
Uno de los proyectos de la revolución cubana (1959) era crear hombres nuevos y mujeres nuevas, capaces de trabajar con gusto por el bien del pueblo superando el interés personal. Hombres y mujeres cuya motivación fundamental en la actividad económica fuera el bien común, el bien de todo el pueblo.
No nos interesa saber si este proyecto tuvo éxito o fue un fracaso. Ciertamente fue muy criticado, también desde la Iglesia católica, porque lo consideraban como algo imposible y absurdo.
Pero resulta que la idea de la mujer y el hombre nuevos es una idea muy importante en la Biblia y de una manera especial en el Evangelio. ¿Consideramos también el proyecto mujeres y hombres nuevos del Evangelio como una cosa imposible y absurda? ¿Es que no cabe en nuestra cabeza imaginar a hombres y mujeres que piensen y luchen por el bien de los demás sacrificando su bienestar personal, si fuera necesario?
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