Análisis | Redacción Zenit
Bioética: COVID-19, nuevas posibilidades en
los métodos diagnósticos
A continuación ofrecemos un artículo del Observatorio de Bioética de la
Universidad Católica de Valencia, en el que se habla de las nuevas
posibilidades alcanzadas en los métodos diagnósticos de la COVID-19.
***
El diagnóstico de la enfermedad COVID-19 así como la detección
temprana de portadores sanos, es uno de los eslabones principales en la cadena
de contención de la pandemia. La detección de la presencia del virus en exudado
rinofaríngeo o saliva y de anticuerpos en la sangre de los pacientes
constituyen las dos vías de evaluación d exposición al virus Sars-Cov-2.
La detección de la presencia del virus se ha
realizado hasta ahora con técnicas de amplificación genómica, como la reacción
en cadena de la polimerasa (PCR) que a día de hoy sigue siendo el gold
standard o técnica de referencia para la detección del virus. Su alta
especificidad, o capacidad para no arrojar falsos positivos junto a su gran
sensibilidad, capacidad de detectar cantidades muy pequeñas de virus en las
muestras ensayadas, la sitúan como técnica más fiable.
Una de sus limitaciones, según algunos estudios,
es la de detectar fragmentos de RNA del virus ya inactivo, que arrojarían un
resultado positivo en pacientes que han superado la enfermedad y en los que
quedan estos residuos virales. El coste de la técnica y la demora en la
obtención de resultados suponen dos de sus desventajas, que ha impulsado al
diseño de nuevas técnicas más rápidas y económicas.
Posibilidades en métodos diagnósticos
Recientemente se han puesto a punto las nuevas
técnicas de detección de antígenos virales, o proteínas de la cubierta del
virus, que han mostrado una gran sensibilidad y especificidad, de más de 90 %
comparada con las de las pruebas PCR. Su enorme ventaja parece ser la rapidez
en la obtención de los resultados, de algunos minutos, su inferior coste y la
posibilidad de ser realizadas sin el recurso a costosos equipos instrumentales,
como es el caso de las PCR.
El hecho de que estos test rápidos de detección de
antígenos puedan ser realizados en el punto de atención del paciente o en
laboratorios de análisis clínicos, posibilita el extender los medios
diagnósticos de detección de presencia viral a poblaciones mayores con
resultados inmediatos, lo que incrementa la eficacia a la hora de identificar
portadores y aislar a sus contactos. La extensión de su uso puede marcar un
punto de inflexión en e control del a pandemia.
Finalmente, le determinación de anticuerpos en
sangre, del tipo Inmunoglobulinas M (IgM) y G (IgG), ofrece información sobre
la respuesta inmunológico del individuo tras su exposición al virus, así como,
en su día, de la eficacia de la vacuna administrada. La aparición de
anticuerpos IgM resulta indicativa de un proceso infeccioso reciente, en fase
de resolución, mientras que los IgG indican la adquisición de inmunidad por una
infección ya superada.
Todo parece indicar que esta inmunidad de mantiene
en el tiempo, durante meses o años. No obstante no todos los pacientes que se
han infectado desarrollan anticuerpos en cantidades medibles, debiendo tener en
cuenta que, junto a esta inmunidad humoral o mediada por anticuerpos, se
desarrolla una inmunidad celular, en la que implican los linfocitos T, que
también puede proteger contra nuevas reinfecciones.
El diagnóstico más fiable de estos anticuerpos es
mediante técnicas de enzimainmunoensayo (EIA) que ofrecen información sobre
su presencia y cantidad. Alternativamente también existen test rápidos, menos
sensibles y específicos pero fáciles de realizar y más económicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...