La Iglesia Hoy | Federico Piana
Dario Vitali: "Sinodalidad, misionariedad
y diaconado: retos de la Iglesia para 2024"
La comprensión profunda del verdadero significado de
caminar juntos, la reflexión sobre cómo llevar el Evangelio al mundo extremo y
a las periferias existenciales, y el discernimiento sobre el papel del
diaconado estarán en el centro del compromiso de la Iglesia en este nuevo año
que acaba de comenzar, son los desafÃos de la Iglesia enumerados por el padre
Dario Vitali, coordinador de los teólogos de la primera fase del SÃnodo.
Algunos de los retos más importantes que deberá
afrontar la Iglesia universal en este nuevo año que acaba de comenzar están
relacionados con el SÃnodo que concluirá con la segunda fase prevista para el
próximo mes de octubre. Lo subraya el padre Dario Vitali, profesor de
eclesiologÃa en la Pontificia Universidad Gregoriana, consultor de la
secretarÃa general del SÃnodo de los Obispos y coordinador de los expertos
teólogos de la primera fase sinodal. "En primer lugar -explica-, 2024 será
una oportunidad para profundizar en el tema central de la sinodalidad. Debemos
evitar que sea un tiempo vacÃo que no haga madurar los frutos esperados en la
primera parte del trabajo sinodal que nos ha dado un amplio horizonte'.
Cuidadosa
reflexión
La Iglesia sinodal saliente, el método sinodal y la
relación entre autoridad y participación son algunas de las cuestiones
principales sobre las que todos los obispos y todas las Conferencias
Episcopales deberán empezar a reflexionar detenidamente. En el trasfondo está
la labor misionera: "Un desafÃo -dice el padre Vitali- que hoy debe tener
en cuenta el carácter de la Iglesia sinodal. Una misión que no sea sinodal
corre el riesgo de ser una acción de proselitismo: cada grupo va por su lado,
cada sujeto realiza la misión según su propia idea. En el fondo, se activa una
dinámica misionera que corresponde al propio modelo de Iglesia con el riesgo de
una peligrosa polarización".
Profundizar en
el diaconado
Otro reto en el horizonte se refiere a la
profundización del diaconado y al discernimiento sobre el diaconado femenino.
El padre Dario Vitali subraya una premisa, necesaria para responder a una
necesidad compleja: el redescubrimiento del diaconado puede atribuirse al
Concilio Vaticano II. Y este redescubrimiento -continúa- determinó el
replanteamiento de todo el tema del ministerio ordenado. Debemos tener presente
que el Concilio nos restituyó el sacramento del Orden en tres órdenes:
episcopado, presbiterado y diaconado. Diaconado precisamente como grado
permanente de la jerarquÃa eclesiástica".
Una mirada a la
Tradición
Por lo tanto, debe haber una reflexión sobre el
diaconado que concierna a su propia naturaleza y, continúa el padre Vitali,
independientemente "de los sujetos implicados". ¿Cuál es la
naturaleza del diaconado? ¿Para qué sirve? ¿En la Iglesia para qué sirve? Está
claro que si se piensa en estricta unidad con las otras dos órdenes, en clave
sacerdotal y en forma de ascenso al grado más alto, entonces no cabe una
atribución a sujetos distintos de los hombres que permanecen diáconos o reciben
el segundo grado en forma ascendente que, sin embargo, no corresponde a la
Tradición".
El papel de la
mujer
La Tradición, detalla el teólogo, "concebÃa el
ministerio diaconal como una forma de servicio a la comunidad, y en la
Tradición habÃa también una presencia de mujeres que realizaban este servicio.
Y es precisamente esta presencia femenina en la Tradición la que nos obliga a
reflexionar sobre si no podemos restituir el diaconado también a las mujeres.
Una reflexión que deberÃa permitirnos encontrar un equilibrio dentro de la
Iglesia respetando todas las sensibilidades existentes".
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