Diálogo Interreligioso | Roberto Cetera
Rabinos y académicos al
Papa: Sembró amistad donde había rivalidad
En una carta,
los líderes hebreos expresan gratitud a Francisco por su "mano tendida a
los judíos de todo el mundo": el compromiso de la Iglesia "ha
transformado nuestras comunidades", apreciamos "su empeño en oponerse
activamente al antisemitismo y al antijudaísmo"
"El esfuerzo de la Iglesia por
cultivar la comprensión donde antes había rivalidad, la amistad donde antes
había animosidad, y la empatía donde antes había desprecio, ha transformado
nuestras comunidades y ha dejado una huella duradera en nuestras
historias". En su carta, Santidad, encontramos una confirmación de este
compromiso, que adquiere aún mayor importancia en estos tiempos en que la
inestabilidad amenaza incluso las relaciones cultivadas durante muchas
décadas". Este es el pasaje central de una carta enviada al Papa Francisco
por una serie de rabinos y estudiosos del diálogo judeo-cristiano, cuyos
firmantes son los rabinos Jehoshua Ahrens (Fráncfort/Berna), Yitz Greenberg
(Jerusalén/Nueva York) y David Meyer (París/Roma), así como Karma Ben Johanan
(Jerusalén) y Malka Zeiger Simkovich (Chicago).
El mismo grupo ya había escrito al
Santo Padre, el pasado mes de noviembre, para abogar por una renovada cercanía
entre judíos y cristianos tras la masacre del 7 de octubre y las regurgitaciones
de antisemitismo y antijudaísmo registradas en diversas partes del mundo.
El Papa Francisco había enviado
entonces su carta del pasado 2 de febrero "a los hermanos y hermanas
judíos de Israel", en la que aseguraba la solidaridad de toda la Iglesia
con el pueblo judío y, al mismo tiempo, hacía un llamamiento a una rápida
pacificación entre todos los pueblos de cualquier etnia y confesión religiosa
que habitan Tierra Santa.
Ayer llegó este nuevo texto de
estudiosos judíos para agradecer al Papa sus apreciadas palabras. "Nos
reconforta que haya tendido su mano a los judíos del mundo y, en particular, a
los de Israel, en este momento de gran sufrimiento", escriben, valorando
"también su compromiso de oponerse activamente al antisemitismo y al antijudaísmo,
que en los últimos tiempos han adquirido dimensiones desconocidas para la
mayoría de nosotros durante nuestra vida."
"Las palabras que salen del
corazón entran en el corazón", escriben agradecidos, citando al rabino
Moshe Ibn Ezra. Y prosiguen: "Vivimos un momento de la historia que
requiere perseverancia, esperanza y coraje. El poder transformador de Nostra
Aetate es una inspiración para nosotros, ya que muestra que la
fraternidad puede recuperarse incluso en el conflicto más difícil".
Por ello, concluyen, "nos unimos a nuestros hermanos y hermanas católicos
en su convicción de que las religiones pueden ser fuerzas creativas, imbuidas
del poder de abrir caminos que de otro modo permanecerían cerrados".
El profesor Karma Ben Johanan,
coordinador del grupo de firmantes, confirma a "L'Osservatore
Romano": "Hemos acogido la carta del Papa como una invitación a
profundizar en el diálogo entre nuestras comunidades. Han pasado casi 60 años
desde que el Concilio Vaticano II inició una nueva era en las relaciones entre
judíos y cristianos. Hoy debemos renovar nuestras relaciones a través de las
tribulaciones de este triste tiempo'. Y añade: "A pesar de las tensiones
actuales, estamos convencidos de que nuestras relaciones son lo suficientemente
sólidas como para superarlas y avanzar, pero aún queda mucho trabajo por
hacer".
La carta concluye recordando que
"el dolor de los habitantes de esta tierra, ya sean judíos, cristianos,
musulmanes u otros, afecta a nuestras vidas y a nuestro futuro" y
"nos unimos a usted Santo Padre en la oración por la paz, el fin del
terror, la curación de los heridos y el consuelo para todos los que están
afligidos y de luto".
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