Repertorium y miembro de la Asociación
Hispana para el Estudio del Canto Gregoriano.
«Podremos
digitalizar los manuscritos musicales de Solesmes»
Pedro
Vera-Candeas
Universidad
de Jaén
Si esta
tarea se realizara de forma manual a través del ser humano, el proceso podría
extenderse durante siglos. Sin embargo, con la inteligencia artificial y la
financiación de la Unión Europea, solo se tardarán tres años. Lo que están
haciendo en estos momentos es entrenar a la herramienta, una operación que se
está realizando con 127.000 manuscritos fotográficos de Solesmes y que esperan
completar en ocho meses: «Le presentamos una imagen y le explicamos cuál es la
melodía y el texto en latín que le corresponde». Una vez concluida esta primera
parte, los ingenieros practicarán con varios modelos distintos. La idea es que
todo esté listo para dentro de un año y medio. «El resto del tiempo la
herramienta ya se centrará en la digitalización y en la búsqueda de
concordancias con otros catálogos», detalla Vera-Candeas, una operación que
tiene una tasa de acierto por encima del 90 %.
Una vez que
el archivo musical de la abadía benedictina francesa esté en la nube, la idea
es revertir todos esos siglos de olvido y que se pueda difundir entre el
público en general. En este sentido, Repertorium tiene previsto difundir el
proyecto a través de distintos ciclos de conferencias y ferias. También
elaborará diferentes materiales para explicar el proceso en el ámbito educativo
y, además, editará una serie de publicaciones para su difusión.
Un
concierto en Madrid
El acto más
esperado, sin embargo, es un concierto que los impulsores de la iniciativa
esperan celebrar en Madrid en julio del año que viene. «Nuestra intención es
mostrar algunos de las piezas inéditas que va a ir encontrando la inteligencia
artificial», concluye Alberto Díaz-Blanco, que sueña con que la iniciativa, en
su conjunto, contribuya a una difusión «mayor si cabe» del canto gregoriano y
que este «favorezca la unidad de Europa», como ocurrió en su origen.
«No hace
falta más que mirar la realidad del continente para darse cuenta de lo oportuno
de Repertorium», un proyecto que, además, tiene otras aplicaciones. Se
utilizará también para la digitalización y catalogación de manuscritos
históricos de ópera barroca del siglo XVIII pertenecientes a la base de datos
Didona, del Instituto Complutense de Ciencias Musicales.
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