Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc
Señor, enséñame a rezar
(Homilía miércoles
8 de octubre 2025)
Basada
en las lecturas de Jonás 4:1-11, Salmo 85:3-4, 5-6, 9-10 y Lucas 11:1-4, esta
homilía reflexiona sobre la petición de los discípulos a Jesús: "Señor,
enséñanos a orar". A partir de estas lecturas, destacamos siete
elementos esenciales para vivir la oración en nuestra vida diaria hoy.
1.
La oración nos lleva a la humildad
Jonás
se enoja porque Dios perdona a Nínive, mostrando su falta de humildad (Jonás
4:1-4). La oración nos ayuda a reconocer nuestras limitaciones y a aceptar
que Dios es soberano. Hoy, la humildad en la oración nos libera de la
arrogancia y nos permite vivir en paz con los demás.
2.
La oración transforma nuestra perspectiva
En
Jonás 4:5-11, Dios usa una planta para enseñarle a Jonás sobre su
compasión por todas las criaturas. La oración abre nuestros ojos a la grandeza
del amor de Dios, que trasciende nuestras preocupaciones personales. Hoy,
la oración nos ayuda a ver el mundo con empatía y a actuar con justicia.
3.
La oración es un acto de confianza en la misericordia divina
El
Salmo 85:3-4 clama: "Ten piedad de mí, Señor, que a ti te estoy
llamando todo el día". La oración nos recuerda que Dios escucha
nuestras súplicas. En un mundo donde buscamos soluciones inmediatas, la oración
nos enseña a confiar en que Dios responde en su tiempo y según su bondad
infinita.
4.
La oración es perseverancia y relación constante
El
Salmo 85:5-6 pregunta: "¿Estarás siempre enojado con nosotros?
¿Prolongarás tu ira de generación en generación?". Esta súplica
refleja una relación constante con Dios, incluso en momentos de dificultad. La
oración no es un acto aislado, sino un diálogo continuo que fortalece nuestra
fe y nos sostiene en la vida moderna
5.
La oración surge de un deseo sincero
En
Lucas 11:1, los discípulos, al ver a Jesús orar, sienten el anhelo de
aprender a hacerlo. Esto nos enseña que la oración comienza con un corazón
abierto, que reconoce su necesidad de Dios. Hoy, en un mundo lleno de
distracciones, debemos cultivar ese deseo genuino de buscar a Dios, apartando
tiempo para conectar con Él.
6.
La oración nos alinea con la voluntad de Dios
El
Padrenuestro (Lucas 11:2-4) nos enseña a pedir "Hágase tu
voluntad". Jonás, en Jonás 4:1-11, se resiste a la voluntad de Dios
porque no comprende su misericordia hacia Nínive. La oración nos invita a dejar
de lado nuestro egoísmo y aceptar los planes de Dios, incluso cuando no los
entendemos, confiando en su amor y sabiduría.
7.
La oración nos conecta con las necesidades de los demás
El
Padrenuestro incluye peticiones como "Danos hoy nuestro pan de cada día"
y "Perdona nuestras ofensas" (Lucas 11:3-4). Estas palabras
nos recuerdan que la oración no es solo personal, sino comunitaria. En nuestra
vida diaria, debemos orar por las necesidades de otros, especialmente en un
mundo marcado por la desigualdad y el sufrimiento.
Conclusión
La
petición "Señor, enséñanos a orar" es una invitación a vivir
conectados con Dios y con los demás. En un mundo acelerado, estos siete
elementos —deseo sincero, alineación con la voluntad divina, confianza en la
misericordia, humildad, intercesión por otros, transformación de perspectiva y
perseverancia— nos guían para que la oración sea el fundamento de nuestra vida
diaria. Que el Padre nuestro nos inspire a orar con fe y a vivir conforme al
corazón de Dios.
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