La Vida, don divino
Tesis de entrada: la ternura materna con la que el Dios del amor se hace Autor de la vida, es la fuente, sobremanera, estética y éticamente infinita. No da margen de manipulación y apropiación, ni a los seres humanos ni a sus ciencias. Solo nos queda contemplar el resplandor de la revelación de su gloria. No tenemos facultad alguna para traspasar los lÃmites que nos marca la condición de ser creados a la imagen y semejanza del Dios de la vida.
1. Tesis Antropológica de Carácter BÃblico
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Premisa Fundamental: El libro del Génesis, de entrada, fija una tesis antropológica de entera intencionalidad teológica, es decir: una concepción categorial elevada que la Biblia se da del ser humano (cf. Gn. 1, 27).
Dicho de otra manera, el Adam bÃblico (en idioma Hebreo) tiene algo de Dios, se asemeja a Dios, viene a ser como un icono de Dios, lo cual es válido para todos los seres humanos: hombre, mujer, niño, niña, adolescente, joven, ya sea que se pueda valer por sà mismo o persona inválida. Esta concepción antropológica contempla que todo ser humano es digno de respeto absoluto (=o sea: toda persona es infinitamente respetable como imagen de Dios).
· En ninguna parte de la Biblia se registra que algunos sean más imagen de Dios que otros. Por el contrario, encarga a todos los seres humanos, hombres y mujeres, la gestión de la Creación, con una vocación vital especial, los hace co-creadores para embellecer la Creación y la Humanidad: “Dios los bendijo, diciéndoles: Sean fecundos, multiplÃquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar; sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra” (cf. Gn. 1, 28).
· Dios, instituyendo al ser humano como gerente-intendente de la Creación, le confÃa un poder que ha de ejercer teniendo en cuenta que esa prerrogativa no lo faculta para alzarse y endiosarse como otro Dios paralelo, sino que está llamado y ha sido creado hijo a la imagen del Padre Creador. Y, sobre todo, ha de estar bien consciente de que Dios Creador crea y gobierna la Creación con su palabra y sin violencia, puesto que su acción siempre está al servicio de la Vida. De forma que ni la tierra ni el resto de la Creación pertenecen al ser humano. Su rol de gestor-administrador es una responsabilidad dada a él por Dios Creador, para responderle a la Vida, es decir, responder a Dios, a la Humanidad y a toda la Creación.
Esta misión de gestionar-administrar y co-crear, Dios la confÃa a todos los seres humanos en particular. A este respecto de gestión de la Creación, nada justifica que determinados seres humanos sean superiores o inferiores a otros seres humanos. Nadie en particular, ni grupo alguno, tiene más derechos que otros, ya que en el 1er. relato bÃblico de la Creación (Gn. 1, 1-31), antesala de toda la Biblia, se fundamenta en una concepción humana con profundidad igualitaria, lo que nos indica que todos son imágenes de Dios y gozan con el don de ser llamados para gestionar-administrar la Creación, según el corazón y la voluntad de Dios-Autor de Vida, y siguiendo a Jesucristo que tiende su tienda entre nosotros para la vida en abundancia… Si en este paÃs (R.D.), Él nos hace co-creadores de Vida (cf. Gn. 1, 28), entonces ¿en nombre de qué y de quién, acólitos-lacayos y agentes internacionales, osan ponerse al servicio del Proyecto Mortal de la impunidad del aborto?
Dominicanos, Dominicanas: atendiendo a los contenidos de las tesis planteadas en el libro de Génesis, capitulo 1, versÃculos 27 y 28, a nosotros nos sustenta la fuerza del Amor de Dios por la Vida, es decir: Él nos quiere para valorarla y defenderla, a precio de ser creados a su imagen, gestionando-administrando y fructificando. Por el contrario, los acólitos-lacayos y los agentes internacionales pro-aborto contra la vida, sustentando la tesis “pensar desde fuera y para afuera”, irrespetan al paÃs, y no teniendo nada serio que perder, tienen mucho incierto que ganar, arriesgando el futuro de la Cultura de Vida de la Identidad afro-caribeña de la Isla (no solo afecta a nosotros), de paso, también revertirá en daño para el vecino HaitÃ).
2. La Familia: Entidad Sagrada Trans-ideológica.
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Tesis: La familia es fuente generadora de una felicidad humana que ninguna ideologÃa puede sustituir.
2.1. Nido fructÃfero de ternura:
Desde la concepción del ser humano en el vientre de la gestante, se genera un proceso-rito de iniciación vital para la futura mamá, para la criatura a nacer, para el futuro papá, y para los parientes que forman el medio familiar que circundará la alegrÃa que brota cuando la encinta da a luz.
2.2. Dar a luz (parir vida):
Un Acontecimiento para revelar la gloria de Dios, quien como Autor de la Vida, también se congratula y se alegra viendo una hija mamá co-creando y fecundando la vida.
2.3. La Comadrona: Doctora en partos y pujos:
En el proceso-rito de iniciación vital, para nuestra cultura afro-caribeña, la Sabia en partos y pujos, con sus modales secretos le toma el vientre a la encinta, a la preñá (en términos técnicos, a esto le llaman examen médico prenatal). La Comadrona, desde que la familia de la encinta se la entrega (Rito-Encargo de Dios por intermediación de San Ramón, lo que en el llamado lenguaje técnico médico llamarÃan referimiento al especialista), ella entra en comunicación silente con el Dios Padre de la Vida (Esta comunicación se da en la interioridad inescrutable del Misterio que amaestra a la Comadrona, lo cual es indescifrable para cientÃficos y cientÃficas de la medicina facultativa…). Estamos ante el universo de una cultura ancestral, cuya cosmovisión y axiologÃa traspasa las categorÃas cientÃficas o a-cientÃficas de las ideologÃas. ¿Quién puede penetrar el interior de las fuerzas acendradas, con las que las Comadronas asistieron a nuestras mamás a la hora de darnos a luz?
2.4. JardÃn Fecundo de Valores:
Desde guardar riesgo, alimentación sana natural, higiene nÃtida con agua cristalina, herbaje y brebaje curativos (el uso de las propiedades saludables de las plantas botánicas), cuidado a la resentida-primeriza, ternurado y delicado cuidado familiar al chichà recién nacido o la chichà recién nacida (la criatura alumbrada), acompañamiento solidario generoso del vecindario a la parida, echarle agua a la criatura (=en lenguaje familiar: el bautismo de agua), éste: rito religioso cultural en estricto sentido de que la criatura es una bendición de Dios para la familia y para el vecindario, que también deviene partÃcipe de la bendición de Dios (dado en el marco de la cosmogonÃa religiosa de la Cultura Ancestral Afro). Simultáneamente, a esa riqueza de los primeros valores generados con el acontecimiento de dar a luz (parir vida), va de la mano, el florecimiento fecundo de estos otros valores: Solidaridad interparientes, intervecinos, intercomunidades, en fin, interhumana. Generosidad en la misma lÃnea subsecuente. Hospitalidad, Servicialidad, Compartir las comidas entre vecinos. acogida al forastero, alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, dar pésame a la familia el difunto o la difunta, corregir y orientar al extraviado o extraviada, visitar y acompañar a los enfermos. Todos estos valores (y otros más), configuran la identidad tradicional de la familia en República Dominicana.
No me digan que ya para hoy, esa escala axiológica es obsoleta y ha perdido su vigencia, no entrarÃa en debate a ese respecto. SÃ, puedo decirles que a quienes nos asistieron la Comadrona para que nuestras mamás pudieran dar a luz, nos queda una velita de valores que nunca se apagará, y que no le abrirá acceso a las tentaciones peligrosas de la ideologÃa de género, ni a ninguna otra versión de la Cultura Imperialista de la Muerte. ADH 811.
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