Noticias
| AICA/Cuba
Cuba: Los católicos reclaman una renovación del país:
"Es tiempo de volver a Dios"
"Estamos
viviendo un colapso del sistema económico", señalan los autores del
llamamiento firmado por 15 sacerdotes y más de 700 firmas.
“He
visto la aflicción de mi pueblo”, se titula el llamamiento escrito por 15
sacerdotes de diferentes diócesis de Cuba y al que se han unido ya más de 700
católicos cubanos, sacerdotes y laicos, se critica duramente el sistema estatal
y social comunista de su país, se cuestionan la corrupción y la desigualdad
imperante y se pide una renovación fundamental.
En
el comunicado, hecho público el pasado 24 de enero, los autores esbozan un
sombrío panorama de la situación en la república insular. "Estamos
viviendo el colapso de un modelo económico, político y social", afirman,
"Cuba necesita cambios políticos. Necesitamos superar el
autoritarismo".
Al
mismo tiempo, los autores del llamamiento esbozan el sueño de “una república
donde se rinda culto a la dignidad plena de todo hombre y mujer”. Explican su
propio compromiso político partiendo de “un compromiso
político-económico-social que brota de la fe”. Se trata de “transformar el
mundo según la imagen del hombre pleno que hemos contemplado en Cristo”.
Por
el contrario, los autores del manifiesto consideran que el sistema vigente
desde la revolución comunista a finales de los años cincuenta no es reformable.
Literalmente dicen: “Aunque previsible por fundamentarse en una filosofía que
ignora la verdad sobre lo que da sentido pleno al ser humano, el sistema
económico, político y social que define los destinos de Cuba desde 1959, ha
sido incapaz de evolucionar”.
En
particular, los autores lamentan la difícil situación económica de Cuba. El
trabajo no permite al pueblo “el acceso a comprar dignamente lo que necesita.
Vive acosado por un grave desabastecimiento, por precios prácticamente
inalcanzables”.
Casi
imposible vivir sin incurrir en ilegalidades
“La
casi imposibilidad de vivir sin incurrir en ilegalidades, hace del “mercado
negro” un aliado indispensable de la subsistencia y un ámbito dominado por el
robo, el soborno y hasta el chantaje. El ambiente de “sálvese quien pueda”,
donde todo vale, muestra una corrupción que permea prácticamente todos los
estratos sociales”, sigue diciendo el texto.
A
esto se suma la sensación de ser continuamente espiados, lamentan los autores.
A veces -dice el llamamiento- la persona, sin culpa alguna, se siente temerosa
debido al excesivo control de los órganos de Seguridad del Estado que incluso
llegan hasta la vida estrictamente privada de las personas.
Destrucción
de la familia y emigración
El
texto también lamenta las consecuencias de la situación para la familia cubana.
Así, la emigración para buscar trabajo desestructura muchos hogares.
“Frecuentemente, la única vía para mejorar la calidad de vida, tiene como
consecuencia la separación de sus miembros”.
Según
los autores del texto, la frustración económica y la lucha cotidiana y fatigosa
por la existencia provocan la pérdida del horizonte moral. “No pocas veces, el
anuncio de un hijo, que debería ser un motivo de esperanza y alegría, se convierte
en causa de incertidumbre y preocupación y termina en el aborto”, se dice en el
comunicado. Para superar la crisis, los autores proponen diversas medidas. Por
ejemplo, se necesita con urgencia mejores marcos legales.
“El
hecho de que no existan bufetes de abogados que trabajen con independencia del
control del Estado, promueve la impunidad de un sector de la sociedad afín al
gobierno, a la vez que pone en peligro cualquier iniciativa políticamente
diversa y pacíficamente presentada”, dicen los autores.
Además,
se precisa un diálogo que incluya también a los cubanos exiliados que viven en
el extranjero. Se necesita “el reconocimiento de la plena ciudadanía de los
cubanos residentes en el exterior. Significa que estos también puedan
participar activamente en la toma de decisiones de la sociedad cubana”. Los
autores se refieren de este modo a los cubanos que han huido de la isla, de la
revolución comunista, desde 1959.
Para
los autores del llamamiento es decisivo optar por la verdad. “Vivir en la verdad
tiene un precio a veces alto, pero nos hace libres interiormente, más allá de
toda coerción externa. Vivir en la mentira es vivir en cadenas”. Esta “opción
fundamental por vivir en la verdad y en la libertad nos descubre nuestro real
poder como ciudadanos. Somos un gigante dormido que puede hacer que Cuba
cambie”.
Cuba
dio la espalda a Dios
Aludiendo a la ideología oficial atea, los autores dicen: “Este pueblo, hace muchos años, le dio la espalda a Dios, y cuando un pueblo le da la espalda a Dios, no puede caminar”. El llamamiento finaliza apelando a la vuelta a Dios: “Nosotros, como creyentes, consideramos que es momento, como pueblo, de volver a Dios”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...