Nuestra Fe | Renato Martinez
El Papa: El Evangelio es
palabra viva y segura que nunca defrauda
Este 26 de
enero, el Santo Padre presidió en la BasÃlica de San Pedro, la Santa Misa en el
Domingo de la Palabra de Dios, en el cual instituyó a 40 nuevos lectores de
diferentes partes del mundo y con la cual se concluyó el Jubileo del Mundo de
la Comunicación. El PontÃfice: “La Palabra de Dios está viva; camina con
nosotros a través de los siglos y actúa en la historia por el poder del
EspÃritu Santo”.
“El Señor, en
efecto, no nos ha hablado como a oyentes mudos, sino como a testigos,
llamándonos a evangelizar en todo tiempo y en todo lugar”, este fue el núcleo
de la homilÃa que pronunció el Papa Francisco en la Santa Misa que presidió
este 26 de enero, en la BasÃlica de San Pedro, en el Domingo de la Palabra de
Dios, en el cual instituyó a 40 nuevos lectores de diferentes partes del mundo
y con la cual se concluyó el Jubileo del Mundo de la Comunicación.
La Palabra de Dios está viva y camina a través de los
siglos
Este III
Domingo del Tiempo Ordinario, dÃa en el que la Iglesia celebra el Domingo de la
Palabra de Dios, el Santo Padre señaló que el Evangelio que hemos escuchado nos
anuncia el cumplimiento de una profecÃa colmada del EspÃritu Santo. Y quien la
cumple, precisó el Papa, es Aquel que viene «con el poder del EspÃritu» (Lc
4,14): Jesús, el Salvador.
“La Palabra de
Dios está viva; camina con nosotros a través de los siglos y actúa en la
historia por el poder del EspÃritu Santo. El Señor, en efecto, permanece
siempre fiel a su promesa, que mantiene por amor a los hombres. Precisamente
asà lo dice Jesús en la sinagoga de Nazaret: «Hoy se ha cumplido este pasaje de
la Escritura que acaban de oÃr»”.
En Jesús todas las Escrituras encuentran pleno
cumplimiento
Luego, el
Obispo de Roma indicó la “feliz coincidencia” que se da en este Domingo de la
Palabra de Dios y en los inicios del Jubileo, en el cual se proclama esta
página del Evangelio de Lucas, en la que Jesús se revela como el MesÃas
«consagrado por la unción» (v. 18) y enviado a «proclamar un año de gracia del
Señor» (v. 19).
“Él es la
Palabra viviente, en la que todas las Escrituras encuentran pleno cumplimiento.
Y nosotros, en el hoy de la santa Liturgia, somos sus contemporáneos. También
nosotros, llenos de estupor, abramos el corazón y la mente para escucharlo,
pues «cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él quien habla»
(Conc. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium,
7)”.
Una misión única y universal en cinco acciones
En este
sentido, el Papa Francisco dijo que, con esta actitud de fe gozosa estamos
invitados a acoger la antigua profecÃa como proveniente del Corazón de Cristo.
De ahà su propuesta a reflexionar en las cinco acciones que caracterizan la
misión única y universal del MesÃas: única, porque sólo Él la puede realizar;
universal, porque quiere incluir a todos.
“Este
Evangelio es palabra de compasión”
En primer
lugar, Él es enviado «a llevar la buena noticia a los pobres» (v. 18).
“Este es el
‘evangelio’, la buena noticia que Jesús proclama: ¡el Reino de Dios está cerca!
Cuando Dios reina, el hombre está salvado. El Señor viene a visitar a su
pueblo, haciéndose cargo del humilde y del pobre. Este Evangelio es palabra de
compasión, que nos llama a la caridad, a condonar las deudas del prójimo y a un
generoso compromiso social”.
“Este
Evangelio es palabra de misericordia”
La segunda
acción de Cristo es «anunciar la liberación a los cautivos» (v. 18).
“El mal tiene
los dÃas contados, porque el futuro es de Dios. Con la fuerza del EspÃritu,
Jesús nos redime de toda culpa y libera nuestro corazón de toda cadena
interior, llevando el perdón del Padre al mundo. Este Evangelio es palabra de
misericordia, que nos llama a ser testigos apasionados de paz, solidaridad y
reconciliación”.
“Este
Evangelio es palabra de luz”
La tercera
acción, con la que Jesús cumple la profecÃa, es dar «la vista a los ciegos» (v.
18).
“El MesÃas nos
abre los ojos del corazón, a menudo deslumbrado por la fascinación del poder y
de la vanidad; enfermedades del alma que impiden reconocer la presencia de Dios
y que hacen invisibles a los débiles y a los que sufren. Este Evangelio es
palabra de luz, que nos llama a la verdad, al testimonio de la fe y a la
coherencia de la vida”.
“Este
Evangelio es palabra de libertad”
La cuarta
acción de Jesús es «dar la libertad a los oprimidos» (v. 18).
“Ninguna
esclavitud resiste a la acción del MesÃas, que nos hace hermanos en su nombre.
Las prisiones de la persecución y de la muerte son abiertas de par en par por
el poder compasivo de Dios. Este Evangelio es palabra de libertad, que nos
llama a la conversión del corazón, a la honestidad del pensamiento y a la
perseverancia en la prueba”.
“Este
Evangelio es palabra de alegrÃa”
Por último, la
quinta acción: Jesús es enviado a «proclamar un año de gracia del Señor» (v.
19).
“Se trata de
un tiempo nuevo, que no desgasta la vida, sino que la regenera. Es un Jubileo,
como el que hemos comenzado, preparándonos con esperanza al encuentro
definitivo con el Redentor. Este Evangelio es palabra de alegrÃa, que nos llama
a la acogida, a la comunión y a caminar, como peregrinos, hacia el Reino de
Dios”.
El Evangelio es palabra viva y segura, que nunca
defrauda
En el domingo
dedicado de manera especial a la Palabra de Dios, el PontÃfice agradeció a Dios
por habernos dado su Verbo, hecho hombre para la salvación del mundo. Este es
el acontecimiento del que hablan todas las Escrituras, que tienen como
verdaderos autores a los hombres y al EspÃritu Santo.
“Toda la
Biblia hace memoria de Cristo y de su obra y el EspÃritu la actualiza en
nuestra vida y en la historia. Cuando leemos las Escrituras, cuando oramos con
ellas y las estudiamos, no recibimos sólo informaciones sobre Dios, sino que
acogemos el EspÃritu que nos recuerda todo lo que Jesús ha dicho y ha hecho
(cf. Jn 14,26). De ese modo, nuestro corazón, inflamado por la fe, aguarda en
la esperanza la llegada del Reino de Dios”.
Llamados a evangelizar en todo tiempo y en todo lugar
Finalmente, al
recordar a los cuarenta hermanos y hermanas de diversas partes del mundo que
recibieron el ministerio del lectorado, el Papa Francisco invitó a responder
con entusiasmo al gozoso anuncio de Cristo. El Señor, en efecto, no nos ha
hablado como a oyentes mudos, sino como a testigos, llamándonos a evangelizar
en todo tiempo y en todo lugar.
“Comprometámonos
todos a llevar la buena noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los
cautivos, a dar la vista a los ciegos y a proclamar un año de gracia del Señor.
Entonces transformaremos el mundo conforme a la voluntad de Dios, que lo ha
creado y redimido por amor”.
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