Actualidad | Alcedo A. RamÃrez
Padre
Emiliano Tardif, Misionero y Evangelizador
Por una extraña coincidencia del destino, el P. Emiliano
Tardif nació (6/Jun/1928) y murió (8/Jun/1999) en el mes de junio, que hoy nos
encontramos, lo que nos ha motivado a recordarle con aprecio y grata memoria,
por su forma de ser, sencilla y extraordinaria. Ordenado sacerdote en el 1955 y
enviado casi de inmediato a la República Dominicana, donde pasó la mayor parte
del resto de su vida, impartiendo a todos la calidez de su sonrisa y las
bendiciones de sus servicios pastorales.
Luego de una primera estancia en suelo dominicano, el Padre
Emiliano tuvo que regresar a su oriunda Canadá, padeciendo de una grave y
contagiosa enfermedad, como lo era la Tuberculosis, para buscar mejores
tratamientos que los que aquà se les podÃan ofrecer. Ya en pleno tratamiento,
internado en un centro de salud, pudo experimentar en carne propia la milagrosa
sanación ocurrida, de tan calamitosa dolencia y producto de las oraciones de un
Grupo de la Renovación Carismática, que habÃa insistido en orar por su
sanación. Luego, confirmada la milagrosa cura, tuvo la inspiración y el acierto
de dedicar el resto de su vida a la predicación de la Renovación en el EspÃritu
Santo.
Debemos recordar que uno de sus lemas favoritos, como
también el tÃtulo de uno de sus libros, es “Jesús Está Vivo”, con el que
enfatiza la presencia permanente de Cristo en el mundo y en nuestras vidas, ya
que nos ilumina desde su Resurrección, para continuar con su obra de
acompañamiento, liberación, sanación y transformación, mediante su ministerio
continuo de oración y sanación, en los diferentes Retiros de Evangelización
llevados a cabo, en todo el PaÃs y en muchos paÃses del Mundo.
Cabe destacar aquà que el Ministerio llevado a cabo por el
Padre Emiliano, en todos los lugares que visitó, asà como las experiencias de
sanaciones milagrosas ocurridas en sus actividades y eventos, fueron siempre en
el contexto de las oraciones, prédicas y retiros de evangelización que formaban
la esencia de su trabajo pastoral, ya que insistÃa en la necesidad de llevar a
todo el mundo la Buena Nueva del Evangelio y que correspondÃa a Dios la
realización de los milagros y sanaciones que consideraba necesarios.
Tal y como lo proclamaba continuamente, Jesús está vivo, y
su recorrido por tierras dominicanas y extranjeras lo demostraron con creces,
ayudando a extender el Reino de Dios en muchas partes del mundo. La Resurrección
del Señor y su Ascensión a los Cielos son evidencias claras de que Cristo va a
estar con nosotros todos los dÃas. Asimismo, el Padre Emiliano nos dejó la
lección de que tenemos que permanecer y perseverar en la presencia de Dios, a
través de pequeñas comunidades cristianas, a imitación de los primeros tiempos,
para poder seguir escuchando la enseñanza de Jesús, unirnos en la convivencia
entre hermanos, ayudarnos los unos a los otros y juntos participar en la
Fracción del Pan de la EucaristÃa.
Ahora es el momento para que todos juntos oremos a fin de
que el proceso en curso, de llevar al Padre Emiliano Tardif a los Altares de la
Iglesia Catolica, concluya de manera afirmativa, y de esta forma podremos
contar con la intercesión y los ruegos ante Dios de su Siervo Emiliano, quien pasó
su vida amando, ayudando, enseñando y sirviendo a los demás, para que fuéramos
mejores fieles y seres humanos. Adicionalmente, los que le conocimos vamos a
tener un ejemplo claro cómo se es un cristiano de verdad.
Como buen soldado de Dios, el Padre Emiliano partió a la
Casa del Padre con las botas puestas, su llamado al Cielo, mientras dormÃa,
sobrevino el 8 de junio del 1999, en la República de Argentina, donde habÃa
acudido para participar en un Retiro. Su legado, memoria y trabajo apostólico
vive en la Iglesia y a través de sus hermanos de orden y comunidad.
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