Mensajes | Alessandro De Carolis
El Papa a los jóvenes:
¡No tengan miedo! Son la luz de nuestro tiempo
Francisco preside la misa ante
un millón y medio de jóvenes y les exhorta a no desanimarse ante ningún
obstáculo: la Iglesia y el mundo los necesitan como la tierra de la lluvia
"No tengan miedo", se
repite una, dos, tres, cuatro veces. La amplificación reverbera la exhortación
de Francisco y la transporta a lo largo del área inmensa del Parque Tejo y
parece por un momento escuchar en ese apremiante llamamiento el eco de la misma
invitación, hace 45 años, que hizo San Juan Pablo II, pronunciada en un
contexto diverso y a un mundo diferente, pero en el fondo no demasiado distinto
del actual. "No tengan miedo", queridos jóvenes, porque son como la lluvia
de una tierra reseca por mil males, son un "baño de luz" de presente
y de futuro en los muchos rincones oscuros de nuestro tiempo. El Papa apuntó a
las fibras del alma del millón y medio de jóvenes que le escuchaban, en el
último gran acto de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa.
"¿Qué
nos llevamos de la JMJ?"
La llegada del papamóvil al
mismo lugar de la Vigilia de la noche anterior es la señal para los chicos, que
se arremolinan hacia las vallas para saludar su paso, zigzagueando entre el colorido
mosaico de tiendas canadienses, sacos de dormir, mochilas, esterillas. Las
banderas a medio arriar comienzan a ondear de nuevo a toda velocidad, el
recordatorio de que Francisco está allí de nuevo para compartir otro momento
culminante de la JMJ. Encima, y sobre todo delante del escenario, hay 700
obispos y al menos 10.000 sacerdotes listos para concelebrar la misa de
clausura. En su homilía plantea enseguida la pregunta que está en el corazón de
todos: "¿Qué nos llevamos con nosotros volviendo al valle de la vida
cotidiana?
Luz que
reconforta cuando llega la oscuridad
Francisco condensa la
experiencia y el legado de Lisboa 2023 en tres verbos: "resplandecer,
escuchar, no tener miedo". El Evangelio de la liturgia del día, el pasaje
de la Transfiguración, orienta la reflexión y sugiere las imágenes adecuadas. Los
apóstoles envueltos en el resplandor en el Tabor hacen, explica el Papa, tienen
"baño de luz" que los confortará en la "noche de la
Pasión".
Amigos,
queridos jóvenes, también hoy nosotros necesitamos algo de luz, un destello de
luz que sea esperanza para afrontar tantas oscuridades que nos asaltan en la
vida, tantas derrotas cotidianas para afrontarlas con la luz de la resurrección
de Jesús
Atención a
los egoísmos encubiertos
Después de los muchos aplausos y
oleadas de entusiasmo encendidos por la Vigilia, ahora la escucha se hace en
atento silencio. Francisco dice que nos convertimos en luz no "cuando
mostramos una imagen perfecta" bajo los reflectores", sino que
"brillamos cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él".
Amar como
Jesús, eso nos hace luminosos. Eso nos lleva a hacer obras de amor. No te
engañes, amiga, amigo, vas a ser luz el día que hagas obras de amor. Pero
cuando en vez de hacer obras de amor hacia afuera, veas a vos mismo, como un
egoísta, ahí la luz se apaga.
Y si los ojos pueden captar esta
luz, los oídos, dice, deben aprender -segundo verbo- a "escuchar a
Jesús".
“Escúchenlo. Escuchar a Jesús,
todo secreto está ahí. Escuchás qué te dice Jesús. ‘Yo no sé qué me dice’.
Agarrá el Evangelio y leé lo que dice Jesús y lo que dice en tu corazón”. Él
nos enseña el camino del amor, escuchálo a Jesús. Porque, por ahí nosotros con
buena voluntad emprendemos caminos que parecen ser del amor, pero en definitiva
son egoísmos disfrazados de amor. Tené cuidado con los egoísmos disfrazados de
amor”.
Ustedes que
luchan por la paz, ¡no teman!
El tercer verbo, "no
temer", es aquel con el que Jesús, recuerda Francisco, tranquiliza a los
discípulos en el Tabor, conmocionados por el acontecimiento de la
Transfiguración y la voz que oyeron venir del cielo. Después de la
"gloria" de la JMJ, es el paralelo del Papa, podría invadirles el
"pesimismo". Y es aquí donde Francisco hace suyas las palabras de Jesús
para devolvérselas a quienes tendrán en sus manos el mañana del planeta:
A ustedes,
jóvenes, que quieren cambiar el mundo, y está bien que quieran cambiar el mundo
y que quieran luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen
ganas y creatividad a la vida, pero que les parece que no es suficiente; a
ustedes, jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra, necesita
la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí,
precisamente a ustedes, jóvenes, Jesús hoy les dice: “No tengan miedo”. “No
tengan miedo”.
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