Buenas Noticias | José Antonio Pagola
Las cosas no son siempre lo que parecen
La parábola es
una de las más claras y simples. Un padre se acerca a sus dos hijos para
pedirles que vayan a trabajar a la viña. El primero le responde con una
negativa rotunda: «No quiero». Luego lo piensa mejor y va a trabajar. El
segundo reacciona con una docilidad ostentosa: «Por supuesto que voy, señor».
Sin embargo, todo se queda en palabras, pues no va a la viña.
También el
mensaje de la parábola es claro y fuera de toda discusión. Ante Dios, lo
importante no es «hablar» sino hacer; lo decisivo no es prometer o confesar,
sino cumplir su voluntad. Las palabras de Jesús no tienen nada de original.
Lo original es la
aplicación que, según el evangelista Mateo, lanza Jesús a los dirigentes
religiosos de aquella sociedad: «Os aseguro: los publicanos y las prostitutas
os llevan la delantera en el camino del reino de Dios». ¿Será verdad lo que
dice Jesús?
Los escribas
hablan constantemente de la ley: el nombre de Dios está siempre en sus labios.
Los sacerdotes del templo alaban a Dios sin descanso; su boca está llena de
salmos. Nadie dudarÃa de que están haciendo la voluntad del Padre. Pero las
cosas no son siempre como parecen. Los recaudadores y las prostitutas no hablan
a nadie de Dios. Hace tiempo que han olvidado su ley. Sin embargo, según Jesús,
van por delante de los sumos sacerdotes y escribas en el camino del reino de
Dios.
¿Qué podÃa ver
Jesús en aquellos hombres y mujeres despreciados por todos? Tal vez su
humillación. Quizá un corazón más abierto a Dios y más necesitado de su perdón.
Acaso una comprensión y una cercanÃa mayor a los últimos de la sociedad. Tal
vez menos orgullo y prepotencia que la de los escribas y sumos sacerdotes.
Los cristianos
hemos llenado de palabras muy hermosas nuestra historia de veinte siglos. Hemos
construido sistemas impresionantes que recogen la doctrina cristiana con
profundos conceptos. Sin embargo, hoy y siempre, la verdadera voluntad del
Padre la hacen aquellos que traducen en hechos el evangelio de Jesús y aquellos
que se abren con sencillez y confianza a su perdón.
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