Mensajes | Benedetta Capelli
El Papa: En el Evangelio
está la luz que puede ayudar a tantas familias heridas
En un mensaje
enviado a un seminario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida,
León XIV invita a convertirse en «pescadores de familias» para ofrecerles un
encuentro con la ternura de Dios: hay que testimoniar la gracia del matrimonio
a quienes eligen la convivencia, recordándoles que la vida cristiana es una
experiencia de encuentro y no sólo un estricto conjunto de preceptos que hay
que respetar.
Es una llamada
a ir a la fuente, a redescubrir la mirada de amor de Jesús sobre los hombres y
las mujeres de este tiempo que luchan por vivir su unión, que sienten el peso
de la soledad, pero están en busca de ese anhelo de fe «que habita en el
corazón de cada uno». Este es el sentido del mensaje del Papa León XIV al
seminario que tiene lugar en el Palacio de San Calixto de Roma hasta el 3
de junio, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida,
sobre el tema: "Evangelizar con las familias de hoy y de mañana.
Desafíos eclesiológicos y pastorales". Una iniciativa nacida a raíz del
Jubileo de las familias, los niños, los abuelos y los ancianos.
El Pontífice
ofrece una reflexión sobre los peligros que perciben las familias y que les
llevan a dejarse arrastrar «en un mar de solicitaciones mundanas», buscando
«modelos de vida ilusorios, donde no hay lugar para la fe» que se difunden por
medios «en sí mismos potencialmente buenos -como las redes sociales- pero
dañinos cuando se convierten en vehículo de mensajes engañosos».
La Paternidad de Dios
León XIV parte
del corazón del hombre, de esa «profunda búsqueda del infinito inscrita en el
corazón de cada uno» que confiere a las madres y a los padres «la tarea de
hacer conscientes a sus hijos de la Paternidad de Dios». En la importante
búsqueda de espiritualidad, especialmente de los jóvenes que piden «relaciones
auténticas» y «maestros de vida», es necesario que la comunidad cristiana se
haga «custodia» y, por tanto, cercana sobre todo a los que están
espiritualmente alejados o a los que se sienten excluidos.
¡Cuántas
personas ignoran hoy la invitación al encuentro con Dios!
Testigos del matrimonio cristiano
«Desgraciadamente,
frente a esta necesidad -escribe el Papa-, una “privatización” cada vez más
difundida de la fe» impide conocer "la riqueza y los dones de la Iglesia,
¡lugar de gracia, de fraternidad y de amor! Existe el peligro de «falsos puntos
de apoyo» que hacen resbalar hacia abajo. El Pontífice invita a la Iglesia a
«pescar» esta humanidad, «para salvarla de las aguas del mal y de la muerte
mediante el encuentro con Cristo».
Quizás muchos
jóvenes, que en nuestros días eligen la convivencia en lugar del matrimonio
cristiano, necesitan realmente que alguien les muestre de modo concreto y
comprensible, sobre todo con el ejemplo de la vida, qué es el don de la gracia
sacramental y qué fuerza se deriva de él.
Una religión irrealizable
Importante
para León XIV es la comunidad como soporte para educar a los hijos en la fe,
porque «la fe -subraya- es ante todo una respuesta a una mirada de amor, y el
mayor error que podemos cometer como cristianos es, en palabras de san Agustín,
“pretender hacer consistir la gracia de Cristo en su ejemplo y no en el don de
su persona”».
Cuántas veces,
en un pasado quizá no tan lejano, hemos presentado la vida cristiana
principalmente como un conjunto de preceptos que hay que observar, sustituyendo
la maravillosa experiencia del encuentro con Jesús, Dios que se nos dona, por
una religión moralista, pesada, poco atractiva y, en cierto modo, irrealizable
en la concreción de la vida cotidiana.
El Evangelio de la familia
En este
contexto, es esencial que toda la Iglesia se implique en la misión de ser
«pescadores» de familias que solas ya no se acercan más, creando una cadena de
familias que difunden el encuentro con la ternura de Dios.
No se dejen
desanimar por las situaciones difíciles que se les presentan. Es cierto, hoy
los núcleos familiares están heridos de tantas maneras, pero “el Evangelio de
la familia alimenta también aquellas semillas que aún esperan madurar”".
Identidad de creyentes
Para el Papa
León, no debemos dar respuestas apresuradas a las cuestiones difíciles, sino
estar cercanos, buscando comprender los caminos para superar las dificultades,
«dispuestos también a abrirnos, cuando sea necesario, a nuevos criterios de
evaluación y a modos de actuar diferentes, porque cada generación es distinta
de la otra y presenta sus propios desafíos, sueños e interrogantes».
Si queremos
ayudar a las familias a vivir caminos gozosos de comunión y a ser semillas de
fe las unas para las otras, primero debemos cultivar y renovar nuestra
identidad de creyentes.
«Ayudemos a
las familias a escuchar con valentía la propuesta de Cristo y las invitaciones
de la Iglesia», concluyó el Papa, asegurando su oración.
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