Búscale la vuelta a los disgustos
Hay situaciones que llevan a muchas personas a vivir en un disgusto casi permanente, pudiendo evitarlo. Tal parecería como que cada día se levantan con truño, pasan el día incómodos, y se van a la cama cuando ya no encuentran con quien más pelear. Quizás te encuentres en esa situación.
Muy frecuentemente personas cercanas a uno hacen –o no hacen-- cosas que no son las que uno espera de ellas… y uno guarda silencio y va acumulando esas rencillas por días, meses y años.
Y se va formando una bomba de tiempo, que casi inevitablemente estalla rompiendo una relación, o dañándola significativamente.
Las cosas hay que aclararlas y resolverlas a tiempo, antes de que crezcan y se acumulen y se conviertan en montañas infranqueables. Al hacer esto, en la gran mayoría de los casos nos sorprenderemos al ver que la otra persona, si es que de verdad nos aprecia, buscará una manera diferente de proceder. Más aun, muchos agradecerán sinceramente que se le haya dicho la causa del enojo, ya que nunca tuvieron la intención de provocar intranquilidad al otro.
Ahora… si la otra persona no cambia de actitud, o no le importa seguir molestando… entonces… lo mejor es evitar lo que usualmente trae el enojo. Si sabes que tal tema trae disgustos, debemos evitarlo. Si son las circunstancias de los encuentros los que causan las fricciones, evitarlas. Quizás con el tiempo cambien las situaciones y ya entonces pueda uno reírse de las boberías que causaron tantos disgustos…
Dios nos quiere felices aún en esta vida, mientras nos preparamos para reunirnos a Su lado. La vida es muy breve, y en lo posible debemos evitar pasarla enojados o molestos por cosas que incluso no tienen remedio. No vale la pena que se nos arruine el día, y mucho menos la vida entera, viviendo molestos por situaciones que no hemos hecho ni el más mínimo intento de resolver.
Ahora bien, hay una virtud que debemos fomentar si queremos ser felices, y es la esperanza. La esperanza no es fingir que no existen los problemas. Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán y las dificultades se superarán.
Es tener fe. El que tiene fe, espera. La esperanza es una fuente de fortaleza y renovación en nuestro interior, que nos guía desde la oscuridad hacia la luz.
Entonces… Cuando el amor de tu vida no te quiera… cuando la llamada que esperas nunca llega… cuando no consigues el trabajo que deseas… cuando no recibes la invitación que esperabas… lo que Dios te está diciendo no es que no te mereces lo que quieres… Dios no te está diciendo que tú no eres importante. ¡No! Dios lo que te está diciendo es que tú mereces algo mucho mejor.
Cada vez que te sientas decepcionado por no recibir lo que deseas o esperas, no lo veas como rechazo, o como dice la gente, “¡que mala suerte tiene!”, que eso de la mala suerte no existe… Por lo contrario, simplemente piensa que se te está presentando una tremenda oportunidad para algo muchísimo mejor de lo que esperabas. Hay una expresión muy popular y muy real: “Tranquilo, que más pa’lante vive gente…”
Resumiendo, la vida está hecha de millones de momenticos vividos de mil maneras diferentes. Algunos buscamos amor, paz, armonía. Otros vamos sobreviviendo día a día. Ahora bien, el momento más importante es aquel en el que descubrimos que la vida, con sus alegrías y sus penas, con sus alzas y sus bajas, tiene que ser vivida día a día. Convencernos de esto nos conduce a vivir la vida más maravillosa del mundo.
"Así que no se preocupen del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal".
¿Quién sería el que dijo semejante cosa? ¡¡A quien se le ocurrió semejante barbaridad!! ¿Algún vago? ¿Algún irresponsable?
A los que deseen saberlo, les sugiero buscar en sus Biblias lo que narra San Mateo en su Evangelio, Capítulo 6, de los versículos 25 al 34...
Muchos se llevarán una sorpresa... Otros, sin embargo, sonreirán satisfechos al refrescar lo que ya conocían... (Y todos podrán dormir tranquilos...).
Bendiciones y paz.
Este cuento aparece publicado en la página 117 de mi libro “La Mariposa Azul y los Regalos de Dios – Historias y cuentos para sanar tu corazón”. Disponible en Librería Cuesta y La Sirena.
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