
Alma Galán de Guzmán: “Mi libro es un relato de superación familiar, basado en experiencias reales, mÃas y de otras personas que he conocido o acompañado fruto de mi proceso de sanación”. Nace de la necesidad -reitera- de compartir el proceso que la transformó de vÃctima sumisa de la violencia a una persona integrada, que aprende a dar y recibir amor.
Su libro parte de una experiencia personal de sufrimiento, ¿cómo vivió usted la violencia y la dependencia?
Hace unos cuatro años mi situación era terrible: trastornos del sueño, depresión, momentos en que me sentÃa alterada, violenta… No podÃa estar satisfecha, no deseaba mi vida asÃ. Finalmente fui a una psiquiatra. Ella me refirió a un patronato de ayuda para la violencia intrafamiliar y comencé mi terapia.
¿Qué pasaba en mi vida? PadecÃa el SÃndrome de estrés postraumático, que sufren personas que han sido vÃctimas de maltrato, de violencia psicológica o fÃsica. En mi niñez veÃa cómo mi mamá castigaba con frecuencia a mis dos hermanos mayores. Yo le tenÃa miedo, aunque ella no me pegara a mÃ; y parece que ese miedo lo desarrollé frente a esa situación de castigos, porque los niños vÃctimas o testigos de la violencia quedan igualmente marcados.
El SÃndrome postraumático fue un momento muy difÃcil en mi vida. Me habÃa acostumbrado a vivir sometida, representaba muy bien mi papel de vÃctima: me creÃa bruta e inferior, como habÃa aprendida de niña, y debÃa ser tranquila y sosegada, asumiendo como natural el sometimiento ante los demás, el carácter dominante de mi pareja, todo encajaba como el orden natural de mi vida. Asà estaba bien.
Usted formó una familia y alcanzó una profesión a pesar de todo…
SÃ. Mi pareja también traÃa experiencias de maltrato familiar y al unir estas dos situaciones, todo encajaba: él repitió los patrones de conducta que vivió en su niñez y yo mi papel de vÃctima; él dominante y yo sumisa, asà formamos una pareja perfecta; era una situación natural para mÃ, me habÃa acostumbrado. Mi papel de vÃctima prosiguió toda mi vida, es decir. Luego miro hacia atrás y me doy cuenta que soy muy observadora, que hice una profesión sin mucho esfuerzo, que no era tan inútil como habÃa aceptado ni tan sumisa como me habÃa acostumbrado a ser.
Pero se puede vivir socialmente bien asÃ. Aparentas que todo está bien, que tu matrimonio funciona, aunque sea en crisis y anormalidad.
Pero luego se desencadena la crisis…
Duré años en los que dormÃa tres horas, de medianoche a 3 de la madrugada, y al tomar conciencia de mi malestar fui a buscar ayuda para mÃ. Yo no sabÃa que venÃa arrastrando cosas, y que permitÃa situaciones en mi vida que me estaban haciendo daño. Porque vas permitiendo progresivamente, y no era cuestión de buscar culpables en principio, sino de reconocer la propia situación para buscar la salida. Yo no reconocÃa mi situación y veÃa todo como normal, pero en el fondo me sentÃa mal.
¿Qué pasos siguió para recuperarse como persona?
Seguà terapias de enseñanzas, de tipo cognitivas, que enseñan a responder de tal manera a tal situación. En principio fui a justificar mi pareja y a culparme yo, que es caracterÃstica de la vÃctima: vive autoculpándose y con miedo. En la medida que comencé a salir de mi papel de mi vÃctima y a poner lÃmites a las que personas de las que era dependiente, automáticamente mi autoestima subió; es un ciclo que, en la medida que vas poniendo lÃmites, tu autoestima aumenta.
Te vas dando cuenta que no, que no estás para ser maltratada, la persona no está para ser humillada. Y muchas veces uno relaciona la violencia intrafamiliar con golpes fÃsicos, pero los golpes verbales, sicológicos, espirituales, económicos, son también formas de violencia…
Los mitos sociales que refuerzan la violencia:
La mujer es de la casa y el hombre de la calle
La mujer nació para sufrir
La mujer es la que debe conservar el matrimonio
Hay que sacrificarse por los hijos
El amor es incondicional
El matrimonio es una cruz
Quien te ama te hace sufrir
Si el sexo es bueno en la pareja, no importa nada más
El que no cela es porque no ama
El es muy trabajador y buen padre
Los hombres son asÃ
¡Tu actitud modificó el comportamiento de tu entorno?
En un principio mi pareja me decÃa: esa gente te está poniendo más loca; él acostumbraba considerarme una “loca mansa”. Entonces le expliqué mi decisión de compartir lo que me gusta y no me gusta en nuestra relación. Le informé que no permitirÃa que me hable mal, que me humille o me descalifique. Todo esto a él le resultaba chocante, en un principio; ya tenÃamos más de treinta años asÃ, cada uno desempeñaba su papel, era una nueva situación.
El cambio viene al aceptar lo que está ocurriendo, porque si estoy enferma y no lo reconozco, no voy a buscar la manera de sanarme yendo al médico…
De esa experiencia nace tu libro Amor Saludable para ti y tu familia
Mi libro es un libro de superación familiar, basado en experiencias reales, mÃas y de otras personas que he conocido o acompañado fruto de mi proceso de sanación.
Yo pensaba que el amor incondicional era “incondicional” en un mal sentido, como sometimiento y dependencia. Jesús nos mandó a amarnos a nosotros mismos, a respetarnos. Cuando comencé a darme cuenta que Dios no quiere una persona sufriente e infeliz, que Dios nos quiere felices, descubrà que yo vivÃa muy triste. Si iba a la Iglesia estaba feliz, pero al volver a mi realidad, desaparecÃa mi felicidad. Metida en la prisa y la presión de mi vida, me di cuenta que no vivÃa mi vida, sino la de otros.
Decidà buscar la ayuda por razones en mi hogar: mi hijo me reclamó que estaba agresiva como mi esposo. No les pegaba fÃsicamente, pero comencé a hablarles mal, desarrollaba el sÃndrome y al darme cuenta de la realidad del amor, y cómo un amor insano nos hace creer que el mal de la persona es por amor: si mi esposo es celoso es porque me ama. Hay muchos casos parecidos, en los cuales la mujer asume la situación violenta o dependiente como consecuencia del amor “incondicional”. Hay también una violencia cruzada, cuando los dos quieren tener el poder. La violencia más conocida es vÃctima-agresor, pero a veces los dos son agresores: la mujer, para evitar que el hombre no la maltrate, ejerce una violencia cruzada, defensiva.
Desgraciadamente, todas las historias no tienen final feliz
Esto no ocurre siempre. Hay muchas mujeres maltratadas, amenazadas hasta situaciones trágicas. Las estadÃsticas son escalofriantes… En mi caso mi esposo ha estado dispuesto a ir viviendo el proceso que he seguido, ha aceptado los lÃmites que debo poner.
Ficha Personal
La Doctora Alma Galán de Guzmán es odontóloga, voluntaria del PACAM (Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas. Trabaja en la reedición de su libro Amor Saludable para ti y tu familia, que estará disponible en Amigo del Hogar y las principales librerÃas del paÃs.
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